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Negocios que están creciendo en Venezuela pese a la crisis (o por causa de ella)

4 negocios que están creciendo en Venezuela pese a la crisis (o por causa de ella)

Hay muchos escépticos ante la idea de que la crisis es una oportunidad, pero en Venezuela algunas industrias e individuos están buscando oportunidades en medio de la grave situación económica del país.

La reducción de importaciones de productos que eran ampliamente consumidos por los venezolanos ha permitido que se reivindiquen los artículos autóctonos.

Mientras, algunas personas tratan de hacer realidad su sueño posicionándose ahora a la espera de que la situación cambie, y otros recurren al mundo financiero digital en busca de unas divisas que ayuden a sobrellevar la inflación y la escasez de alimentos, de medicamentos y de productos básicos.

“El sector privado se ha venido reinventando“, le dice a BBC Mundo el economista venezolano Asdrúbal Oliveros.

Y como resultado de ese proceso, te presentamos 4 ejemplos de sectores o negocios que por diversos motivos están creciendo en Venezuela pese a la crisis actual o precisamente gracias a ella.

1. El ron, el otro petróleo venezolano3

Botellas de ron

El ron es uno de los pocos productos que Venezuela exporta más allá del petróleo.

Hasta hace pocos años, Venezuela era uno de los primeros países en importación de whisky escocés. Es el retrato de una economía que produce poco y que trae del exterior hasta su bebida nacional.

Con la caída de los precios del petróleo, entre otras razones, ya no hay tantas divisas y no sólo escasean alimentos y medicinas, sino también el whisky.

Y eso hizo que el ron, la verdadera bebida made in Venezuela, ganara peso.

“Por los problemas del país, los grandes importadores de whisky han visto limitada su importación y se ha empezado a consumir más ron”, dice a BBC Mundo Jesús Alfaro, presidente de la Asociación de Productores de Ron.

Alfaro también comenta como causa la creación de nuevas categorías premium que han elevado la consideración del ron, que antes perdía ante el whisky en el ranking de las bebidas con status.

Una botella de ron

El ron ofrece cada vez más variantes de alta gama, lo que le ha ayudado a competir con el whisky.

Y al no ser importado, un buen ron es muy competitivo en el mercado venezolano. “Un buen whisky cuesta 150.000 bolívares, mientras que un ron ultra-añejo de la más alta calidad está en 40.000“, afirma Alfaro.

El ron y el cacao, entre otros, son ahora productos cuya exportación crece. “El gobierno ha flexibilizado las condiciones para el manejo de divisas para la exportación. Manejan más dólares”, dice el economista Oliveros.

“En los últimos dos años ha habido cambios importantes en el impulso que ha dado Venezuela a los exportadores”, confirma Alfaro, representante de la industria del ron, quizás el producto más reconocido como venezolano junto al petróleo.

2. Ese producto minoritario que ahora domina el anaquel

Fábrica de Fácil Química

Muchos productos venezolanos han encontrado su espacio ante la carencia de los artículos tradicionales importados.

Las marcas tradicionales asociadas a transnacionales han desaparecido de los anaqueles o tienen una presencia limitada o simplemente son muy caros.

Y eso es una oportunidad para los productos venezolanos que antes eran avasallados por los nombres más poderosos y publicitarios.

En este contexto de reducción de importaciones o de altos precios, “empresas más pequeñas han entrado en el mercado”, dice Oliveros.

Es el caso de la empresa venezolana Fácil Química, que asegura poseer ahora el 35% del mercado nacional de productos de limpieza con la marca Clic, nacida en 2012.

“Ahora soy el dueño del anaquel”, dice a BBC Mundo el presidente de la compañía, Tony León, orgulloso de haberse impuesto a marcas internacionales como Colgate, Procter and Gamble y Unilever, para los que antes fabricaba los productos.

Un supermercado

Las empresas que dependían de que el gobierno les vendiera divisas para importar materias primas han pasado por dificultades.

Según Larry Gil, director de la firma, Fácil Química nunca tuvo acceso a las divisas preferenciales a bajo precio que en los tiempos de bonanza concedía el gobierno a las empresas para importar la materia prima.

“A nosotros no nos impactó que eso acabara”, dice sobre el nuevo escenario, en el que sus competidores perdieron la ventaja que tenían.

“Hemos vivido sin el papá gobierno, a diferencia de todas las demás empresas”, agrega Gil. Ahora, con escasez de divisas, las transnacionales tienen una presencia intermitente, algo que aprovecha su firma.

Ante el problema de conseguir los envases para sus productos, la compañía ha desarrollado y patentado unas máquinas dispensadoras para que el consumidor rellene los envases, lo que, aseguran, permitirá vender a un menor precio y favorecer el medioambiente, un importante incentivo de compra en Norteamérica y Europa, adonde se quiere expandir.

Y todo ello producido en Venezuela, afirman León y Gil. “Hemos usado la crisis en modo positivo. La crisis nos ha puesto a innovar”.

3. Un hobby que puede llegar a ser negocio

Tres botellas de cerveza

Cerveza artesanal, con sabores diferentes a los de las industriales, ganan espacio pese a su alto precio.

Como en el resto del mundo, la cerveza artesanal también vive un auge en Venezuela.

Los recientes impuestos al vino, los problemas de los productores industriales para producirla y el gusto de muchos venezolanos por las cervezas que se beben en Europa y Norteamérica llevaron a que algunos decidieran armar sus propias “fábricas”.

Actualmente hay entre 20 y 25 marcas artesanales y excepto cinco o seis, el resto son realmente pequeñas.

Es el caso de La Hermandad de los Diablos, un pequeño grupo de amigos treintañeros que decidió dar el salto con la ayuda de otro amigo maestro cervecero. “Cada cocción son 200 litros, unas 220 botellas“, me dicen en su pequeña e ingeniosa cervecería.

“No da dinero. Todos tenemos tres trabajos y cero tiempo libre”, afirma Andrés Moix, uno de los socios.

Una mujer abre unas cervezas

Hace unos meses, la escasez hizo que no se pudiera encontrar la cerveza industrial más consumida.

Sus dificultades son máximas. Deben importar la cebada, el lúpulo y la levadura y filtrar con cuidado una agua que en Venezuela es de mala calidad. En tres años el kilo de cebada ha pasado de costar 300 bolívares a 8.000.

“Con esta hiperinflación es difícil calcular el costo de reposición”, dice Moix.

De momento colocan sus botellas en bodegones y restaurantes de alto nivel. Venden cada cerveza en unos 8.000 bolívares y los locales la sacan al mercado a 20.000.

El salario mínimo en Venezuela es de unos 40.000 bolívares mensuales, por lo que sus botellas de 0,75 litros son para clientes exclusivos.

De momento, el objetivo es claro. “Queremos posicionarnos a la espera de que todo cambie. A eso apostamos”, afirma Moix.

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