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Néstor Francia / Análisis de Entorno: ¡Oye, Ramírez, el candidato es Nicolás! (23-01-2018)

Ciertamente, el “reto” de Rafael Ramírez a Maduro de medirse con él en primarias para definir el candidato presidencial del chavismo es poco menos que una ridiculez, la primera calificación que se nos vino a la mente. Lo es por al menos dos razones: una, porque en el PSUV no habrá primarias, algo que se sabe, tenemos muchas cosas que hacer para perder tiempo en eso, que corresponde más a un sector profundamente dividido y carente de liderazgo, como la MUD. La otra, que el candidato del chavismo será Nicolás Maduro, eso pueden garbarlo en piedra. Y no porque sea una imposición del propio Maduro ni porque no haya otros dirigentes del chavismo que puedan ser buenos candidatos (as) o presidentes (as). La candidatura de Nicolás es un imperativo histórico de la Revolución. Con ese gallo se ha de ganar o perder la pelea, no hay otra.

Ramírez desprecia y subestima a Maduro del mismo modo que la derecha y por razones parecidas, aunque para ello el hombre arme y esgrima todo una supuesta argumentación política en la que se juzga a sí mismo como el ungido portador del mensaje “puro” de Chávez. Lo que subyace en el fondo de todos los fondos es que para un “príncipe” como Ramírez es inaceptable que un hombre humilde, un chofer de bus, un trabajador común esté por encima de él en la jerarquía política. Y esto no lo decimos por pura ocurrencia, el supremacismo de Ramírez resuma en sus artículos, verdadera epifanía de la prepotencia pequeño burguesa que siempre lo ha caracterizado.

Ahora bien ¿por qué la candidatura de Nicolás Maduro? En primer lugar hay que decir que Nicolás es el líder máximo e indudable, hoy por hoy, de la poderosa vanguardia política y social de la Revolución que es el chavismo. Esa gran vanguardia, que será factor decisivo en cualquier desarrollo político en el futuro cercano del país, quiere, respeta y apoya a su líder, quien la ha conducido a varias victorias en medio de peligrosas tormentas, agresiones económicas y mediáticas, intentos de desmedida violencia, terrorismo en diversas modalidades, presión imperialista, conjura implacable de la derecha continental y mundial en general.

Igualmente hay que decir que Maduro, un trabajador incansable, ha demostrado admirables virtudes humanas y políticas. Ha sido un líder creativo, audaz, valiente, decidido. A comienzos de su mandato no eran pocos los que no daban medio por él, hoy casi todos, incluidos muchos de los dirigentes opositores, así no lo digan, no pueden sino mirarlo con respeto o al menos con avergonzada frustración ante la resistencia épica de este hombre, blanco de todas las formas del desprecio y subestimación. Nicolás se las va ganando todas, poco a poco, paso a paso, con paciencia de orfebre.

Es claro que cualquiera otra opción de candidatura que no fuera la de Maduro, acarrearía la división del chavismo y su segura derrota, electoral o de cualquier otro tipo. La unidad del chavismo en este momento pasa por Nicolás Maduro como candidato presidencial, otra cosa sería camino seguro al descalabro de la Revolución.

Nosotros no estamos diciendo, Dios nos libre, que Maduro es perfecto, bien se sabe que no lo es. Como todos nosotros, está inmerso en un aprendizaje, en una escuela complejísima, la escuela de la lucha social. Nicolás tiene defectos y errores, como los tuvo Chávez. Pero igualmente creemos que, al igual que en el caso del Comandante Supremo, en la balanza de sus acciones, el peso de las virtudes es muy superior al peso de sus defectos. En un buen ser humano, un buen político y un buen líder, en este momento de los mejores, si no el mejor. Las probables próximas victorias de esta Revolución solo podrán ser con Nicolás Maduro al frente; si no, nos las veremos negras, de eso se puede estar seguro.

Ahora, volviendo al tema de las descaminadas ideas de Rafael Ramírez, véase lo que este hombre plantea, y que lo hace parecer fuera de sí: “Si yo vuelvo al país, reto a Maduro a unas primarias, libres, con garantías, para definir quién hará frente al candidato de la derecha, quién será el candidato del Chavismo” ¿Será esto parte de un juego político intrincado y malicioso, con elementos que no manejamos, o una simple expresión de un megalómano, alguien tan preciado de sí mismo, que se ve empujado a estos desvaríos, probablemente con el impulso de algunos amigos interesados? No podemos saberlo, pero es claro de estamos ante una propuesta sin destino, en su sentido estricto.

También afirma Ramírez: “Si el presidente Maduro me ofrece las garantías necesarias, entonces volveré al país para recorrer el camino de Chávez, para hablar con el partido, con los dirigentes, para hablar sin ser censurado” ¿De qué garantías habla? Porque en este momento él está siendo investigado por la Fiscalía en vinculación con hechos de corrupción en PDVSA? ¿Acaso todo este montaje es solo una manera de huir hacia adelante?

Por otra parte, no podemos olvidar que hay factores que se definen como de izquierda que están haciendo oposición al Gobierno Bolivariano, y en esas instancias, tal como ocurre con la MUD, no hay liderazgos claros y hay muchos que compiten por sobresalir sobre los demás. Acaso Ramírez se incluye ahora en ese quilombo.

Para Ramírez habría otra opción; presentarse a las primarias, sí, pero las de la MUD. Pero para eso tendría que dejar de hablar de Chávez. Con el PSUV que no busque nada, el candidato de la Patria se llama Nicolás Maduro Moros.

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