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Rafael Iribarren: 20 de mayo; el día después; seguir en la inercia

 

.- El 20-M no son elecciones. Todo voto será solo para legitimar reelegir a Maduro.

A menos que haya un sismo político de suficiente intensidad: hoy, imprevisible; el fraude reeleccionista del 20-M no implicará nada nuevo determinante. Como si no hubiera sucedido; en cuanto  a la crisis nacional y a la dinámica del Poder; todo seguirá igual; seguiremos en la inercia. Sean cuales sean las abstención y participación reales; y su cuantificación manipulada oficialmente ; Maduro será declarado reelecto con la mayoría que le pondrá el CNE; que, según; estará alrededor de, los 10 millones; el doble, o por ahí, de los millones que le ponga a Falcón el candidato oficial de oposición.El diseño de la territorialización de las totalizaciones se hace sobre una votación de unos 16 millones.

Ni la abstención que el CNE totalice; ni la participación; y su reparto; serán reales. Como he insistido; el 20-M no habrá ninguna elección real; sino una farsa militarizada reeleccionista; de la misma calidad institucional que las que montaban Hussein y Mubage; en Irak y Simbawue, y las actuales  de Putín, Al Sisi y Ortega en Rusia Egipto y Nicaragua.  Desde el punto de vista específicamente electoral; el 20-M no son unas elecciones. Todo voto que haya; sea para quien sea; el único efecto que tendrá, será el de  la legitimar la reelección de Maduro.

.-Resultados del 20-M; como los del 30-J; sin auditorias ni totalizaciones internas.

En la farsa reeleccionista madurista que será el 20-M; será, como en la del 30-J para la ANC; en este caso más todavía; como señaló SMARTMATIC; que  “…la diferencia entre la cantidad anunciada a la que arroja el sistema es de al menos un millón electores…”. Cuando por encima de ese “al menos”; habrán  sido dos o cuatro o los que fueran millones que no se supo de donde salieron Entre los tres millones máximo que realmente habrían votado entonces; y los ocho y más millones que el CNE anunció. Ahora; en el momento y punto críticos del proyecto madurista; habrán  todos los millones que sean necesarios hasta los diez; que tampoco se sabrá de donde salieron.

Pero lo sustancial  de la declaración de SMARTMATIC; desde Londres ( 02.08.17 /  EN ); determinante de cómo será el 20-M es que el 30-J no hubo totalizaciones formales reales; que no hubo auditorías en ninguna fase del proceso. Que  las cantidades cantados por las rectoras del CNA fueron decididas discrecionalmente; sin nada que ver   con cuanto y como votó verdaderamente la gente. Baipasear

la Dirección  de Automatización; que es donde se totaliza; fue; y será; la forma como las rectoras maduristas se aseguraron de que no se repitiera lo del 15-D en las parlamentarias. Y será; o habr´pia sido;; si; al menos de entrada; como se asegurarán de que ahora tampoco se repita. Lo previsible, entonces; es que el 20-M; se maneja que  en esta ocasión sea el mismo día; los resultados que Lucena anuncie, cualitativa y cuantitativamente serán iguales a los del 30-J; sin auditorias internas ni totalizaciones.

.- Retórica electoral sin sentido, fuera de contexto; manipuladora.

Precisamente por de hecho tratarse de un montaje fraudulento; sin nada que ver con una verdadera elección; el discurso oposicionista de Falcón para el 20-M, no se enmarca en ninguna instancia real.

Es una retórica sin sentido; inútil; con propuestas económicas socio-políticas y político-institucionales; por un supuesto “cambio”; que no tienen nada que  ver con la motivación concreta de los venezolanos dispuestos,, de entrada y en adelante, a votar por él, Nadie va a votar por Falcón; ni en tal caso; salvo por Bertuchi; por ninguno de los otros postulados; por su calidad como candidato e; hipotéticamente; como presidente. La gente que vote en el fraude reeleccionista; que vote realmente; lo hará, contra Maduro; o a favor. Nada que ver con ninguna  de sus propuestas ni promesas; sobre dolarización de la economía, apertura petrolera, reprivatización de empresas; etcétera. Por él votará la gente que lo haga; e independientemente de los resultados finales concretos; exclusivamente; para sacar a Maduro. Por ni para más nada.

