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León Moraria: ¿Por qué las migraciones?

El fenómeno de las migraciones existe desde el Paleolítico cuando el hombre se movilizaba de un territorio a otro en el seguimiento de rebaños para la cacería. De esta manera, en un proceso de siglos, desde el Sur de África se realizó la dispersión de la especie humana a los demás continentes. Las migraciones obedecen también a catástrofes naturales, erupción de volcanes, terremotos, sequías, inundaciones, glaciaciones.

En el Neolítico, por la invención de Dios, las religiones y la propiedad, el hombre cambia la cacería de rebaños por la cacería de seres humanos (la esclavitud). Dios, la propiedad y su instrumento de dominación, la guerra, constituyen los tres inventos más imbéciles ideados por el hombre, que sólo le han acarreado desgracias, entre ellas, las migraciones, las cuales se pueden catalogar de la siguiente manera:

(1). Desplazados: migración de habitantes dentro del mismo país. Puede ocurrir, del campo a la ciudad; de una región a otra. En Colombia, por causa de la guerra hay cuatro millones de desplazados internos.

(2). Migración extraterritorial. Los habitantes de un país por diferentes causas migran a otro país. En Colombia, por causa de la violencia, cinco millones migraron a Venezuela y Ecuador. De México a Estados Unidos han migrado 35 millones de habitantes. El flujo crece por la incorporación de los desplazados de los países centroamericanos. De África y el Medio Oriente migran millones a Europa, por causa de la guerra, la sequía, las hambrunas, las guerras tribales y religiosas.

(3). Migraciones celestiales. Según la creencia, las almas de los creyentes fanáticos, y de las víctimas fallecidas en guerras religiosas, tanto del islam como del cristianismo, vuelan al cielo a disfrutar de goces y placeres, entre huríes, once mil vírgenes, ángeles y serafines.

Homero en La Ilíada, describe la injerencia de los dioses en las cuestiones de los hombres, la deux ex machina (Minerva diosa protectora de Atenas se enfrenta a Afrodita diosa protectora de Troya); Aquiles y Héctor se enfrentan, protegidos, cada uno, por un dios. La destrucción de Troya condujo a la migración de sus habitantes, fenómeno propio de todas las guerras.

Voltaire dejó dicho: “La civilización no suprime la barbarie, la perfecciona.” Es por ello que las páginas de la historia, tanto de la antigüedad como de la modernidad, están sembradas de guerras y migraciones: sirios y fenicios, persas y griegos, Egipto y Macedonia, Roma y Cartago, en sucesión interminable. La expansión del cristianismo y el islam se realiza por medio de la guerra para sembrar en las conciencias el temor, más asimilable que la convicción. La creencia y la Fe se han alimentado con ríos de sangre. Con el cristianismo se inauguran 2000 años de fanatismo religioso: Carlomagno, paladín de la cristiandad en la Edad Media; el Papa al convocar Las Cruzadas al Medio Oriente contra los pueblos árabes (sarracenos) y el islam; luego convoca Las Cruzadas en Europa contra cátaros y albigenses, por sus herejías comunistas; participa en las Guerras Campesinas de Alemania; aporta la filosofía de guerra para la conquista de América, tal vez la única que no causó migración terrenal, sino, celestial, por cuanto La Inquisición y los curas doctrineros utilizaban la hoguera – cual plataforma de lanzamiento coheteril – para enviar las almas de los aborígenes herejes, directas al cielo. En esa migración celestial, 70 millones de aborígenes americanos perecieron en un verdadero holocausto de torturas, pestes, esclavitud, horror y muerte.

Pero hay también las guerras de conquista de Inglaterra en la India, en China (guerra del opio). De Europa en África, para repartírsela como reforma agraria entre: Portugal, España, Francia, Italia, Holanda, Bélgica, Suecia, Inglaterra, que trajo como secuela, la migración obligada de millones de aborígenes africanos a América en condición de esclavos. Las guerras imperialistas del siglo XX (Primera y Segunda Guerra Mundial) que da origen al imperio estadounidense, con dominio en los cuatro continentes y los siete mares. Dominio nunca utilizado para promover la paz, sino, para inventar nuevas guerras: Corea del Norte, Vietnam, Cuba, Angola, Namibia, Sudáfrica, Yugoslavia, Afganistán, Irak, Libia, Siria, Yemen, Colombia, Centro América, R. Dominicana, Granada, Panamá. ¿Hay alguna guerra en el planeta donde no figuren los Estados Unidos y Europa como agresores?

