Tal afirmación es una hipótesis que embarga mi imaginación y me obliga a compartirla, para prevenir que el futuro nos encuentre desprevenidos.
Tres años antes, el gobierno ruso desmanteló un contingente de mercenarios, al servicio de Estados Unidos, que intentaba desestabilizar la región fronteriza de Rusia y China, al este de Mongolia. Al leer la noticia en algún medio ruso y meditar sobre aquel hecho, llegué a la conclusión de que, si USA hubiese tenido éxito en aquel propósito, habría provocado conflictos fronterizos entre Rusia y China, para impedir la alianza entre estos dos gigantes asiáticos, que ahora, en el presente, hacen férrea oposición a los planes en ejecución por el gobierno estadounidense, en la determinación de éste por establecer su absoluta dominación sobre el planeta, secundado por el Reino Unido, Francia y Canadá; no así Alemania ni Japón, que parecen distanciarse del propósito norteamericano.
Desestabilizar internamente a Rusia, con la infiltración de sus agentes y provocación de conflictos en regiones claves del vasto territorio ruso es, en mi opinión, la más obvia e inmediata acción del imperialismo estadounidense y sus secuaces, para debilitar el exitoso apoyo defensivo que Rusia presta al pueblo sirio y la oposición rusa a las acciones estadounidenses, canadienses y europeas, que intentan sin éxito acabar con la Revolución Bolivariana en Venezuela.
La acciones estadounidenses y europeas, para impedir el inminente evento electoral venezolano, fijado para el próximo 20 de mayo, para cuando la inclinación del electorado parece favorecer abierta y francamente la reelección del actual Presidente y máximo líder de la Revolución Bolivariana, Nicolás Maduro, son imponente razón y oportunidad, para sugerir al Gobierno Bolivariano que mencione esta hipótesis al gobierno aliado de Vladimir Putin.
La relación entre la OEA y Venezuela en los últimos 15 años ha sido tensa y agudizada con la secretaría general del uruguayo Luis Almagro, que tilda al rechazado Nicolás Maduro de dictador y plantea aplicación de la Carta Democrática. El 26 de abril 2017 Venezuela se convierte en el primer país en solicitar su retiro de la Institución, que cataloga de “instrumento infame al servicio de intereses hegemónicos imperiales”. Pero hasta el 28 de abril del 2019 seguirá formalmente integrado a la OEA. Antes de salir, debe cancelar una deuda que en 2017 acumulaba $ 10,5 millones de cuotas anuales.
Al MARGEN. Saludos merecidos a los Artistas Plásticos en celebración de su Día Nacional el 10 de mayo, como homenaje al natalicio de Armando Reverón, en Caracas en 1889.
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