El 9 de diciembre es igual votar que no votar.
Los resultados están pre-determinados; y los cuadrará el CNE; como en las pasadas “elecciones” de alcaldes y gobernadores; y como cuando la ANC; que SMARTMATIK se vio compulsionada a declarar: que no hubo conteo ni totalizaciones ni “auditorías en ningún nivel”; cuando las votaciones; según; habidas por los participantes; propiamente, puestas; “no se sabe de donde salieron”. Y, como en “la reelección” de Maduro. Porque no son verdaderas elecciones; porque; realmente; cómo “vote” la gente es indiferente. Lo que se maneja; lo previsible; es que el PSUV “saque” el 70% o más de los concejales; que el 30% restante; o menos; se reparta entre los otros participantes; los también oficialistas; y los oposicionistas. Fredy Bernal ya anunció que “en cada concejo habrá uno o dos concejales de oposición”; en los 335 municipios, unos 500 concejales de los cerca de 4.000 que el CNE “elegirá”.
Los resultados que ponga el CNE el 9D; y el cuadro y reparto de concejales que “resulte” entonces; realmente; no incidirán institucionalmente en nada para nada en ningún aspecto en la dinámica política ni económica; ni etcéteras; nacionales; en la crisis. Como en las últimas cuatro farsas electorales referidas. Y como; dramática, alucinantemente; tampoco terminaron sirviendo para nada los resultados históricos de diciembre del 2015 para la AN; que se le salieron del control de las rectoras electorales maduristas.
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Las encuestadores prevén más de 80% de abstención; como en el 2015. Con motivaciones diferentes; aunque ni la de entonces ni la de ahora; tuvo realmente que ver; ni el 9D tampoco tendrá; con que algunas burocracias oposicionistas denuncien el proceso; llamen a no votar. Las motivaciones de la gente para abstenerse son múltiples; pero en sustancia y motivación; en conjunto; como, en mucho; siempre; pero determinantemente cuando aquella AN a un año del fraude del RR; y ahora; la abstención es política. Política; consciente, motivada, inteligente e incontestable. En general la gente; aparte lo arriba señalado del fraude continuado del CNE; no tiene motivos concretos; motivos políticos concretos; para votar.
Salvo las invocaciones macro “políticas” de las retóricas oposicionistas; la gente en general no leve sentido a votar. Al contrario. Lo hizo; en el caso; por gobernadores legisladores y parlamentarios; varias veces; en cada entidad; por decenas y centenares de concejales; que no hicieron nada o casi; salvo partidismo y negocios; en general clientelismo; por lo que fuera y con la justificación que fuera; ni se ocuparon realmente; ni hicieron nada ante los problemas municipales; de la gente. Luego de varias elecciones municipales cada cuatro años; la basura el agua la electricidad el transporte; siguen; cuando menos igual de críticas; cuando no en colapso como en las mayores ciudades. Obviamente; por el centralismo; porque los concejos municipales hoy no tienen ninguna capacidad propia soberana; no son realmente autónomos; atenidos como están al gobierno nacional; tanto que ni para las nóminas les son suficientes los ingresos propios. Pues; precisamente por el centralismo; en las condiciones actuales; y en perspectiva; reitero: en las condiciones actuales; y en contra de lo que tendría que ser; ni los consejos municipales como entes; ni los concejales como supuestos representantes; significan nada; o casi; salvo para trámites; significan nada para la gente.
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En las circunstancias actuales; ni votar es lo correcto y no hacerlo, lo incorrecto; ni abstenerse es lo correcto; y votar es lo incorrecto. Tanto votar como abstenerse; según pueden resultar válido para cada quién. Es una decisión y una actitud estrictamente personal; existencial: ni es política ni tiene nada que ver con la política; con la dinámica del poder a ningún nivel. En tal sentido; termina siendo válido; respetable; la posición de cada quién hacer lo uno o lo otro- Las razones y motivaciones de cada quién; para asumir posiciones opuestas; son o pueden ser igualmente válidas. Eso en lo personal. Junto a que la desinserción de las votaciones del 9D con respecto a la realidad nacional; su cero incidencia en ella; en la crisis; dado su verdadero carácter de elecciones internas del chavismo; digamos “con participación”; son tales; que cualquier posición que se adopte; participacionista o abstencionista; es o puede ser defendible.
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La parte no oficialista del 20% de participación que según las mediciones previsiblemente habrá el 9D; se compondrá de tres grupos: uno primero; de colaboracionistas- oportunistas; y de cuidadores “de los espacios” que “se tienen”; que ellos tienen; aunque no hayan servido para nada o casi. Un segundo grupo de voluntaristas, dirigentes y activistas locales que participan, “por cuenta propia”; pese a todo; con alguna expectativa de colarse y quedar entre los que el CNE decida poner a “ganar”. Y un tercer grupo de existencialistas y fundamentalistas del voto; que; sea como sea; votan por necesidad y por convicción.
Uno de los aspectos políticos reales; no evidente pero real; concreto; tratándose en realidad de un proceso de los chavismos; es que; de acuerdo a los resultados previsibles; la mayoría absoluta de los concejales electos será chavista del PSUV; y solo una minoría reducida será madurista. El cuadro nacional resultante de cámaras municipales; será mayoritariamente psuvista; no de Maduro.
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Este proceso del 9D reproduce casi calca las elecciones parlamentarias del 2015. Siendo tal similitud su aspecto político más profundo y consistente; pese a la leyenda; pura leyenda; que se urdió y generalizó sobre el supuesto carácter epicéntrico de ella. Con circunstancialidades concretas diferentes; la abstención actual; sea cual sea su monto concreto definitivo; expresa la existencia de una alta consciencia política en los venezolanos; pese a la subjetividad puntofijista que condiciona su visión y actitud política concretas. .-