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Rafael Rodríguez Olmos: Venezuela: ¿Experimento de guerra psicológica?

Me entero por el portal Aporrea la realización de un foro el pasado 10 de agosto, titulado “Venezuela: ¿experimento de guerra sicológica?”, organizado por la Coordinación de Estudios Avanzados del Centro Internacional Miranda (CIM). Fue el único medio que le dio importancia real.

Lo primero que me pregunté es cómo un evento de este tipo no tuvo difusión mediática, cuando le correspondía incluso comentarios y participación en programas de radio y tv, y además, un reportaje impreso que sintetizara lo que allí se debatió. Pero en realidad creo que el Centro Internacional Miranda debe tener todos los problemas de limitación del mundo, como los tienen todos los institutos de investigación, pues en los videos se nota que incluso ni una cámara profesional tenían para recoger este testimonio.

Por qué reseño este hecho. Porque es algo con lo que el imperio viene trabajando desde finales de la Segunda Guerra Mundial, con toda la experiencia acumulada y las pesquisas robadas a investigadores europeos que llevaban lustros trabajando sobre el manejo de la   conducta humana. A ello se agregó las nuevas teorías de la comunicación y la masificación de los medios de comunicación, que al final se han utilizado como el arma perfecta para la manipulación de la psique humana.

Es por ello que el gran líder negro Malcolm X dijo: “Si no estáis prevenido ante los medios de comunicación, os harán amar al opresor y odiar al oprimido”.

Este foro, de real importancia, aborda y aporta elementos demasiado determinantes al debate que debe darse en todo el ámbito nacional sobre el tema de la manipulación y el control de la sociedad, que incluye una programación no solo de la conducta humana, sino incluso del cerebro. El planteamiento en torno a la construcción de una subjetividad que logre deslindar la necro-tánato-política impuesta por la derecha local e internacional, debe ser precisamente el debate, pues impone el diseño de criterios y de políticas conducentes a la creación de un hombre nuevo, que obligatoriamente pasa por la escuela, la familia y los medios de comunicación. Llevo tiempo exponiendo la tesis de la necesidad de crear un Ministerio para Desaprender. Si tuviéramos la oportunidad de que nos sacaran de la cabeza toda la mierda que nos han metido a lo largo de nuestra vida, tendríamos una sanidad mental que nos haría mejores seres humanos, incluso diría seres humanos en realidad.

El control de la psique ya fue clave durante la Guerra de Corea; y los estudios se profundizaron durante la Guerra de Vietnam, cuando, producto de las investigaciones, los científicos sociales del imperio, determinaron que, si bien la tortura era eficiente en el momento, no era efectiva a la larga debido a las secuelas que dejaba, aunado a que no podía ser un método masivo de dominación. El funcionalismo da pa´todo, digo yo.

Entre tantas cosas que he leído a lo largo de mi vida, me tropecé con el libro de un investigador y periodista (creo que Biografía de una idea), creador por cierto de la Teoría de la Propaganda y las Relaciones Públicas, nacido en Austria, pero gringo por adopción, sobrino de Freud para más señas, llamado Edward Bernays (1891-1995). Es una de las mentes más terroríficamente maquiavélicas y brillantes que yo haya leído en mi vida, con una claridad del poder impresionante. En torno a la manipulación y el control de éste a través de la mente, dijo: “la manipulación inteligente de las masas es un gobierno invisible, que es el verdadero poder gobernante en nuestro país”. Se refería a Estados Unidos por supuesto.

Durante el desarrollo del foro realizado en Caracas, se expresa que hay “… una racionalidad moderno-colonial que domina el ejercicio político y está marcado por una pulsión tanática, movido por un deseo necrofílico, una política de la muerte”.

Es un planteamiento muy interesante como para dejarlo pasar por debajo de la mesa. Partiendo de allí debería generarse un debate que determine lo que ocurre en la cabeza de quienes conciben la política como un hecho de muerte, y más si hay un deseo necrofílico, porque entonces habría que precisar si siquiátricamente hay deseo sexual por los muertos -que no me extrañaría en ese montón de terroristas- o, sicológicamente una afición a todo lo relacionado con la muerte.

