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Néstor Francia / Análisis de Entorno: Papi sigue ahí (15-02-2017)

Seguiremos pendientes de un tema que nos parece harto importante, el que se refiere a la situación actual del chavismo y a su preocupante desconexión con relevantes y decisivos factores de la sociedad. Pero por ahora seguiremos enganchados en el asunto de la intensificación de la ofensiva externa contra Venezuela.

Somos de los que creen que la amenaza de una agresión imperialista armada contra nuestra Patria, en cualquier modalidad,  no surge de una visión pesimista ni hiperbólica de la realidad. Pensamos en el río que discurre sereno entre las riberas, mientras llueve intensamente en las cabeceras. La riada crece y puede ser que llegue o no a los recodos donde nos bañamos mansamente, pero cuando el río suena piedras trae. Que no nos sorprenda el estruendo de las aguas crecidas y violentas. La historia de los imperios abunda en estas avenidas cuando, en su decadencia, sucumben a la insania criminal de quienes tercamente pretenden mantenerse en la cima a pesar de que la caída se muestre inevitable.

En Estados Unidos se ha coronado el perfeccionamiento de la impronta fascista con la llegada de Donald Trump a la presidencia. De aquí en adelante se puede esperar cualquier cosa, inclusive que el mandato de este enfermo sea más breve de lo que se podría pensar. No podemos evitar que acudan a nuestra mente las imágenes horrorosas de Irak que mostrara Chávez con coraje y conmoción, aquellos cadáveres de humanos en flor, de inocentes masacrados por la ignominia y la ambición. Que la Providencia nos proteja de esos infiernos y que nuestros líderes sean capaces de evitarlos o de preparar a nuestro pueblo para una resistencia lo menos dolorosa posible, pues lo que es probable siempre puede suceder.

El cúmulo planificado de presiones sobre Donald Trump para que aumentara la presencia de la situación venezolana en su agenda pública ha comenzado a dar resultados. Así lo demuestra la declaración del secretario del Tesoro de Estados Unidos, Steven Mnuchin, quien dijo ayer que señalar al vicepresidente venezolano Tareck El

Aissami como “narcotraficante” es un gesto con el que Donald Trump envía un mensaje de solidaridad al pueblo venezolano. Según Mnuchin, el presidente yanqui  “quiere enviar un mensaje claro al pueblo de Venezuela: que Estados Unidos está con ustedes”. Es decir, que a pesar del silencio sobre Venezuela en los primeros días de su mandato, Trump sigue pendiente de sus lacayos: les manda a decir que no se preocupen, que Papi sigue ahí.

Ayer decíamos, refiriéndonos a la promoción de la intervención foránea por parte de Henrique Capriles, que “Es repugnante cómo esta derecha fracasada actúa contra los intereses de la Patria. Hay que tener anotadas todas sus trapisondas contra Venezuela, pues algún día el pueblo tendrá que cobrárselas con creces”. Parecía imposible, pero Lilian Tintori lo ha superado en su abyección. La esposa del terrorista encarcelado Leopoldo López, instó ayer a Donald Trump a tomar acciones y no únicamente usar palabras y a exigir que se aplique la ley en Venezuela. Tintori lanzó este mensaje en una rueda de prensa en Washington, acompañada por la esposa de Antonio Ledezma, Mitzy Capriles. Arrastrándose cual serpiente venenosa, Tintori afirmó que “Estados Unidos reconoce que el Gobierno venezolano es delincuente y narcotraficante. Es importante porque ahora la gente sabe que es una dictadura… Esperamos que esta Administración haga algo en acciones y no solo en palabras. Sabemos que conocen la situación. No nos podemos acostumbrar a lo inaceptable”.

Una de las modalidades de las intervenciones imperiales en la contemporaneidad es aquella que se ejerce a través de “coaliciones”, en las que participan países aliados del imperialismo -subordinados, más bien- diluyendo las culpas de este y morigerando su imagen criminal. De eso está consciente la derecha criolla y, además de solicitar directamente la intervención de Estados Unidos, prepara también el terreno para que se involucren factores reaccionarios del continente. Ayer intervino otro traidor, Julio Borges, presidente de la Asamblea Nacional, ante el Congreso colombiano y aseveró que “hay un problema social que ya escapa de las fronteras venezolanas y pasa a ser un problema de Colombia también. Eso está convirtiendo el problema venezolano no en un problema solamente interno de nuestro país, sino en un problema de toda la región”.              Entretanto, el gobierno venezolano ha comenzado a dar respuesta a la nueva agresión, un tilín tarde, según creemos, pues la patraña de CNNEE tiene ya varios días en el aire, pero nunca es tarde cuando la dicha llega (es un decir). El presidente Maduro afirmó ayer que “Mientras nosotros estamos trabajando hoy ¿qué hace la derecha? Conspirar, sabotear, dañar, viajar por el mundo para perder el tiempo y a palabrear de

Venezuela, eso no se había visto, que se fueran por el mundo a despotricar de nuestra Patria, y a llamar a una intervención extranjera”. Bien, no están perdiendo el tiempo en realidad, lo están usando para urdir sus planes contra la Patria. Y también ha dicho el Presidente: “He ordenado a la canciller de la República que cite al encargado de negocios de Estados Unidos en Venezuela y le entregue una nota de protesta y le exija que aclare y se retracte de estas acusaciones”. Ambas acciones solicitadas ya se han realizado.

Otras cosas que merecen especial atención dijo ayer Maduro: “Venezuela va a activar todos los mecanismos legales, políticos, diplomáticos, nacionales e

internacionales para contrarrestar, para desmontar esta infamia… Es una agresión que Venezuela responderá paso a paso con equilibrio y contundencia”.  La respuesta diplomática es necesaria, por supuesto, pero no suficiente. Cuando la Patria está amenazada, urge salirse del exclusivo ámbito burocrático. Hacen falta, ya, respuestas políticas. Nosotros hemos propuesto cosas en varios ámbitos. Como suele suceder, no hemos obtenido respuesta, pero ya estamos acostumbrados y no nos molestan las sorderas, son parte del paisaje. Vamos a repetirlas aquí, en espera de que alguien al menos nos diga que son incorrectas y nos haga el favor de no respondernos con el frío silencio:

  • Publicar una carta abierta de Maduro a Trump, en inglés, francés y español, en importantes diarios de Estados Unidos, Francia y España, donde se deje sentada la posición venezolana a favor del diálogo y la paz, en aras del respeto mutuo entre Estados Unidos y Venezuela, y por la normalización de las relaciones diplomáticas entre ambos países, sobre la base del respeto a nuestra soberanía y a las leyes de nuestro país. Una carta contundente pero sin estridencias.
  • Iniciar una amplia movilización del pueblo venezolano contra la intervención imperialista y contra la traición de la derecha criolla.
  • Adelantar una campaña intensa y agresiva, con el método MEPARE (medios, paredes, redes) para desenmascarar ante el país a la derecha vendepatria, apoyándonos en sus propias declaraciones y discursos.

A decir verdad, a veces somos un poco “lentejas” en nuestras respuestas. No nos vengan a decir que eso es culpa de Maduro. Más bien responde a la maldición burocrática que llevan encima todos los Estados, no solo el nuestro.

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