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Enrique Meléndez: La tesis del Consultivo

 

Si hay una persona, a quien reconocerle la idea del referéndum consultivo es a Enrique Colmenares Finol; un hombre que viene trabajando en el proyecto de una Asamblea Nacional Constituyente (ANC) desde hace unos doce años; incluso, para lo cual fundó un movimiento, que denominó Alianza Nacional Constituyente, conjuntamente, con Blanca Rosa Mármol, Luis Alfonso Dávila y otras destacadas figuras regionales. Incluso, hace unos tres años este grupo hizo un primer pronunciamiento público al respecto, en un acto que realizó en el Colegio de Ingenieros de Caracas; sólo que no era el momento de impulsar una ANC, y por la que había sido execrado Leopoldo López, por lo demás en la MUD; una vez que se atrevió a asomar esta posibilidad en los famosos días de la estrategia de La Salida; razón por la cual a la larga iba a parar a la cárcel; cuando la MUD estaba enfrascada en la idea del referéndum revocatorio; que era lo que se consideraba prioritario; aparte de que se alegaba de que, en virtud de que estamos viviendo en un Estado de facto, al final, un proceso de este tipo no iba a ser tomado en cuenta por la gente que nos gobierna; como tampoco iba a ser tomada en cuenta la solicitud del revocatorio.

Es decir, lucían como cucaracha en baile de gallina Colmenares Finol y su gente, con motivo de esa idea de recoger el 15% de las firmas, a través de un proceso que nos iba a llevar a una ANC, y que se arrogara el poder originario; por lo que no se necesitaba la participación del Consejo Nacional Electoral; dado que se había cumplido con el requisito que exigía la Constitución, para la convocatoria de tal evento, y de modo que todos los pasos que se hubieran dado, en ese sentido, no eran sino pasos perdidos.

Es por eso que esta gente habla hoy en día de que el gobierno contaminó esa idea; puesto que todavía estamos en un país constituyente; esto es, un país que no ha escrito una Constitución realista y acorde con la racionalidad de un Estado, sobre todo, moderno; empezando porque el propio nombre de República Bolivariana ya adultera la nacionalidad de la República; que pasa a tener un apellido en una forma forjada; sobre todo, porque contiene mucha carga ideológica, y de allí la necesidad, que hay de revisar esa Constitución; de modo que deje de ser un traje a la medida, diseñado para Chávez y sus sucesores, y que ellos mismos han confesado, que es lo que pretenden a través de procesos como el de la propuesta de la Reforma de 2007 o la Enmienda de 2009 y ahora esta ANC, que ha convocado Maduro, saltándose todas las reglas constitucionales, y convirtiéndose su elección en una contienda interna del PSUV.

En especial, porque se trata de una cuestión de Estado, y toda cuestión de este carácter debe contar con el visto bueno del pueblo; antes que unos representantes suyos, impuestos por un proceso de elección compuesta de antemano, se lo arroguen; partiendo del hecho de que allí se va a discutir la naturaleza del Estado; que va a implicar un cambio de estructura; algo que sólo los tipejos que nos gobiernan se atreven a llevar a cabo en una forma inescrupulosa, sólo para permanecer hasta la eternidad en el poder; de modo que se trata de una imposición a su sociedad; oculta un espíritu de mala fe, como es la constitucionalidad de la dictadura, que actual tenemos como régimen de gobierno, y como lo ha reconocido hasta la propia iglesia; convirtiéndose por esta vía en una agresión al pueblo; en especial, en un momento en que el país atraviesa por una violenta etapa de bipolaridad, y toda constituyente se forja en el momento en que todos los sectores se han consensuado.

A esta idea de la ANC de Colmenares Finol se fueron plegando partidos, como Voluntad Popular, y lo que era lógico; puesto que Leopoldo López la aupa, como dijimos anteriormente, el Copei de Pedro Urrieta, el Nuvipa de la iglesia evangélica, el Independientes Por el Progreso de Egildo Luján, así como individualidades como Oswaldo Alvarez Paz y Claudio Fermín; quienes se han venido reuniendo y terminado de agruparse bajo un movimiento que lleva por nombre Congreso Superior Constituyente, que preside en forma pre tempore Egildo Luján, y, en vista de que consideraban que su tesis había sido contaminada por el gobierno, entonces durante las deliberaciones llegan a la conclusión; de que lo mejor era abocarse a auspiciar un referéndum consultivo.

Hasta se pensó que se pudiera celebrarse los días 22, 23 y 24 de julio; una semana antes de la ANC de Maduro. Es así como esta gente emprende una cruzada, en ese afán de auspiciar el consultivo. Van a la Asamblea Nacional, van a la Fiscalía, van a las universidades, van a las academias, van a la Conferencia Episcopal, y quienes terminan dándole el visto bueno al propósito que los mueve; sólo que cuando se abordó el tema de la fecha, se enteran de que ya los estudiantes también han comenzado a manejar la idea de un consultivo, y que ya lo han fijado para el 16 de julio; por lo que, en vista de que quien lleva la batuta hoy en día en la lucha contra esta dictadura castrocomunista, es este sector, se admitió la fecha del 16 de julio, para tal evento, cuyo resultado tendría un impacto demasiado demoledor en el sector del oficialismo; por su efecto desmoralizador; puesto que nadie duda que van a salir por lo menos ocho millones de personas a participar de esa consulta.

No contaban con mi astucia –le dice ahora el pueblo venezolano al oficialismo, con motivo de esa intención suya de conducirlo hacia el corredor de la matanza; en vista de que estaba en la posición de correr o encaramarse ante la propuesta de la ANC de Maduro, es decir, de participar o no participar; tomando en cuenta que en ambas alternativas salía con las tablas en la cabeza en un proceso, como hemos dicho, trucado de antemano; diseñado para prolongar la estadía de esta gente en el poder.

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