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Héctor Navarro: Sobre el Tema Electoral

La situación, la terrible situación en la cual se encuentra sumida Venezuela y su pueblo (aunque pareciera redundante esta frase si recordamos a Alí Primera cuando decía “La Patria es el pueblo”) es, evidentemente, el resultado, por una parte innegable de las presiones internacionales y de las contradicciones y conflictos por apoderarse de los recursos naturales de la humanidad, que los distintos intereses imperiales capitalistas, léase USA, UE, Rusia y China, o léase también IMPERIO HEGEMÓNICO GLOBAL del capital, van tejiendo a nivel global como consecuencia de tales presiones, pero, por la otra, la incapacidad general por parte del gobierno Maduro-Cabello-Rodríguez-Padrino-Cisneros y del PSUV y sus aliados, de aprovechar justamente esas contradicciones para generar políticas serias, autónomas, independientes, soberanas para superar la crisis en beneficio del pueblo.

Tal incapacidad gobernante tiene, además, un componente fundamental: la extrema complicidad con la corrupción que hace que los recursos ahora disminuidos con los cuales cuenta la República, alcancen cada día menos, ya ni siquiera para lo básico: alimentos y medicinas. Podemos recordar que Edmme Betancourt denunció que, evaluando sólo el año 2012 se habían esfumado decenas de miles de millones de dólares en los vericuetos de la asignación de divisas; tal denuncia fue acompañada por Jorge Giordani quien fue calificado de traidor, incluso por el propio Presidente Maduro y, quien suscribe, por defender a Giordani y señalar la corrupción como nuestro principal problema, resultó también calificado de traidor y luego expulsado, sin juicio, de la Dirección Nacional del PSUV, órgano al cual había sido electo por la militancia. Más adelante desde la PLATAFORMA POR LA AUDITORÍA PÚBLICA Y CIUDADANA DE LA DEUDA Y DESDE LA PLATAFORMA EN DEFENSA DE LA CONSTITUCIÓN se hicieron varias denuncias y solicitudes de investigación ante la Fiscal General Luisa Ortega Díaz (2013 sin respuesta) por la corrupción en PDVSA, CADIVI, SITME, ampliada luego ante el Consejo Moral Republicano presidido por el actual Fiscal Tareck William Saab, quien respondió en carta suscrita en pleno por los tres miembros del Consejo (08/12/2015): SIN LUGAR LA SOLICITUD (poseemos los documentos probatorios de todo esto). Al no haberse atacado a tiempo el problema, los corruptos continuaron la fiesta y hoy esos recursos simplemente se esfumaron, lo cual debemos suponer cuando nuestro país aparentemente no ha recuperado ni un centavo ni hay constancia de los trámites formales que el Estado venezolano debía hacer ante las instancias internacionales, en el marco de los tratados existentes en esa materia. Cosa aparte pero también extremadamente escandalosa es el tema del “negocio” de los alimentos.

Todas las instituciones colapsadas. PDVSA, nuestra principal fuente de recursos ha sido llevada, en un trabajo de “ladronismo” y sabotaje interno constante, a los límites más inverosímiles de la ineficiencia y de la reducción de la producción; no funcionan los hospitales, la distribución de alimentos, la seguridad pública; el Sistema Eléctrico Nacional es un caos, el agua potable, cuando llega, posee un olor nauseabundo; los semáforos no funcionan; la deserción escolar (en todos los niveles educativos) es alarmante y son incontables las obras públicas de gran magnitud que se encuentran inconclusas y abandonadas, debiendo agregarse que ya la sociedad se está acostumbrando a ver a familias enteras, adultos y niños, en disputa con moscas y otras alimañas, comiendo directamente de la basura que se amontona por semanas en las calles de nuestras ciudades. A todo lo cual hay que agregar los problemas que enfrenta la ciudadanía por la inflación, la escasez de alimentos y de dinero en efectivo y la entrega de nuestros recursos naturales, léase petróleo y minerales estratégicos. Y la institución republicana más importante, la Constitución, colapsada, convertida en letra muerta, por la acción arbitraria gubernamental. Todo ello ocurriendo simultáneamente, por lo cual puede afirmarse, sin temor a equivocaciones, que los venezolanos estamos sufriendo EL PEOR GOBIERNO QUE HA TENIDO VENEZUELA EN TODA SU HISTORIA REPUBLICANA, con el agravante, por sus consecuencias a futuro, consecuencias históricas, de ser hecho a nombre del socialismo.

