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César Malavé: El oriente se viste de blanco

La única arma que poseemos los demócratas del país, y pretendemos seguir usándola, es el voto. Las acusaciones de golpistas y terrorista que se hacen contra quienes pensamos diferente al régimen corrompido y  fracasado de Maduro, es otra de las artimañas de los que se saben derrotados.  El inicio de la campaña electoral  de los candidatos de la MUD, específicamente en el oriente del país,  les acrecentó el temor y comenzaron las amenazas directas. La avalancha de Margarita colmada por centenares de miles de personas que alegremente celebraban prácticamente una victoria comicial por adelantado con Alfredo Díaz al recorrer 7 kilómetros en una clamorosa caminata entre Santa Ana y Juan Griego; la concentración de Cumaná con una asistencia ciertamente numerosa, en un estado que se ha caracterizado por su parcialidad hacia el oficialismo con Robert Alcalá;  la aclamación, sin precedentes, que le exteriorizó el pueblo de Barcelona a Antonio Barreto Sira, concretamente en Tronconal III; Y la monumental jornada de los jóvenes que marcharon junto a Call desde la plaza El Indio y se fueron incorporando en los puntos de concentración, a lo largo del recorrido: la plaza Piar y Rómulo Gallegos; hasta llegar a la plaza El Estudiante., marcaron el camino de la victoria y el cambio en Nueva Esparta, Sucre, Anzoátegui y Monagas.

Este inicio ha provocado en los enchufados una reacción mental como de ver fantasmas güarimberos y golpistas por todas partes. La amenaza del vicepresidente, al anunciar que el líder Alfredo Díaz será enjuiciado por la fraudulenta ANC por supuestos hechos de violencia programados por la oposición en Nueva Esparta,  es parte del plan de los que no quieren aceptar que perdieron al pueblo, la calle y los votos. Esta vez pretenden, ahora sí, ganar como sea. Pero los rufianes subestiman la vocación democrática del pueblo venezolano. Ensoberbecerse frente al electorado  venezolano, cuyo mayor anhelo es regresar a un régimen democrático con el disfrute de todas las libertades que nos concede la Constitución Nacional, ha sido uno de los pecados más graves de este gobierno. Están creando un clima de miedo y terror para ayudar a sus aliados, los abstencionistas, y evitar que el pueblo  salga a votar. Unido a las trapisondas de las señoras del CNE que aún, a esta altura del proceso, no han habilitado el Sistema Automatizado de Postulaciones, SAP, a través del cual se sustituyen las candidaturas que no resultaron electas en el proceso de primarias. O que decidan retirarse y apoyar a las ganadoras.   Pero más fuerte que ese miedo y que los obstáculos de las enchufadas del ente electoral, es el ideal de todos los hijos de esta tierra que tienen su mirada fija en  una Venezuela libre y de los venezolanos.   Sólo faltan unos pocos días para las elecciones a gobernadores, y ya el bravo pueblo está decidido a usar esa poderosa arma, autóctona, no rusa, ni cubana, ni china, llamada voto, que bastará para rescatar los más intrínsecos valores humanos perdidos por estos años.  Desde esta humilde tribuna intentamos insuflar el valor necesario para acudir a las urnas electorales. Nuestros hijos y nietos nos lo agradecerán. Eso sí, todos los orientales, todos los hombres y mujeres identificados con la socialdemocracia venezolana deben votar  abajo y a la izquierda, donde está la legendaria e histórica tarjeta blanca de Acción Democrática.

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