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Jesús Alexis González: Borrón de ceros para ocultar la hiperinflación y la caída del PIB

 

Iniciemos con una previa y necesaria contextualización sobre la farsa (enredo que tiene como fin engañar o aparentar) Reconversión Monetaria (RM) anunciada el 25/07/2018, en un sofista marco (argumento falso, formulado con la finalidad de inducir una errada comprensión) de un “nuevo” Programa Económico de Recuperación y Crecimiento.

La RM expuesta por el régimen, basada en un nuevo cono monetario (billetes de mayor valor) y la circulación de un Bolívar Soberano en un contexto de anclaje monetario con la criptomoneda (Petro), a diferencia del anclaje cambiario que consiste en fijar el precio del dólar USA con el respaldo de las reservas internacionales (actualmente agotadas), ha perfilado un “anclaje virtual” habida cuenta que el nuevo “tipo” de reservas estará principalmente compuesta por unos Petros  respaldados (¿?) por petróleo de la Faja Petrolífera del Orinoco que es un crudo pesado y extra pesado (que no fluye con facilidad) y por tanto de mínima importancia comercial para las multinacionales. Dicha acción, facilita suponer, siendo como en efecto es, que en Venezuela las leyes básicas de la economía no funcionan, que la intención que subyace con el “anclaje virtual” es restringir la oferta de bolívares “reales” en aras de contraer el circulante y en consecuencia ¡¡obligar al uso del Petro en la mayoría de las operaciones económica-financieras!!; es decir inferimos que pretenden inducir un efecto restrictivo del circulante como estrategia para impedir la compra de US$ al tiempo de opacar el deseo ciudadano por la dolarización como alternativa para conservar su poder adquisitivo, bajo el ambiente de un “corralito” en pro de evitar que los ciudadanos retiren su dinero “real”, materializando de tal modo una profundización del control de cambio.

Desde un ángulo complementario, vale resaltar que en un país donde se instrumentan eficientes políticas económicas y por consiguiente se desenvuelve en permanente equilibrio macroeconómico (distinto al caso venezolano) entendido como una situación que refleja una igualdad entre la demanda agregada (conjunto de consumo público y privado, de inversión y de exportaciones e importaciones) y la oferta agregada (representada por la producción del respectivo país), no surge la necesidad de instrumentar ningún tipo de reconversión monetaria y mucho menos de “borrar” ceros a su moneda. Es de acotar, que la razón fundamental por la cual al bolívar se le agregaron tantos ceros en la historia reciente vinculada con la “revolución socialista” (¿?), que ahora deciden borrar de forma compulsiva e improvisada, fue precisamente una inflación desbordada convertida en el presente en una hiperinflación generada por una voraz emisión de dinero sin respaldo (inorgánico) con énfasis en billetes de mayor valor ante la alza continua y persistente de los precios, que obviamente hacía necesario un aumento de la cantidad de masa monetaria en circulación para adquirir una cantidad cada vez menor de bienes y servicios, que al propio tiempo fue perfilando un rechazo y/o “desprecio” al bolívar como medio de pago al igual que para conservarlo ante la pérdida continua de su valor (poder adquisitivo); en un devastador acontecer que el régimen en su acostumbrada cínica externalidad (es culpable es otro) se la achaca a una “guerra económica”(¿?) que en todo caso mostraría su incapacidad para enfrentarla ya que no han podido derrotar en ¡20 años!

Permítasenos una breve y sencilla referencia sobre qué es el Producto Interno Bruto (PIB) y como afecta a la economía y la familia. El PIB, es el valor en dinero de los bienes y servicios finales producidos por la economía de un país y es por tanto la suma de todo lo que se genera, por lo cual implícitamente revela la capacidad de producción de ese país siendo una perogrullada indicar que cuando crece aumenta el empleo, la inversión y el poder adquisitivo de la gente con evidente impacto favorable sobre el bienestar nacional; en el entendido que el crecimiento económico es una cadena cíclica es decir todo lo que se produce es consumido por los hogares. Resulta pertinente destacar, que la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) estimó que Venezuela reflejará una caída de 5,5% del PIB en 2018, luego de una caída de 9,5% en 2017 hasta alcanzar una contracción acumulada de un 40% respecto a 2013; o lo que es lo mismo durante la permanencia de N. Maduro en el poder la economía como medida de valor se habrá reducido ¡a la mitad!

Ahora bien, cabe preguntarse: ¿Para qué se instrumenta una RM y una eliminación de ceros? En términos económicos ortodoxos (que sigue fielmente sus principios), la respuesta convencional pudiere ser: Con el objetivo de modernizar el sistema monetario para adecuarse a los estándares internacionales, impulsado cuando la mayoría de los países manejan una moneda con menos dígitos en relación a la del país que adelanta la RM y en razón de ello pretende estar más acoplado con el desenvolvimiento del mercado internacional lo cual implica que la moneda nacional ha de estar lo más cercana posible al US$ que opera como patrón de referencia para la convertibilidad, lo cual de igual modo exige procurar la estabilidad en los tipos de cambio, e igualmente reducir el “desprestigio internacional” que se genera sobre la economía nacional cuando es muy alta la cantidad de ceros de su moneda. Por otra parte, y en cuanto al mercado interno se aspira que al ciudadano de a pie se le facilite efectuar las operaciones comerciales; al tiempo de simplificar la elaboración de los Estados Financieros y Sistemas contables de la economía en su conjunto. Es una verdad evidente por sí misma, que para el caso venezolano los “objetivos de vitrina” de la RM y el borrón de ceros se corresponderían a los dos últimos mencionados, y en especial lo referente a facilitar las operaciones comerciales ya que p.ej. de no haberse materializado el borrón (ojalá no suceda) de los ocho ceros (tres en 2008 y cinco en 2018) un cartón de huevos estaría costando en la destruida Venezuela del presente 5.000.000.000 de bolívares, es decir ¡¡cinco mil millones de bolívares!! Es de hacer la salvedad, que luego del 20-A cuando entre en vigencia el nuevo cono monetario (de nuevo ojalá NO) al margen de una obligante definición de política económica-monetaria dicho cartón de huevo pasará a “costar” 50 bolívares pero que de igual modo tendrá un mortal efecto sobre el salario mínimo integral que se situará en ¡¡51 bolívares!! o lo que es lo mismo para adquirir un cartón de huevo será necesario sacrificar el ¡¡10% del salario mínimo integral “reconvertido”!!

Reflexión final: Nos resulta académicamente indeseable, el reduccionismo de centrar el análisis de la RM en comento solamente en las posibles bondades y desventajas de borrar ceros, a sabiendas que esos “nuevos billetes” al entrar a circular en una economía dominada por la demoledora hiperinflación en un escenario de decrecimiento económico (para agravar más las cosas) que, sin duda, y casi de inmediato, hará ineficiente la “farsa” reconversión; y sobre lo cual el régimen no expresa opinión alguna salvo un populista mensaje contentivo de ¡una ilusión de continuidad revolucionaria!

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