Es un discurso fuera del contexto real. Alguien lo calificó de “caza-bobos”. Los llamados a votar porque, “la mayoría quiere votar”; porque “con solo  seis millones y medio se derrota a Maduro”; porque “si votamos ganamos” o “si la mayoría vota por Falcón sacamos a Maduro”; o “si tenemos los testigos…”, etcétera;  o “votar para no repetir el 2005”, o, “para no perder los espacios ganados”. O sea, “si mi abuela tuviera ruedas”.  Son formulaciones que suponen al menos un mínimo de institucionalidad, para garantizar que las totalizaciones correspondan a como se haya votado; junto a una capacidad fáctica; y/o una correlación fáctica de poder; para  defender los resultados. Lamentablemente; en Venezuela no hay ni la más mínima institucionalidad. Lo previsible es que el 20-M el CNE anuncie la reelección de Maduro; por una amplia ventaja; reeditando su actuación cuando las elecciones fraudulentas de la ANC el 30-J pasado. Ante lo que; e igual lamentablemente; demostradamente; ni las oposiciones ni la sociedad civil tienen  ni capacidad política ni fáctica para rechazar y revertir el fraude,

.- Votando por quien sea; votar el 20-M es legitimar le reelección fraudulenta de Maduro.

Una retórica manipuladora. Todas las variantes de que abstenerse; de, no votar; serían “votar por Maduro”: son manipulaciones deshonestas. Luego de su fracaso en Santo Domingo al no entrampar a la oposición en su proyecto fraudulento reeleccionista; Maduro no tenía más opción que  la “huida hacia adelante” de su “Plan  B”; de lanzarse solo a la reelección; incluso sin participación opositora; el peor y más deslegitimante de los escenarios. La candidatura de Falcón; auto-promovida desde muy atrás; pero en la circunstancia; de la implosión final de la MUD;“un espontáneo” en la jerga taurina; le abrió otro escenario; el de, aunque no la MUD; sí participara una oposición dispuesta a consciencia a asumir legitimar su reelección; su reelección; fraudulenta; segura. A asumir el fraude. Ante el argumento de que abstenerse o no votar, “es votar por Maduro”; la realidad  real; lo concreto; es que votar el 20-M por quién sea es legitimarlo;  legitimar el fraude.

Más concreto todavía; el voto por Falcón es el legitimante por excelencia del fraude reeleccionista madurista; y de lo que viene. Con la paradoja; precisamente por ser el legitimante por excelencia del 20-M; de que su votación; real; verdadera; legítima; será la que legitime los millones de votos fraudulentos que el CNE le va a poner a Maduro.

.- El 20-M no hay elecciones sino un montaje reeleccionista fraudulento.

Cualquier reflexión seria sobre el 20-M; análisis, intercambio; lo que se pretenda;  debate; serio; para que tenga sentido debe plantearse sobre cinco precisiones;

1.- que se reconoce que se trata de un montaje fraudulento para legitimar la reelección de Maduro;

2.– que lo previsible ciento por ciento hoy por hoy; es que el CNE produzca unos resultados predeterminados para proclamar a Maduro; .

3.- que sobre tales precisiones; de que no es previsible que a ninguna otra opción oposicionista; Falcón u otro; el CNE le reconozca más votos que a la oficialista.

4 .- que, pese a lo anterior y a lo que ello conlleva; de todas formas; se justifica involucrarse, meterse, en la trampa reeleccionista madurista; aunque ello implique legitimarla y legitimar la reelección de Maduro;

5.- que tal involucramiento y la legitimación de la reelección de Maduro en la que se participa; se justifica por el posicionamiento post-electoral que logrará el proyecto personal-grupal; presidencialista; que encabeza Falcón

De las anteriores precisiones; lo concreto determinante, dicho desde arriba;  es que el 20-M no son elecciones. Sino un montaje fraudulento para legitimar la reelección de Maduro. Luego el tema no es “votar o abstenerse”, que sí lo sería; junto a “votar nulo o en blanco”; si el enmarcado temático fuera el de unas elecciones reales. No siéndolo; sino el montaje que venimos caracterizando; no se trata de “votar o abstenerse”; o de “votar nulo”; sino ,y con base a las cinco precisiones supra; el tema es si se justifica o no; por qué y en función de qué; involucrarse y formar parte del montaje reeleccionista madurista.

Abstenerse o votar; o votar nulo; son opciones de quién, por lo que sea y como sea forma parte de una situación concreta en la que tiene que decidir. A quien no forma parte de la directiva por ejemplos; del Club Leones de Caracas; o del Club de Bolas Criollas de Agua Salud;; no  se le plantea decidir votar por una u otra proposición; o abstenerse. Igual con el 20-M;  que son unas votaciones internas del madurismo-chavismo. No tienen nada que ver con lo que la CRBV caracteriza y norma; como y para el ejercicio del voto por los venezolanos.

