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Rafael Iribarren: Mega-elecciones, Cabello suicida a Maduro

 

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Maduro pisó el peine de Cabello de adelantar las elecciones parlamentarias. Solo las parlamentarias no la de concejales y legisladores; que están pendientes y pospuestas indefinidamente por, el madurismo. Con el adelanto de las parlamentarias el madurismo tiene que negociar la integración  de las planchas con otros chavismos  de los que viene desentendiéndose en su proyecto de constituir el madurismo.

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A Maduro lo está suicidando Cabello. Su huida hacia  adelante al fracasarle en Dominicana su “Plan A” de enredar alguna oposición en la legitimación de su reelección adelantando las presidenciales; lo llevó a implementar su “Plan B”; pretendiendo que el CNE las decidiera para inmediatamente; para el 18 de marzo. Pero ese adelanto; decidido unilateralmente; finalmente para el 22 de abril; no tiene nada que ver con la oposición; sino con el resto de los chavismos. Fue una acción de picarle adelante; sin darle tiempo de nada. Particularmente de que siguiera manejándose la posibilidad de otro candidato chavista.

Sobre la marcha y junto llamar a la participación electoral y la unidad del chavismo; declaró la constitución de “SOMOS VENEZUELA”, su propio partido; madurista sin nada que ver con el PSUV. Junto a que presentó el carnet de la patria como la identificación partidista del madurismo.

Al PSUV lo agarró fuera de base la acción de Maduro. Y sin lograr disimular suficiente su impacto y alcance; hacia reducirlo; en tal caso;  a otro aliado como el PPT o el MEP o el PCV; su primera reacción fue la de promover su carnetización propia y diferente; del PSUV. Luego la iniciativa; presión y advertencia; de Cabello de que propondría a la ANC convocar las elecciones parlamentaria; para la AN; adelantándolas para hacerlas el mismo 22-A, junto a las presidenciales.

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Sin comentar en concreto la propuesta de Cabello; relativa solo a las parlamentarias; Maduro; realmente, contraproponiendo; forzándole la barra al PSUV; anunció que la ANC ordenará al CNE convocar unas megaelecciones; poniendo a correr al PSUV; que ya no tiene el control ni el manejo de las nóminas y las misiones que antes tuvo y que ahora maneja el madurismo.

Aunque poner a correr al PSUV le significa cambios en su proyecto. Concretamente en relación a la implementación del “gobierno único”; del estado comunal; a partir de la forma como pretendía su “victoria perfecta”; en este punto del proceso; con  el eliminación por la ANC de los concejos comunales y legislativos; de lo que fue un adelanto la eliminación de la AMC.  Forzado por la presión de Cabello  y la burocracia psuvista  a que haya las elecciones municipales y regionales; obviamente; esos entes; recién electos sus integrantes; van a seguir existiendo.

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La crisis de los chavismos; trágicamente; sigue siendo la determinante de la dinámica político-institucional nacional Para el madurismo; la implementación óptima del “Plan B”; aunque con la abstención casi total de las oposiciones; era ir a las presidenciales de la misma forma como se fue a las de la ANC el 30-O. Con las megaelecciones; aunque no tan en desventaja como hubiera sido con el solo adelanto de las parlamentarias; tiene como redirigir y tratar de manejar,  las presiones de las bases hacia el PSUV. Poniéndose en igualdad de condiciones en cuanto a tener que manejarse en unas campañas electorales para la elección de 2.300 cargos en tres niveles; además de la nacionales.

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Tanto la acción de presión de Cabello y el PSUV; sobre Maduro y el madurismoi; para que hayan parlamentarias junto a las presidenciales; como la contrapresión de estos sobre aquellos  para que haya la megaelección; son alcances del fracaso del Plan A madurista  en Dominicana. La crisis y confrontación, digamos “interna” de los chavismos se intensifica y profundiza. Políticamente el chavismo; como un solo movimiento; se acabó. Y el madurismo como proyecto a conformar desde el poder; no arrancó. Murió al nacer. Que al madurismo desde unos mismos chavismos le impusieran cambiar su estrategia fundacional; cuyo paso decisivo era una reelección impecable; de muestra su inconsistencia y anti-historicidad; es un freno terminante. Si la convocatoria unilateral de las presidenciales fue una huida hacia adelante; la convocatoria a la megaelección es un salto al vacío.

Acertado está Julio Borges al calificar como su suicidio de Maduro. Con la precisión que me permito; de que es Cabello quien lo está suicidando.

 

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