Alberto Aranguibel: El drama de Timoteo
El Catoblepas es el horrendo monstruo mitológico con cuerpo de búfalo y cabeza de cerdo que le cuelga hasta el suelo por la imposibilidad de levantarla, dada la fragilidad de su largo y delgado cuello con apariencia de tripa vacía, que Gustave Flaubert enfrenta a San Antón Abad en Las tentaciones de San Antonio.
En la novela, el monstruo se presenta en medio de la soledad a quien la narración santoral católica reconoce como el primer místico de la apartada región de Tebaida y fundador de los ermitaños, describiéndose como “gordo, melancólico y que permanezco siempre en el mismo sitio, notando bajo mi vientre el calor del barro.”
El espantoso engendro llega a ser tan repugnante, según el autor, que es capaz de acabar con la vida de quien apenas ose cruzarle la mirada. Y hasta de la suya propia, precisamente por esa condición rastrera que le obliga a terminar comiéndose a sí mismo. Un monstruo que haga esto no podía ser sino una abyección producto de la afiebrada imaginación de un novelista como Flaubert, que hizo revisiones al texto durante casi tres décadas.
O producto de la mente calenturienta de la dirigencia del antichavismo criollo. La llamada Mesa de la Unidad, como tanto se ufanan en recalcar sus voceros ante las cámaras de televisión, se alimenta, como es sabido, exclusivamente de odio.
El sentido del razonamiento no interesa en lo más mínimo a ninguno de sus dirigentes, pues han encontrado que las ideas no tienen valor alguno en el ámbito del mercadeo político. Lo mediático es “impacto”, “garra” y “resonancia”. Lo demás es paja.
Nunca ha logrado esa oposición levantar medianamente el vuelo en las pantallas de televisión, como cuando mientan la madre a través de los medios y genera con ello el odio que nutre el entusiasmo de su militancia. Eso para la MUD vale oro. El problema es cuando el odio es tanto y tan irracional que se los come a ellos mismos.
Donde no hay proyecto común que trascienda los personalismos y las individualidades, ni existan propuestas basadas en ideas, el odio se llevará por delante a quien sea.
El 1S le dejó a la MUD una clara lección de ese odio entre su misma gente. Ahora Timoteo Zambrano sabe de eso.
Fuente: 21-09-2016