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Néstor Francia / Análisis de Entorno: El “Plan Almagro” (06-04-2017)

El “Plan Almagro” sigue en desarrollo, con la instrumentación en Venezuela de lo que el diputado socialista Diosdado Cabello ha presentado como la operación “Escudo Zamorano”, con acciones violentas que generen un estado de conmoción, propicien un intento de golpe de Estado de derecha y conduzcan a una intervención foránea en Venezuela en cualquier modalidad.

Para adelantar esta operación criminal, la derecha necesita que su base social esté en la calle, cosa que no sucedió el pasado martes, cuando solo hubo en Caracas focos de militantes con muy escaso apoyo de masas. Pero la bulla y la foto hacia afuere las lograron, lo que les permite seguir creando el escenario para la intervención. Eso seguirá pasando, pues les resulta muy fácil, con el apoyo político-mediático que tienen en el exterior, convertir cualquier escaramuza menor, como las que provocaron el martes, en una protesta popular contra la “dictadura”, además “reprimida salvajemente”.

Hoy de nuevo la derecha convoca a las calles. Dentro del plan, hay además algunos importantes aderezos. Todos los factores del fascismo están activados. La jerarquía católica se ha dejado de vainas y ha convocado a la “desobediencia civil”. Fedecámaras también se ha pronunciado, en la voz de su presidente, Francisco Martínez: “Consideramos que el derecho a la protesta es algo legítimo que está establecido en la Constitución”. Eso es verdad, pero Martínez confunde (es un decir) protesta con terrorismo, con violencia planificada y golpista. También aparecen los “artistas” (faranduleros, en realidad), como Daniel Sarcos, Catherine Fullop y el desclasado “Coquito”, que tienen vinculaciones con los capos extranjeros del espectáculo; y también deportistas como Miguel Cabrera, un beisbolista multimillonario que vive casi todo el tiempo en Estados Unidos, aunque suele venir de vez en cuando a Venezuela a vacacionar, y a hacerle trabajitos a su colega ricachón Lorenzo Mendoza y a la corporación monopolista Empresas Polar.

Otro ingrediente en la olla de la “protesta popular” son los tradicionales focos, muy violentos, que adelantan grupos terroristas expresamente preparados para ello y que se cobijan bajo el manto del “movimiento estudiantil”, como los que actúan en Mérida, Táchira y Carabobo. Estos comandos son los encargados de darle a la “protesta” carácter “nacional”. Cuando los factores de apoyo internacional editan toda la película, es fácil vender en el mundo la imagen de un país conmocionado, en gran agitación y de un pueblo víctima de la represión desmedida de un gobierno autoritario.

A pesar de todo, la derecha parece seguir necesitando un nuevo 11 de abril, una manifestación de masas incontestablemente multitudinaria, decidida y con alguna permanencia que termine de justificar un alzamiento de sectores militares y, de ser necesario, la intervención. Esta es la parte más difícil del plan golpista, pues se sabe que esta oposición inepta carece de apoyo popular ¿o acaso les bastará con eventos focalizados y dimensionados? ¿Correrá el riesgo el imperialismo, sin alcanzar todas las condiciones para ello, de meterse en el problemón que sería la Venezuela de Bolívar combatiendo una vez más por su libertad, armada con la férrea unión cívico-militar que muestra el chavismo militante, esa poderosa vanguardia popular?

Por el momento, a nuestro Gobierno le toca controlar los focos violentos que está montando la derecha, valiéndose del uso controlado de la fuerza del Estado, apelando a  todas las herramientas internacionalmente permitidas para la represión de manifestaciones callejeras. El martes pasado lo hizo muy bien. Pero esta gente quiere muertos, alguna bandera ensangrentada para llevarla como trofeo a sus amos, y que acaso ayude a cumplir su esperanza de que los escuálidos salgan al fin de sus casas, se den a la  calle y les sirvan la mesa para su menú conspirador. Esperemos que hoy también logremos preservar la paz, así sea relativamente, porque los canallas vienen por candela.

El Gobierno Bolivariano, con Maduro al frente, tiene bastante claro lo que ocurre, y eso se dejó ver en la intervención de la Canciller venezolana, Delcy Rodríguez, en la patética sesión del Consejo Permanente de la OEA el día de ayer: “Habíamos develado el plan intervencionista contra Venezuela, ya decidido por el país hegemón de esta organización y de esta región, que ha activado sus brazos ejecutores, siendo el Secretario General una de sus principales fichas… En Venezuela, la oposición envalentonada por la supuesta aplicación de la Carta Democrática erróneamente salió a las calles con violencia, para poner en peligro la vida de millones de venezolanos… Yo exijo aquí que cese la pretensión de intervenir a Venezuela, las acciones para promover el golpe de Estado en Venezuela y las acciones de promover la confrontación entre hermanos venezolanos”. Estas aseveraciones fueron reforzadas después por la Canciller a través de Twitter: “Para @Almagro_OEA2015 la violencia opositora nutre sus perversos planes intervencionistas en Venezuela. El los alienta a la desestabilización”. Y también, acompañado de un vídeo donde se muestran los actos violentos ejecutados por dirigentes de la derecha el martes 4 de abril durante una movilización: “@Almagro_OEA2015 ¡esta es la manifestación pacífica que defiendes! ¡Basta de mentir! La historia te juzgará”.

Bien, Venezuela tiene otra poderosa arma para enfrentar el “Plan Almagro”: la movilización masiva y combativa del chavismo. Hoy los patriotas revolucionarios cogerán calle otra vez.

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