.– Se trata de si se avala o no que el madurismo convierta en victoria su derrota en Dominicana.

Entonces, el tema concreto; para la gente de a pie; para el votante; es si se asume participar en el montaje del 20-M; sin ninguna posibilidad de que su voto determina en nada  los resultados finales, Montaje al que tanto candidatos como promotores y activistas; como los votantes: se involucran sin ninguna garantía de nada; incondicionalmente; sin que el madurismo haya hecho ninguna concesión; ni haya asumido ningún compromiso importante en relación al proceso manejado por el CNE. Sin ni siquiera hacer como si estuviera cumpliendo lo básico no estructural, firmado con los candidatos al postularse.

Así; involucrarse el 20-M; y votar por quién sea; es contribuir a que el madurismo revierta la derrota que sufrió en Santo Domingo; cuando no logró que la oposición cayera en entramparse en el montaje reeleccionista sin hacer ninguna concesión real. La derrota que; contra la pared; lo empujó a su “Plan B”; de lanzarse hasta solo si era el caso. Y que ahora se revierte; a cambio de nada; e igual sin hacer ninguna concesión real; con el triunfo político de que una oposición reconocida; aunque no del 4G de la MUD;  participa legitimando el proceso, y obviamente sus resultados.

.- Proyecto presidencialista de Falcón; igual a cualquiera otro de la CD y la MUD.

En el cuadro político-institucional candidatural-partidiista-empresarial que tenemos en Venezuela como “mundo político”; en general ningún protagonista aguanta una evaluación ético-política mínima. Sin embargo; en relación a las posiciones que se han asumido ante el 20-M; no cabe verlas como “las correctas e incorrectas”: de los “buenos” o “consecuentes” y los “malos” y/o “traidores”. Inconsecuencia  improvisación, oportunismo, inmediatismo; sobre todo pragmatismo; caracterizan en general a la política y los políticos que tenemos. En el caso; en relación tanto a los “abstencionistas” como a los “participacionistas”. Y; de paso sea dicho; tanto en las oposiciones como en los chavismos. Entre oposiciones abstencionistas y oposiciones participacionistas:no hay sino diferencias de enfoque circunstanciados.

En tal sentido el involucramiento en el fraude reeleccionista madurista de las oposiciones que arman la candidatura de Falcón; no es sino la concreción; una vez más; de lo que las oposiciones en general; CD y MUD; cada una en su momento; hicieron desde las elecciones del 2006, hacerle el juego al fraude; primero chavista;, luego madurista desde el 2013; avalando y legitimando al CNE-SMARTATIC. Para dos décadas de políticas oscuras; “antipolíticas”, propiamente; autonegaciones; resultados, en mucho de lo inconsistentes y ficticias que son esas oposiciones; y de la caimanera candidatural  y partidista en que siempre han estado; y en que siguen hoy; que sin duda contribuyeron a la comodidad; y a su legitimación; del continuismo autoritario¸ rueda libre; de los últimos quince años.

.- El día después; reelecto Maduro; con su nueva oposición; nada cambiará.

“El día después”; para la gente; en relación a su drama cotidiano; a la crisis nacional treinta millones de veces personalizada; será solo un lunes más. Nada diferente ni nuevo. Como si el 20-M no hubiera sucedido el domingo anterior; solo 24 horas antes. Nada nuevo ni diferente en la vida nacional; salvo que Maduro habrá sido declarado presidente  reelecto por el CNE; y que le fueron reconocidas sus votaciones a los nuevos líderes de las oposiciones, La reelección de Maduro; según, determinante en su confrontación y tensión dentro de los chavismos; al no ser más presidente porque Chávez lo dejó; y serlo en adelante por su propio peso y desempeño. Y la consagración  de Falcón y Bertuchi; como los nuevos protagonismos de oposición, oficialmente reconocidos como tales por el madurismo.

El pulseo entre el madurismo; y las oposiciones; MUD y demás; entre el gobierno y la AN; previsiblemente no variará importantemente. Todavía la urgencia primera; el momento crítico de Maduro; sigue referida al 5 de Julio. Aparte de que realmente no tiene; ni tendrá el “día después”; más capacidad que la que ya tiene, para aumentar su control fáctico sobre el país y las dinámicas de poder y sociopolíticas.

