Más tiempo de organizarlas, pero menor oferta electoral. En julio del presente año el Consejo Nacional Electoral (CNE) convocó la realización de las elecciones municipales, a celebrarse el 9 de diciembre, pese a que debieron ser realizadas en diciembre de 2017 con la elección de alcaldes.
El Observatorio Electoral Venezolano (OEV), tras comparar la convocatoria de estas elecciones con las que se realizaron en diciembre de 2013, destaca que con la publicación del cronograma, se muestra un cambio en la forma en que el CNE venía planificando los comicios.
Aunque con el retraso de un año, ya que debieron realizarse en diciembre de 2017, como lo estipula la Carta Magna, el ente convocó el proceso con casi cinco meses de antelación (cuatro meses y 24 días), “un comportamiento muy distinto al mostrado en los últimos cuatro procesos electorales”.
A diferencia de la elección de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), que se prepararon en apenas 56 días, en esta ocasión, el Poder Electoral anunció un lapso de 149 días para la preparación del evento electoral, “hasta dos y tres veces más tiempo que el estipulado en las últimas cuatro elecciones”, dice el análisis del Observatorio.
“Los cronogramas realizados en los últimos cuatro comicios electorales se han caracterizado por ser manejados con alta discreción por parte del CNE, en beneficio al Estado venezolano”, destacan.
El próximo 9 de diciembre se elegirán entre 4.900 concejales principales y suplentes. Estas elecciones encuentra semejanzas con el cronograma de los comicios realizados en 2013, tomando en cuenta la distancia que rodean ambos procesos.
Sin embargo, en los últimos 5 años el mapa político del país ha cambiado en la mayoría de sus partes. Una de las diferencias, es que en esta ocasión el CNE “cometió una violación” al no cumplir en el artículo 2 de la Ley de Regularización de los Períodos Constitucionales y Legales de los Poderes Públicos Estadales y Municipales, donde se contempla la obligación de realizar conjuntamente la escogencia de alcaldes y concejales en una misma elección.
La convocatoria de 2013 fue hecha con casi seis meses de antelación, y en 2018 se materializó casi cinco meses antes, apenas un mes de diferencia contando desde el momento en que fueron publicados formalmente los cronogramas electorales.
En esta oportunidad el organismo incluyó el “Programa de Acompañamiento Internacional’’, con una permanencia de siete días en el país, mientras que, en los últimos encuentros electorales, esta actividad fue excluida de los cronogramas.
En el cronograma 2018, algunas actividades fueron incrementadas o reducidas, entre ellas se incluye la campaña institucional (29 días menos que las elecciones de 2013), campaña electoral (cuatro días menos), y publicación de resultados en Gaceta Electoral (12 días más que hace cinco años).
En el caso de las actividades asociadas al Registro Electoral, por ejemplo, el CNE otorgó un plazo de 82 días para estas elecciones, similar al de los comicios presidenciales de 2012 (84 días) o al de las municipales de 2013 (88 días) y en contraste con el tiempo de esta etapa estipulado para las presidenciales de 2018 (35 días).
También las auditorías sufrieron importantes recortes este 2018, con una diferencia de 82 días entre un cronograma y otro, pese a que se estipuló un número similar de actividades para ambos comicios (16 auditorías en 2018 y 21 en 2013).
La publicación oportuna del cronograma para la elección de concejales representa un cambio en la forma en que el CNE venía regularizando la planificación de los comicios, a diferencia de los últimos cuatro eventos electorales.
Sin embargo, “los venezolanos cuentan con pocas alternativas para elegir a sus representantes en las cámaras municipales, una restricción en el ejercicio de la democracia, termina por empañar la regularidad con la que fue elaborado el cronograma electoral”, por la anulación de los partidos que formaban parte de la Mesa de la Unidad Democrática.
Con información de Observatorio Electoral Venezolano
