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Simón Saba: Cheques pre-pagados al Portador, otra forma de resolver la escasez de efectivo

La escasez de dinero en efectivo no denota solamente una incapacidad o una ineptitud, sino una acción deliberada de muchas personas que preferimos no mencionar ni insinuar.  Pero hay soluciones muy fáciles, directas y sencillas a ese problema que agobia a todos los venezolanos.

Algunas soluciones son tan obvias que muchos dirán “¿cómo no se les ocurrió antes?”.  No quiero ponerme a pensar mal respecto a nadie, así que vamos a la propuesta.

Como hay que darle los méritos a quien los tiene, les digo que la inspiración y la luz la encendió una comuna llamada “El Panal”, según salió en muchos medios de comunicación nacionales e internacionales.  Y sorprende que la llama se haya encendido en esa comuna del oeste de Caracas, donde vive mucha gente de clase trabajadora, y no de los altos funcionarios y académicos del sector público, privado, financiero o político.  Todo ello pone a muchos a reflexionar.

La historia económica.

Cuentan los libros de historia económica que el billete único y legal en todo el territorio nacional surgió durante el gobierno del General Eleazar López Contreras, con la Ley del Banco Central de Venezuela.  Y eso sucedió hace menos de 80 años.  ¿Cómo se vivía antes?

En los tiempos anteriores, nunca veremos las noticias de la escasez de papel moneda.  Inclusive, la hiperinflación alemana de 1922 fue causada por exceso de papel, y no por su falta.

En Venezuela, y en muchos países del mundo, los bancos privados emitían sus propios billetes, respaldados en metal, porque regía el patrón oro.

Por otro lado, en muchas zonas y en factorías agrícolas e industriales había un sistema de fichas, vales, y medios similares, donde el “dinero” tenía circulación local, y casi siempre en comercios que pertenecían al mismo patrón.  Por ejemplo, un gran terrateniente o comerciante agrícola, o un fabricante, le pagaba con fichas a los campesinos y trabajadores, los cuales ellos intercambiaban por bienes en tiendas del mismo dueño.  O sea, era un dinero de circulación muy local y cerrada.

Algo similar hizo esta comuna, solamente que su inspiración no es “capitalista” sino “comunal”, pero que tiene características similares, o sea, un “dinero” que tiene una circulación limitada a algunas cuadras o unos cuantos centenares de metros a la redonda, no más allá.

Volviendo al tema de la Ley del BCV de 1938, que creó al máximo ente emisor, y le dio el monopolio sobre el dinero.  Algunos ideólogos liberales pueden echar la culpa a los gobiernos centralistas de Venezuela, o al socialismo, pero en verdad, eso fue una tendencia mundial, y todos los países lo hicieron, empezando por el líder del capitalismo mundial, los Estados Unidos de América.  Así que no estamos hablando de ideologías, sino de la realidad objetiva.

Desde esa Ley, el gobierno asumió el monopolio del dinero, y salieron de circulación todos los billetes anteriores, que eran emitidos por el Banco de Venezuela, el Banco Caracas, el Banco de Maracaibo, o el Banco Mercantil y Agrícola, entre otros.  Después, pasaron a ser del Banco Central de Venezuela, y estaba prohibido para los bancos comerciales emitirlos.

Años después, la vigente Constitución de 1999 establece en su Artículo 318° lo siguiente:

“Las competencias monetarias del Poder Nacional serán ejercidas de manera exclusiva y obligatoria por el Banco Central de Venezuela. El objetivo fundamental del Banco Central de Venezuela es lograr la estabilidad de precios y preservar el valor interno y externo de la unidad monetaria. La unidad monetaria de la República Bolivariana de Venezuela es el bolívar. En caso de que se instituya una moneda común en el marco de la integración latinoamericana y caribeña, podrá adoptarse la moneda que sea objeto de un tratado que suscriba la República.”

Valga decir que, a nivel mundial, la moneda es tratada como si fuera un símbolo nacional, o sea, algo intrínseco a la nacionalidad, como la bandera, el escudo y el himno nacional.  Cuando se forma un nuevo país, lo primero que hace es establecer sus símbolos.  Y la constitución prescribe literalmente (repetimos) que “la unidad monetaria de la República Bolivariana de Venezuela es el bolívar.”  Es decir, no podemos tener otra, además de que son de competencia exclusiva del BCV.

La propuesta.

Ya sabemos que, en el mundo, y también en Venezuela, el dinero debe tener circulación nacional, y debe ser emitido por las autoridades respectivas.  Pues no queremos violar esas normas, pero podemos inventar otras figuras jurídicas y económicas.

La propuesta es muy sencilla.  Se trata de que tanto el BCV como los bancos comerciales y universales emitan un “CHEQUE PREPAGADO AL PORTADOR”, con las siguientes características:

a)      Con fecha de vencimiento preestablecida, que pudiera ser de un año.  Una vez llegada esa fecha, el poseedor final tiene hasta 5 días hábiles para depositarlos en su cuenta bancaria.  Por tener fecha de caducidad, los cheques prepagados no serían almacenables ni acaparados, sino que circularían, de forma tal que se estimularía la economía.

b)      Los cheques prepagados que emitan los bancos comerciales y universales estarían respaldados por una parte de sus depósitos que mantienen bajo la figura del encaje legal.

c)      Deben emitirse suficientes cheques prepagados hasta que la suma de los mismos más los billetes tradicionales y las monedas alcancen hasta un 20% de la liquidez monetaria, que algunos expertos dicen que es el nivel óptimo, tomando en consideración que el resto del dinero estaría expresado como asientos electrónicos.

d)      Para reducirles los costos, al salir del banco la primera vez, serían sellados por el cajero, y se le descontaría al “cliente” su valor.  De todas formas, actualmente la gente paga un porcentaje por conseguir efectivo, así que serían una ganga.

e)      Su emisión sería promovida, supervisada y respaldada por la Superintendencia de Bancos y el Banco Central de Venezuela, más el Consejo Bancario Nacional.  No es necesaria ninguna reforma legal mayor, sino mediante instrumentos jurídicos emitidos por el Poder Ejecutivo.

f)        Se podrían imprimir en un papel similar al de los cheques, pero sin ser un talonario desprendible, sino en hojas sueltas, en los valores que se vayan considerando adecuados.  Por ejemplo, actualmente habría cheques prepagados de 50 mil bolívares, 200 mil Bs., 500 mil Bs., y un millón de Bs.  Los montos serían ajustados en el tiempo.

En un anterior artículo, propuse la importación y colocación masiva de un mínimo de 300 mil “puntos de venta”.  Si se ejecuta esa propuesta más la que aquí se plantea, es factible que se acabe la escasez de efectivo en toda Venezuela en menos de 3 meses, y las actividades económicas cotidianas se normalicen y recuperen su fluidez con prontitud.

¿Ven que cuando se quieren resolver los problemas y no agravarlos las ideas surgen con facilidad?

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