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Sofía Macías: Metas, el mejor tema para empezar a hablar de dinero en pareja

En México tenemos el refrán “ojos que no ven, corazón que no siente” y parecería que en uno de los campos en el que más lo practicamos es en el dinero en pareja.

Es increíble cómo muchas parejas se casan sabiendo el color favorito, equipo y hasta nombre completo de la tataratatarabuela de su amorcito corazón, pero sin jamás hablar de cómo organizar sus finanzas.

No es un tema poco relevante. La psicoterapeuta Sylvia London explica que las principales causas de divorcio son dinero, trabajo y sexo, en ese orden.

Y si bien es imposible asegurar que “el 56,7% de las parejas que hablan de dinero duren 5 años más en promedio” como explica la columnista de finanzas Adina Chelminsky, sí es claro que tener buena comunicación y acuerdos en este tema puede reducir fricciones o peleas, ayudar a que logren metas juntos y que se preparen mejor para emergencias y eventualidades.

¿Pero cómo hacerlo si es un tema que nos han educado a pensar que “es de mala educación” siquiera mencionar?

Fácil: empezando por la parte más agradable de las finanzas, es decir, las metas.

Si la cosa ya va en serio con tu pareja es un buen ejercicio ponerse una meta de ahorros juntos. Puede ser algo sencillo como un viaje, un concierto. El viaje incluso resulta una mejor opción porque da la oportunidad de discutir cómo organizarse con el dinero y quién paga qué, tema para el que no hay fórmulas.

El presupuesto en pareja es uno de los temas más espinosos porque hay muchas cosas que entran en juego: las ideas del dinero de cada quién, cuánto ganan, cuáles son sus metas y prioridades de gasto. Es muy importante hablar francamente estas cuestiones porque al final no hay una receta que diga que todo marchará perfecto si se divide a mitades o si es proporcional al ingreso. Cada uno debe exponer cuál es el arreglo que cree más adecuado y por qué. A veces esto mismo es un acto de confianza, pues quizás hay algo que no te parece justo y hasta te molesta, no lo dices por no quedar mal y acaba saliendo como un reclamo en otra parte de la relación.

Para hacer un presupuesto de pareja o familia que funcione tendrían que haber claridad con tres tipos de metas: las tuyas, las mías y las nuestras.

Conozco a una pareja que nunca habló de esto cuando se fueron a vivir juntos y se separaron a los pocos años porque tenían planes diametralmente opuestos: ella quería comprar un departamento y él quería invertir en su negocio y viajar.

Si estas dos personas hubieran hablado de sus prioridades habrían logrado conciliarlas antes de que se convirtiera en un tema de pelea continuo o simplemente se habrían dado cuenta que no eran tal para cual y se habrían ahorrado un proceso de separación complicado ya viviendo juntos.

También hay quienes se casan y no tienen ni idea de las grandes deudas de su media toronja… O peor de la expectativa de su susodicho de que cooperen en pagarlas. Las deudas como mínimo pueden ser un lastre a los planes y es algo que debería de saber antes de dar “grandes pasos”.

¿Y qué pasa si llevas años con alguien y el tema solo se ha tocado cuando no hay escapatoria o no hay acuerdos explícitos de nada? De nuevo, la respuesta está en las metas: ¿qué les interesa lograr? ¿Cuáles son sus verdaderas prioridades?

Incluso a nivel individual tener buenas finanzas depende en gran medida de que tengas claro para qué quieres usar el dinero. Es muy difícil que te pongas a hacer un presupuesto, te organices para pagar el total de tus tarjetas, ahorres o inviertas por el simple hecho de acumular. Lo que importa es el para qué.

Evidentemente este San Valentín nadie espera que le des una cátedra del interés compuesto a tu pareja, pero en el fondo si puede ser romántico hablar de sus metas y ya habrás hecho un gran avance en el tema.

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