Se inventan guerras, de muy variados pretextos: ideológicas (la mal llamada Guerra Fría); económicas con fines de rapiña (petróleo, minerales); narcotráfico (opio Afganistán, cocaína Colombia); terroristas (guerras de liberación nacional). Se ha llegado al colmo de tildar de terroristas las manifestaciones pacíficas de protesta, caso reciente de Venezuela, donde, aun cuando no existe una guerra entre dos bandos armados, ocurre la migración masiva de la juventud y población en general, frustrada, por cuanto no tienen patria donde realizar la actividad fundamental de alimentación, más el derecho a la educación, salud, trabajo, bienestar. Esa frustración de la población obligada a migrar, o de la población que permanece, caerá como maldición sobre la espalda del gobierno chavista.

Con mención aparte hay que destacar la interminable y genocida agresión contra el pueblo palestino por parte del sionismo de Israel para obligarlo a migrar y despojarlo del territorio que habita desde hace miles de años, desde que se fundó Ur de Caldea en la antigua Mesopotamia. Muros, guerra de Gaza, despojo de tierras en Cisjordania, desconocimiento de las Resoluciones de la ONU para la formación de dos Estados.

En la historia más reciente de las migraciones figuran como causa las guerras imperialistas de Estados Unidos y la OTAN en el Norte de África (Libia, Sudán); el Medio Oriente (Irak, Siria, Yemen); en Asia (Afganistán, Paquistán, Bangladesh). Los migrantes, fruto de estas guerras, cruzan el Mediterráneo o se movilizan por el territorio de Turquía a los Balcanes para tratar de llegar a Alemania, Francia, Inglaterra, España, Italia, Suecia, Holanda, en busca de paz, tranquilidad y si es posible, algún bienestar económico. Si los países invadidos vivían en paz con su religión y costumbres ¿Por qué los hacen víctimas de la guerra? Libia era el país de mayor crecimiento económico de África (la Jamahiriya). Era barrera de contención a las migraciones. Al ser destruida su floreciente economía y su ejemplar democracia, se produjo la hemorragia de migrantes que buscan cruzar el Mediterráneo o perecer en el intento. De igual manera fue destruida la pujante economía de Irak y Siria (partido BAAS). Su territorio invadido, la población masacrada, la infraestructura destruida, la economía arruinada. Ninguno constituía amenaza alguna contra Europa o los Estados Unidos. Así lo ha reconocido Trump y quedó demostrado al no encontrar armas de destrucción masiva. Para agudizar la tragedia, el invasor deja como secuela guerras tribales y religiosas que no tienen término. ¿Por qué y para qué las migraciones? ¿Solo para apoderarse de las riquezas del país invadido, o para crear el caos social que surta de mano de obra barata a los países ricos?

Las migraciones instrumento de la política de los gobernantes:

1) Míster Trump fundamenta su política en el discurso demagógico, populista y racista contra los migrantes mexicanos, centroamericanos, africanos y musulmanes. Promete levantar muros de cemento para contenerlos o muros de odio para hostilizarlos. Mantiene ese discurso, por cuanto ha descubierto que le resulta grato a la raza blanca estadounidense que constituye su mayoría electoral racista.

2) La señora Merkel tiene tres meses sin poder formar gobierno porque se encuentra en medio del fuego cruzado de dos bandos: Uno. quienes con posiciones de centro izquierda la hostigan para que realice la política de puertas abiertas hacia los migrantes. Otro, quienes con posiciones conservadoras y fascistas (nazis) de centro derecha, la hostigan para que impida la entrada de los migrantes e incluso expulse a quienes no ostenten los rasgos de la raza aria.

3) El señor Maduro al ejecutar la política trazada por Chávez, de cumplir la orden de entrega de la Faja petrolífera del Orinoco, el Arco Minero, el territorio Esequibo y demás riquezas del país, a empresas transnacionales, lo conminaron a que dicha entrega debe ser total y sin contratiempos futuros. Para ello, debe proceder al desalojo de la población que ocupa la geografía nacional. En cumplimiento de tal orden, durante 18 años el chavismo perfeccionó los mecanismos para el desalojo, por medio de políticas antipopulares: hambre, desabastecimiento, escasez, inflación, falta de medicinas y servicios hospitalarios, devaluaciones del Bs hasta pulverizar su poder adquisitivo, sueldos y salarios de miseria, desempleo, parálisis de la economía, del transporte, apagones, todo junto, para obligar a la población a migrar hacia países vecinos. La diáspora ha sido tan grande y el plan tan efectivo, que ya los gobiernos de Colombia, Brasil, Panamá, Aruba y Bonaire se han visto en la necesidad de tomar medidas en la frontera para frenar la indómita desbandada de venezolanos, sin alimentos, sin medicinas, desarrapados y hambrientos, que huyen de su patria ante la mirada complaciente del gobierno chavista. –“¡Qué se vayan todos esos escuálidos, pitiyankis y apátridas!”