Pero el cuadro político-institucional; aparte la nueva ficción de la relación entre el gobierno y su nueva oposición que se subsumirá en él; se mantendrá tanto o más estancado que como ha estado desde enero del 2016.  Con más deterioro y perversión crecientes en ambos bloques burocráticos partidistas-empresariales; en el oficialista-madurista y de los chavismos; y en el de la MUD y demás oposiciones. Con la circunstancia de que, el conjunto de ambos bloques; que conforma lo que se identifica como “el mundo político”; estará cada vez más distante y desvinculad o de la realidad nacional;  de las dinámicas sociopolíticas erizadas conflictivamente; agudizadas inercialmente;  en el marco de la crisis nacional sin salida que vivimos.

.- Inercialmente; todo seguirá igual luego del 20-M.

El pulseo entre el madurismo y las oposiciones; a partir  del 20-M; particularmente con su oposición oficial; un pulseo bipartidizante: puede mantenerse indefinidamente; siendo básicamente burocrático y retórico-mediático; sin nada que ver con las problemáticas nacionales; con la crisis nacional. En la esfera político-institucional cada vez más ajena a la crisis nacional; cada bloque burocrático se concentrará en mantener “los espacios ganados”; y ganar otros a partir de su relación con el poder. Seguirán sin caber en la agenda nacional los problemas nacionales  y de la gente; su inercia caotizante y sus soluciones reales cada vez más complejas y costosas políticamente.

.-Al autoritarismo madurista no lo sacaremos con otro presidencialismo ni otro partidismo.

El “Día después” será el más negro que se recuerde. De un nuevo cantar victoria de Maduro y otra derrota para los venezolanos. Otra victoria  fraudulenta; como todas las chavistas desde el 2004; y otra derrota inmerecida; injustificable; como todas las sufridas por los venezolanos desde el 13-A del 2002. Ambas sucesiones de triunfos fraudulentos y derrotas injustificables; determinados por la constante y la continuidad; de una oposición; o, de una oposiciones; que nunca entendieron; ni en el escenario diferente actual. entienden;  que el puntifijismo se terminó; que para la década de los noventas ya estaba agotado; antes incluso de su suicidio final en dos actos; el de la sacada de CAP en sdredd del 93; y del apoyo a Salas Romer  septiembre-octubre de 1998. No entendieron nunca que las décadas del autoritarismo partidizante puntofijista, se terminaron entonces. Ni entendieron que frente al autoritarismo chavista; post-puntofijista; igual, partidizante presidencialista, centralista; mesiánico; lo que tocaba era; lo que toca; otra política; inversa; otra política;  despartidizante despresidencializante; ciudadana; ciudadanizante. Antimesiánica. Pues, a contrapelo de la incapacidad para entender de las burocracias partidistas; a los vrenezolanos  nos toca entender, que  el autoritarismo; en las dos variantes tenidas los últimos sesenta años; puntifijista, chavista-madurista; lo que demuestra es que  a quien tiene el poder fáctico no se le saca con presidencialismo ni partidismo mediático-oposicionista.

.-En el llegadero; dos escenarios el inercial del estancamiento y hacia la desintegración; y el anti-inercial de la inflexión ciudadana.

Que “estamos en el llegadero”; “a punto de desintegración”; o “de implosión”, como se ha dicho; quiere decir que estamos en una crisis endorreica; como vengo diciendo; una crisis que no tiene salida: empozada; con una dinámica sostenida de “perversión circular acumulativa”. De la que solo es posible salir removiendo desde el  fondo, sus sedimentaciones morfogenéticas; 1.-de las , fundaciones bicentanarias del autoritarismo; 2.- de la falsificación también bicentenaria; centralista-presidencialista de la federación; 3.- de las sexagenarias de nuestros clientelismos; y de las igual sexagenarias del rentismo sobre el que se modernizaron los autoritarismos desde mediados del siglo XX.

El escenario en “3D” que, tendencial  y; según; fatalmente; se plantea a los venezolanos a partir del “día después”; es el inercial, de seguir en el estancamiento del pulso gobierno-oposición de los últimos cuatro años; ahora; luego de ese “dia después”; en un pulso bipartidizante, entre Maduro reelecto y su nueva oposición; previsiblemente  encabezada por Falcón y Bertuchi; y Fermín, Fernández, Mujica, Semtei…. O sea: más estancamiento sin posibilidades de solución de nada; de prolongación indefinida de la crisis; hacia y hasta, que los chinos y/o los rusos; y los cubano; nos conviertan en una “gran potencia”: escenario-marco inercial hacia la desintegración definitiva: Hacia convertirnos en treinta millones; o los veinte que quedemos; de alfanumerados-

Pero ese no es el único, escenario que se nos plantea a los venezolanos. No es fatal, ni inevitable que la inercia nos siga arrastrando hacia la desintegración. Hacia ella iremos;  vía estancamiento sostenido; mientras la política; el ejercicio del Poder; y la lucha por él; siga en manos de las burocracias partidistas-empresariales; presidencialistas y centralistas que lo han tenido durante toda nuestra vida republicana y que durante los últimos cincuenta años nos empujaron a  esta crisis total sin salida en que estamos.

