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César Malavé: No tenemos balas,  votos sí

Sobre la base que la política es un acto eminentemente cerebral y no emocional y, atendiendo al valor del voto a la hora de enfrentar las dictaduras, o regímenes autoritarios, Acción Democrática decidió preparar a su sector juvenil sobre la necesidad de participar en las Elecciones Regionales. En este sentido la Dirección de Formación y Doctrina de la Seccional Nueva Esparta preparó un conversatorio denominado “Las dictaduras sí salen con votos” y a nosotros nos sobran. Hay necesidad de entender que la llamada constituyente sólo fue un evento del PSUV. Sin auditorias verdaderas, sin acompañantes verdaderos y lo más importante, sin testigos en mesas, centros electorales, sala situacional y sala de totalización. Hicieron lo que les dio la gana. Amén de la ausencia en todos estos actos del Rector Luis Emilio Rondón. Entonces, frente al nuevo evento electoral que ha convocado el CNE,  qué hacemos? Montar una guerrilla foquista en cada barrio?, invocar una intervención militar externa o interna? A cualquier salida de fuerza nos oponemos. Nuestra lucha sigue siendo la búsqueda de un cambio vía pacífica, constitucional y electoral.  No participar sería entregarle al gobierno todas las gobernaciones del país, lo que se convertiría en una verdadera traición a este bravo pueblo. Con ese mismo CNE y con nuestra gente “mosca” ganamos la Asamblea Nacional con una ventaja de lujo.

Con el simple anuncio de Henry Ramos Allup han comenzado a saltar buscando dividirnos y evitar que participemos.  Los venezolanos que hoy  danzan al son del lenguaje bélico, esos navegantes inexpertos en las aguas turbulentas de la política, lo más probable es que  impresionen a sus amigos, porque hasta ahora lo más cerca que han visto un arma fue en Misión imposible y mejor que no toquen una porque seguro se dan un tiro en el pie. El pueblo no tiene armas sino votos, una salida militar pertenece al arsenal retórico insensato para quien sepa de las Fuerzas Armadas Bolivarianas, hoy tomadas por fundamentalistas y altos mandos tenebrosos. A cada posible oficial institucional, el G2 lo marca como a Messi, y ellos también ansían y necesitan que la decencia se imponga con amplitud en las urnas. Es saludable para la salud política de muchos, recordarle que en los años sesenta comienza  la era de transición a la democracia, en la que se abaten las dictaduras de derecha o izquierda, comunistas o anticomunistas, sin uso de mesías o líder de verde oliva.

Casi todas se desplomaron gracias a acuerdos con la oposición para realizar procesos electorales, negociaciones y pactos que concluían en comicios. Muchas veces confluyeron crisis económicas con la acción de disidentes curtidos por rudas experiencias que evolucionaron desde el voluntarismo suicida hasta aprender la importancia de abrir ventanas, por modestas que parecieran, y cuidarlas a todo trance. Otras sin desastres económicos conquistaron el derecho a tener elecciones, gracias a la presión de EEUU y otras potencias democráticas. En América: Perú (1980), Ecuador (1981), Bolivia (1982), Argentina (1983), Brasil (1984), Guatemala (1984) Uruguay (1985), Chile (1988),  Nicaragua  (1990), México (2000). Sobre estos fundamentales ejemplos se desarrolló con todo éxito el conversatorio adeco, cuya ponencia central tuve el honor de hacer. Un total de 56 jóvenes adecos serán  parte del grupo de multiplicadores, que explicarán al pueblo la necesidad de asistir a las Regionales con todos los riesgos que ello significa, porque AD no tiene balas, votos sí.

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