Este cuadro, descrito muy abreviadamente y dejando por fuera, con seguridad, muchas otras cosas también muy importantes, nos tiene que llamar la atención en relación al evento electoral que se avecina. Un muy mal gobierno como éste, ineficiente, antidemocrático, tolerante con la corrupción, que atropella, que actúa en contra del interés nacional, que cada vez diluye más la unidad nacional relacionada con un proyecto de país; un gobierno que, repetimos, por su torpeza, pone en riesgo incluso la seguridad e integridad de la nación, simplemente no puede continuar, pero la situación se presenta difícil desde el punto de vista de la toma de decisiones. La única interpretación válida acerca de la intención, de la expresión “NO ENTREGAREMOS EL PODER”, en boca de voceros calificados del gobierno, es: “INDEPENDIENTEMENTE DE QUE NOS SABEMOS PERDEDORES, GANAREMOS A COMO DÉ LUGAR”. La primera reflexión entonces, asumiendo esa intención es: ¿se la ponemos fácil o difícil? La no participación, el hecho de que el pueblo, principal y verdadero doliente, no se encuentre movilizado y se quede en su casa, absolutamente juega a favor del que tiene en sus manos los mecanismos para torcer el resultado electoral, la voluntad popular; hace el juego a quienes les conviene una alta abstención, o bien, de un lado, para forzar una muy traidora y criminal intervención militar “internacional” tal como se ha producido en los últimos dos siglos a lo largo de todo el mundo y solicitada abiertamente por importantes representantes de un sector de la oposición de derecha, o bien a los que proponen NO ENTREGAR EL PODER, porque facilita la imposición de “la maquinaria” que a la larga contribuye con lo mismo. Movilizados, estando presentes y siendo testigos de todo lo que ocurra, enviaremos un mensaje claro de que nos opondremos a las trampas, presentes o futuras, y nos permitirá ir construyendo opinión pública y ensayar formas organizativas de distinto tipo con suficiente fuerza moral y material para edificar el tránsito hacia el respeto, de nuevo, de nuestra Constitución. Un mensaje de que estamos resteados por nuestra democracia que no es la misma del pacto de Punto Fijo, es la democracia Participativa y Protagónica que está en la Constitución.

Luego, la segunda reflexión es ¿votar por quien? y ésta debería tener una respuesta sencilla: votar por quien represente mejor la defensa de los intereses populares y nacionales. A los candidatos existentes, descartando obviamente a Nicolás Maduro, porque la respuesta está dada en los párrafos anteriores, tendríamos que preguntarles, por ejemplo, ¿Estaría usted dispuesto a privatizar nuestras empresas estratégicas? ¿Continuaría usted la entrega de la Faja del Orinoco? ¿Anularía usted los decretos antinacionales y antiecológicos relacionados con el Arco Minero del Orinoco? ¿Impondría cualquier medida de corte neoliberal que se le proponga? ¿Iniciaría de inmediato los trámites para la repatriación de las fortunas acumuladas por los corruptos en el exterior? ¿Estaría dispuesto a declarar una moratoria del servicio de la deuda e iniciar una auditoría pública y ciudadana para condicionar el pago a su legalidad y legitimidad? ¿Está dispuesto a consultar al pueblo, tal como ordena la Constitución, si quiere una nueva Constitución? ¿Impulsaría usted una Ley Contra la Corrupción que penalice severamente los delitos asociados a conflictos de intereses? ¿Estaría usted dispuesto a anular la antinacional Ley de Inversiones Extranjeras promulgada por la Asamblea Nacional Constituyente? En función de esas y otras muchas interrogantes, desde la Plataforma en Defensa de la Constitución, hemos elevado al debate popular un PROGRAMA DE EMERGENCIA Y RECUPERACIÓN NACIONAL  (http://www.aporrea.org/actualidad/n322336.html) orientado al logro de una transición hacia la democracia dentro de la Constitución y con la intención de abrir un debate profundo y a tiempo para que nuestra decisión, esta crucial decisión que definirá nuestro futuro, se encuentre basada en la reflexión, en el análisis y más allá de la imagen mediática proyectada por algún candidato. Nuestro voto, si optamos por no votar nulo, que también es una opción de participación democrática, debe depender de tales respuestas.

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