.- El escenario anti-inercial.

El escenario inercial, no es el único que tenemos por delante como futuro. Pues  dentro de la crisis total; nacional;  también están en crisis los bloques burocráticos de poder; que; ya  sin ninguna legitimidad; ni entidad ni consistencia reales; siendo solo ficciones;  agotados; ya no tienen ningún vínculo  con la  subjetividad y realidad nacionales; que, salvo mediante la represión y el freno  sin medida; ya no les es posible; ni le sería; mantener ningún control eficiente; político;  pacífico; ni lograr ninguna gobernabilidad; sobre los procesos sociopolíticos intensos y expansivos    que se están dando por todas partes en todos los sectores de la sociedad venezolana.

Precisamente; tal desfase total entre lo político-institucional y lo sociopolítico; entre la esfera de las burocracias estancadas; solo dispuestas a la represión y la persecusión; y la esfera de la realidad y vida  de la gente; beligerante; efervescente de crisis; determina y viabiliza las condiciones para que haya otro escenario. Otro escenario en que  se activen nuevas dinámicas; despresidencialiantes, descentralizantes; ciudadanas;  hacia el cambio en las relaciones de poder. Otro escenario; anti-inercial; que frene y revierta la inercia hacia la desintegración;  Asumido a consciencia por la gente; por la ciudadanía que se activa en la Venezuela profunda de las parroquias y los municipios; de las regiones. Asumido y como impulso de la autoactivación de ese nuevo sujeto social; ese nuevo sujeto sociopolítico;  que asume ejercer su soberanía política  ciudadana; definir trazar y activar la política; en la beligerancia de confrontar políticamente al poder; al autoritarismo; al centralismo; desde sus espacios vivenciales y existenciales; el barrio, la parroquia, el municipio.

.-  La “ciudadanía activa organizada y bien planteada”; el contrapoder ciudadano; el “nuevo sujeto social”; detendrán y revertirán la inercia hacia la desintegración.

Las burocracias partidistas-empresariales-candidaturales; empujan al país en el escenario de la inercia hacia  la desintegración o la implosión; hacia convertirnos en veinte a treinta millones de alfanumerados; en las estructuras centralizadas del Estado Comunal; sobre las que chinos rusos y cubanos; con Maduro y Padrino; al mando del régimen de ocupación; en fase de conformación;  nos constituirán  la “Gran Potencia” que han anunciado.

Pero demostrada una y otra vez a lo largo de estos veinte años; últimamente el 16-J pasado; el impulso de “Venezuela no se rinde” y su inmenso Aula Magna-.UCV del 06-A. Junto a una muy alta consciencia política;  en el país hay una inmensa capacidad de movilización y confrontación; aunque dispersa; regada; inestructurada; desconcertada y confundida  por la continuada creación de falsas expectativas y sus respectivas sucesivas frustraciones. Una consciencia y  capacidad políticas que constituyen la subjetividad básica para salir de la crisis; la base del contrapoder ciudadano  Que cuajando político-organizativamente; local y  parroquialmente; regionalmente; ciudadanizada; como está comenzando a suceder; empuja hacia el escenario anti-inercial de la descentralización y parroquialización de la política y de la confrontación con el poder asumida desde la base ciudadana como contrapoder ciudadano; como un nuevo sujeto político.

De la inercia hacia la desintegración  en que pretenden mantenernos las burocracias partidistas; no nos salvarán “invasión” “bloqueo” “insurrección”, ningunas; ni “los militares”. Ni ninguna conciliación con el Poder; ni mesianismo ni pragmatismos electorales ni candidaturales. Ni tampoco; a pesar de su involucramiento; la OEA  el Grupo de Lima  la UE; con su Carta Democrática  y sus sanciones.

La gente; un nuevo sujeto político; el del 16-J y del Aula Magna del 06-A; con una nueva política; hecha soberanamente  desde la base de las parroquias y las regiones; “la ciudadanía activa organizada y bien plantada”; con una política ciudadanizada descentralizada; el contrapoder ciudadano en proceso de activación¸ será quien detendrá y revertirá la inercia hacia desintegración en la que nos empujan las burocracias partidistas y los factores de poder.

 

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