El excandidato presidencial afirmó que la sociedad venezolana exige conversaciones serias que se encaminen a la resolución de los problemas del país.
Eduardo Fernández considera que un diálogo entre Gobierno y oposición debe ser una conversación seria para resolver los problemas del país
La incertidumbre ha vuelto a apoderarse de la política venezolana profundizando el desconocimiento de los sucesos venideros. Con el llamado a nuevas elecciones, la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) se fracciona sobre la ruta correcta a tomar, mientras que el Gobierno parece unificarse.
Hace semanas el diálogo retomaba importancia para ambas partes, pero tras los resultados del proceso electoral regional, estas conversaciones parecen haber pasado a segundo plano. En este contexto de vacilación, los venezolanos se preguntan:
¿Quedará sepultado el diálogo o existen condiciones para proseguirlo?
El presidente del Centro de Políticas Públicas IFEDEC y excandidato presidencial, Eduardo Fernández, considera que el diálogo es la manera civilizada de resolver los conflictos y que el renunciar a este principio democrático es abrir las puertas a la violencia.
Explicó que desde hace 20 años, la sociedad ha demandado a los líderes políticos de ambos bandos estas conversaciones y que se aborden con seriedad.
“No se trata de un espectáculo mediático. Se trata de una conversación seria para resolver los dramáticos problemas que sufrimos los venezolanos”. Eduardo Fernández
A su juicio no están dadas las condiciones para retomar las conversaciones entre el oficialismo y la oposición.
Son diversas las críticas que han surgido en torno a estos encuentros, la más enérgica es sobre quienes participan en estas reuniones. Para el excandidato presidencial los trabajadores, empresarios, gremios profesionales, partidos políticos, alcaldes, gobernadores, la iglesia católica y todos los credos religiosos son los sectores llamados a reanudar el diálogo.
Fernández criticó al Gobierno por no buscar una solución unitaria, “si no que considere ser dueño del país y no comprenda la gravedad de la crisis económica, social, política y moral que atraviesa el país”.
Dijo que prefiere que los encuentros entre Gobierno y oposición ocurran en el territorio venezolano, pese a que no es descartable que su celebración sea en el extranjero, e insistió que dentro del marco de las negociaciones políticas “la seriedad y no existan maniobras de engaño”.
Afirmó que para lograr un diálogo exitoso “debe existir una agenda coherente a las necesidades de los venezolanos”, en vista de ello propuso abordar los siguientes puntos:
1- Restablecer la institucionalidad democrática.
2- Reactivar la economía.
3- Medidas para combatir el empobrecimiento, hambre, desabastecimiento de alimentos y medicinas; y el alto costo de la vida.
4- Enfrentar como un problema nacional la corrupción y el saqueo de las riquezas nacionales.
Explicó que su proposición no es hermética, “no pueden acudir con opciones cerradas. No es para lograr ventajas políticas partidistas; es para servir a los ciudadanos y sacar al país de esta crisis”, señaló.
El dirigente político manifestó que las exigencias del diálogo deben interpretar “la angustia y sufrimiento” de los venezolanos.
El Universal
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