He visto reiteradamente el video donde incendian y asesinan a Orlando Figuera, allí en la Plaza Altamira, y me parece que en esa escena de terror hay bastante trabajo para siquiatras y sicólogos. Recordemos que primero se produce un linchamiento, es decir, una coñaza de muchos contra uno solo, en donde se incluye el apuñalamiento de la cabeza; luego el rocío de gasolina y después la conversión en tea humana. Decenas participaron en el hecho, pero cientos estaban allí y nadie fue capaz de oponerse. De hecho, lo aplaudieron. No hay duda, hay un tánato-necrofílico allí extremadamente peligroso porque es colectivo: todos creen que, para salir del gobierno, es necesario matar, de la manera más violenta posible, a todo aquel que se parezca al pueblo, o que lleve una franela roja, o que le falte un diente, o que sea negro. Todos son chavistas, por lo tanto, deben morir, pero que la muerte le produzca mucho miedo antes de sí misma.

Y quizás lo más preocupante, que apoya todo el planteamiento de este foro, fue el silencio de la dirigencia de la oposición. No hubo un pronunciamiento condenando los hechos, porque todos están de acuerdo en que la violencia, más parecida al terrorismo, es la única forma de sacar al gobierno del poder. Resolver todo con la muerte, pero con una muerte que se parezca más al terror. Ignoran por supuesto que eso termina siendo un bumerang y que todo el que participa o aplaude el hecho, termina convirtiéndose en una especie de asesino serial que todo lo va a resolver por la vía violenta. Por ello Estados Unidos tiene una cultura magnicida.

La violencia es extremadamente peligrosa. No importa de dónde venga. Todo el mundo sabe cuándo comienza, pero nadie es capaz de vaticinar cuándo puede terminar. Y es que simplemente ella es un espiral. Ésta genera rencor y ésta a su vez genera venganza. Salir de allí termina haciéndose casi imposible.

Hay unos estudios muy interesantes sobre la cultura goajira y su comportamiento violento en materia de venganza. Es una cultura de la muerte que ya es epigénetica.

En verdad que lamento no haber podido estar en ese foro. Me parece que es una de las claves para entender, sobretodo, a la oposición en Venezuela, porque en ese foro se asomaron herramientas interesantes para el análisis y el estudio.

Creo que lo más lamentable es que nuestros medios de comunicación, me refiero a los de este proceso, no hayan tenido ni un ápice de interés por la publicidad del mismo, ni por su difusión. Algo en Telesur sin mayor profundidad, y otros medios menores. Me estoy preguntando si es que nuestros periodistas tienen idea de qué es importante y qué no. O si tienen idea de qué es tánato y necrofilia. Pero este es un tema clave, que debería ser abordado, mediáticamente, con la seriedad que corresponde. Por ejemplo, VTV que interrumpe a cada momento cualquiera programa para reseñar lo que hace un alcalde ladrón e incompetente, debería hacer un buen reportaje sobre este tema. Incluso hacer un foro, porque de eso se trata un medio de comunicación, de esto que llaman revolución. De las cosas que son cruciales para debatirlas, entenderlas y poder avanzar en lo que debe ser la clave del proceso: la construcción del hombre nuevo. Ese foro fue una oportunidad.

Caminito de hormigas…

Pregunta: Que altísimo dirigente del chavismo en el llano, tiene uno de los más poderosos negocios bachaqueros con la venta de arroz, pasta, granos, harina y pare de contar. El negocio es de tal magnitud que tiene 10 gandolas para distribuir en los estados centrales. Imagine que los caleteros, ganan entre 5 y 10 millones, MILLONES,  semanales. De bola, si es el Estado el que paga esa mercancía y un solo kilo de arroz lo venden en mínimo 12 mil. Una sola gandola se venden en 120 millones… En el sur de Valencia, así, bandera, venden en la calle los combos de las cajas Clap. Hasta 250 mil una caja por la que el Estado cobra 10.400. Avenida Aránzazu, avenida Sesquicentenaria, Ricardo Urriera, allí en el medio de la calle puede comprar su combo Clap que el Estado debe importar en dólares. Incluso, puede pagar con punto de venta. Pregunto, ¿no es una tarea del partido monitorear y orientar a la gente para que esto no ocurra? Jajaja, pobre Chávez.                                                                                                               

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