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Ramón Guillermo Aveledo: Lo que no puede ser

“Lo que no puede ser no puede ser, y además es imposible”, dicen que dijo Rafael Guerra Bejarano, “Guerrita”, que era torero y no filósofo. Otros lo atribuyen al notable político francés Talleyrand, pero me provoca preferir que sea el segundo califa cordobés del ruedo. Acaso porque el gracejo andaluz me guste más para responder a las picardías.

Habría “exigido” Rodríguez en República Dominicana reconocer la llamada constituyente, convocada por el Gobierno a contravía de la Constitución precisamente para anular la Asamblea Nacional. Lo mismo, y con la misma intención, plantea Cabello, tacto al servicio de la convivencia civilizada. La intención, de pedimento y declaración, está clarísima y no precisamente es dialogar o negociar, como sería de la conveniencia nacional. Más bien busca perder tiempo mientras salva la cara ante el mundo y ante la oposición democrática insiste en su línea insidiosa de buscar dividirla, desmoralizarla y a alguno o alguna, desesperarle, a ver si cae en tentación aventurera. Sin salir de los toros, invito a mis amigos de la Unidad a recordar que por lo malintencionado, el grupo en el poder se asemeja a los miuras que, como dicen los expertos, son animales difíciles de torear por “cambiantes, nerviosos que aprenden mucho y rápidamente…”.

Puede ofrecer mil cosas el poder al pedir fiado, que al contado jamás paga, con tal de obtener el reconocimiento a su constituyente, lo cual le ha sido negado por la Asamblea legítima y la mayoría determinante de la opinión nacional, así como por voces significativas y de peso de la comunidad internacional como casi toda Latinoamérica, Estados Unidos, la Unión Europea, Gran Bretaña, y comunicados que apuntan en la misma dirección de Suiza y Japón.

Urgidos de plata, perdida por despilfarro o corrupción, saben, y saben que lo saben afuera, que la Asamblea Nacional tiene la llave constitucional sobre el dinero. El artículo 187 hace indispensable su permiso para contratos de interés nacional (9), autorizar enajenaciones (12) y aprobar tratados (18). Que para endeudarse hay que pedirle permiso (312) y que el 313 une presupuesto y endeudamiento, como por el 314 autoriza créditos adicionales al presupuesto y el 319 somete al BCV en su presupuesto al Parlamento.

Reconocerla les dejaría las manos libres para todo eso y de paso para ignorar a la Asamblea. Y por si fuera poco, está el voto del 16 de julio, una pelusa.

Lo que no puede ser no puede ser, y además es imposible.

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