Si la guerra es la principal causa de las migraciones ¿Cómo explicar la migración que está ocurriendo en Venezuela, donde no existe guerra, o sea, enfrentamiento armado entre dos bandos? Si Venezuela, como se dice, es un país privilegiado por los recursos naturales que guarda su territorio ¿Por qué la ruina nacional que padecemos? Esa riqueza, aun cuando haya sido mal administrada, durante 90 años brindó relativo bienestar a sus habitantes. Pero, en los últimos 18 años, ese bienestar se derrumbó, se esfumó, el país se hundió en la ruina y desastre económico jamás visto en nuestra historia republicana. Antes, con la economía del añil, los cueros, el cacao y el café, subsistíamos. Ahora, con la economía del petróleo, más la siderurgia y petroquímica, más el desarrollo agropecuario, la agroindustria, la industria fabril y manufacturera, nos hundimos en la pobreza. Esa infraestructura económica que el país había creado con mucho esfuerzo, fue destruida, desvalijada, arruinada, despilfarrada. La debacle en que se encuentra el país no solo toca la economía, también los servicios, la institucionalidad. El venezolano común, está desasistido de lo indispensable para la subsistencia. Todo se derrumbó de la noche a la mañana, en medio de la bonanza económica más grande, con precios de 140 US$ el barril de petróleo y tres millones de barriles diarios. En 15 años (1998-2013), a las arcas nacionales ingresaron 2 billones 500 mil millones de US$ por diferentes conceptos. Esa inmensa riqueza se esfumó y no dejó nada, sólo caos, desolación, pobreza y como lamentable secuela, la migración de nacionales a los países vecinos. La inoperancia del gobierno para encontrar soluciones a la crisis descrita, no encuentra salida, por cuanto se mantiene aferrado al pretexto de una guerra económica imperialista que sólo existe en mentes fanatizadas de ideología, mal asimilada. El imperialismo ha estado ahí desde siempre, con malos o peores gobiernos. El imperialismo no renunciará jamás a la conjura contra los pueblos. Si esa es una verdad de Perogrullo ¿De qué sirve achacarle nuestras desgracias? Con el lloriqueo intrascendente, no se va vencer la conjura. El imperialismo no decretó la devaluación y pérdida del poder adquisitivo del Bs, causa fundamental de la inflación. Fue un proceso de 35 años (1983, viernes negro, a 2018). Con cada devaluación de la moneda creció la inflación, alimentada por la parálisis de la economía, el irracional aumento de salarios, del volumen monetario, de los subsidios, todo decretado sin fundamento económico, más la sustitución de la producción nacional por importaciones de todo y para todo.

¿Puede la elección espuria de la Asamblea Nacional Constituyente; el monólogo cotidiano, atorrante de Maduro, con el ritornelo de la guerra económica imperialista; o el adelantamiento de la fecha de las elecciones; sacarnos de la debacle social y económica en que nos encontramos? La guerra económica la creó el gobierno por su ineptitud e inoperancia, unidas al mesiánico discurso patriotero. ¡La Patria y Dios son el argumento al que recurren los tiranos para imponer la dictadura, única forma de continuidad! La fosa de la ignominia contra el pueblo ¡Crece día a día! Pero, esa fosa será la tumba del gobierno chavista. El vaso cuando reboza ¡Derrama!

El rechazo a la elección presidencial convocada a destiempo, al capricho del gobierno, y sin las garantías de participación ciudadana para elegir o ser elegido libremente, debe ser unánime. Participar en la elección sin garantías de respeto a los resultados, es convalidar el fiasco, la pantomima electoral que, como bien lo precisó la presidente del CNE – “Ya tenemos los resultados sólo nos falta el acto electoral”. La abstención es el instrumento de lucha popular para denunciar esta patraña, por cuanto la desnuda ante la comunidad internacional y el gobierno, para mantener continuidad, debe acentuar la dictadura.

¡ABSTENCIÓN ES HOY EL GRITO SOBERANO!

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