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Gustavo Tovar Arroyo: México se rinde…

 

La rana seducida

Pareciera que el pueblo mexicano, como la rana crédula del cuento, ha decidido montar sobre su lomo al escorpión López Obrador para cruzar el caudaloso río de la historia. Es atormentante observar la candidez con que la ranita popular se entrega a la tentación chavista. Uno entiende las frustraciones, todos los pueblos del mundo las tienen, la corrupción ha estallado en el rostro de cada ciudadano consciente, pero suicidarse como antídoto a la frustración resulta excesivo.

¿México se suicidará?

La sumisión al caudillo

Por un lado, gran parte de la sociedad mexicana, impulsada por la decepción, escurre babas seducida por la fantasía marxista de López Obrador; por otra, quienes se lo oponen ya comienzan a tratarle –muy anticipadamente– como si fuera su autócrata: le agachan la cabeza.

La sumisión ante el caudillo populista espanta. Periodistas, intelectuales, empresarios, líderes sociales y políticos, comienzan a inclinarle la cerviz para que les degüelle todo despojo de dignidad y honor.
En el fondo de mi ser me pregunto: ¿cuál habría sido la postura de Octavio Paz?

“Ricky, riquín, canallín”

No puedo ocultarlo, el escorpión López Obrador me parece un disparate histórico. La cantidad de desatinos que puede decir por segundo sólo compiten con los de Evo Morales o Daniel Ortega. No tiene el carisma de Chávez o Castro, ni la potencia social de un Lula o un Mujica. Es torpe, trastabilla, sus insultos –como los de todo caudillo redentor– son tan abundantes como pueriles: “Ricky, riquín, canallín”. ¿En serio? ¿Eso es lo que tienes que decir?
La nación de Alfonso Reyes, José Vasconcelos, Octavio Paz y Carlos Fuentes, produce un político que dice semejante pendejada y todavía hay quienes lo siguen y serán capaces de votar por él. Algo está pasando, probablemente sea un irrecuperable vacío en el espíritu mexicano.

¿Qué nos pasó?

La inmoralidad de las élites

La decadencia de una nación ocurre cuando sus élites económicas, sociales, culturales y políticas, relajan sus principios y naufragan en el lodazal de la inmoralidad. Cuando eso sucede, aparecen implacablemente farsantes que aprovechando la frustración y la decepción se yerguen a sí mismos como paladines de la salvación.
Ya lo sabemos, representan peores males que aquellos que dicen combatir, pero sin embargo aparecen, capitalizan la rabia popular, escorpiones por naturaleza, prometen, engañan y cuando uno menos lo espera, traicionan, pican, se hunden y nos hunden con ellos a todos por igual. Lamentablemente no hay excepciones, México tampoco lo será.

¿O sí?

Lecciones sobre la tiranía

En una larga conversación con Liébano Saenz en la que intercambiábamos impresiones y aprehensiones sobre el derrotero político mexicano, le comenté que una de mis mayores angustias era el miedo que veía en ciertos sectores de la sociedad mexicana para enfrentar a López Obrador; la rendición de ciertas élites, en especial las vinculadas con los medios de comunicación, era escalofriante.

Liébano coincidió y me entregó un libro que me ha dejado boquiabierto: Sobre la tiranía. Veinte lecciones que aprender del siglo XX.

Le cedo la palabra a su autor Timothy Snyder, esta es la primera lección que nos da:

“No obedezcas por anticipado”

“La mayor parte del poder del autoritarismo le ha sido otorgado libremente. En tiempos como éstos, los individuos se anticipan a lo que querrá un gobierno más represivo, y después se ofrecen sin que nadie se lo pida. Un ciudadano que se adapta de esa manera está enseñándole al poder lo que es capaz de hacer.”

Los mexicanos ya comienzan –como los venezolanos– a otorgar libremente poderes al autocrático escorpión, se ofrecen sin que nadie se los pida, le enseña al poder lo que podrá hacer. Es un bochorno inaceptable, si no enfrentamos al aprendiz de chavista, estaremos perdidos. O nos activamos y enfrentamos este mal o nos hundiremos con él.

¿Cómo se logra eso? Con conciencia crítica organizada y activismo llevado hasta el último nivel. Un puñal de ideas en la boca y una afilada hacha de activismo social contra la opresión.

Venezuela no llevó su lucha hasta las últimas consecuencias, por ello su ruina mortal y su devastación, ¿México lo hará?

@tovarr

 

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