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José Machillanda: Autoritario, intimidatorio y violento

 

Autoritario, intimidatorio y violento fueron los calificativos empleados de manera categórica y precisa por el Vicepresidente Pence en la sesión Protocolar del Consejo Permanente de la OEA a la tiranía cobarde y mafiosa, presidida por Nicolás Maduro y Padrino López. Esta categórica calificación puede ser entendida como una advertencia desde el punto de vista de la política internacional A la posible acción de seguridad colectiva, que termina en una acción punitiva y sancionadora de todos los países del hemisferio a un régimen tiránico, que de manera cobarde e irresponsable ha hecho crecer una situación de miseria exponencial en los venezolanos que podría desembocar en una peligrosísima violenta situación de calamidad político-social

La tiranía de Maduro-Padrino es entendida como una amenaza para el hemisferio. Una amenaza que, más que percepción significativa, muestra una representación política, una disposición al desequilibrio político de la región y una manifestación de imposición de un modelo político atrasado y primitivo que ha cundido de desgracia y de daño a otras sociedades. La advertencia del Consejo Permanente de la OEA tiene dos destinatarios: al régimen que provoca violando el Sistema Interamericano, al hemisferio y al liderazgo político democrático que está impuesto y obligado a reducir los niveles de desconfianza, para orientar a los demócratas como un vector dispuesto a defender el cambio político que requiere la República.

La tiranía militarista -entendida como una amenaza- es también un régimen que pretende en una jugada institucional y sucia un hecho electoral viciado, violatorio de la Ley Orgánica de Procesos Electorales. Esa amenaza para el hemisferio y para el sistema interamericano no podrá engañar al 78% de los demócratas, quienes rechazan el socialismo a juro. La calificación de autoritario, intimidatorio y violento del régimen tiránico deja clara su incapacidad para convocar un hecho electoral. Para los demócratas, en consecuencia la respuesta honesta y ética de venezolanos es no votar.

La tiranía militarista ha asaltado el tesoro y las finanzas de la Republica, además ha violado la Constitución y las leyes pretendiendo con una falsa electoral y unos mercaderes de la política continuar en el poder después del 20M. Tiranía que ha creado pánico en los ciudadanos y miseria en la mayoría de los venezolanos con una diáspora dolorosa y vergüenza para la República. Tiranía que tiene sus días contados. Tiene sus días contados porque todos los venezolanos demócratas sabemos lo que va ocurrir el 20M, pero lo que todavía no se sabe es la repuesta contundente, llena de coraje cívico de una masa social sacrificada, oprimida, perseguida y violada por unos bárbaros, que por militaristas y primitivos representan la anti-política.

Autoritario, intimidatorio y violento es la calificación del hemisferio, es decir todos los Estados democráticos coinciden sobre este régimen acobardado, que se vale de mercaderes de la política para intentar en un esfuerzo fallido invitar al voto. Eso no ocurrirá. No ocurrirá porque la mayoría de los venezolanos sabemos, al igual que el Consejo Permanente de la OEA, que la falsa electoral del 20M no es un hecho electoral porque se ha violado la Constitución, porque se han violentado las leyes, pero además porque existe la convicción ciudadana de salvar la República.

Los repúblicos seremos superiores a la tiranía de Maduro-Padrino , a la cobardía del cuerpo armado y la insensatez y torpeza de un grupo de mercaderes que devengan a los medios de comunicación, sin comprender la advertencia que hace la OEA sobre la amenaza que significa la tiranía y la desgracia de un cuerpo de ladrones, que poco le importa el dolor de la miseria exponencial de hombres y mujeres, jóvenes y niños además de adultos mayores que hoy sufren por la carencia del servicio de salud, de transporte, de educación, mientras se descubren inmensas riquezas producto de la corrupción del socialismo a juro.

¡No votar, no votar, no votar!… Porque una tiranía calificada como autoritaria, intimidatoria y violenta obliga a que el cuerpo societal tenga una respuesta cívica y ciudadana, que fundamentada en el Contrato Original nos faculta hacer resistencia por haber sido agraviados y maltratados por un grupo de gobernantes ineptos, corruptos y cobardes. No votar se convierte en resistencia civil, jamás en abstencionismo, como suponen algunos insulsos e ignorantes. La resistencia civil que se abrazará después del 20M por la mayoría de los demócratas es un método de lucha colectiva, anclada en la idea básica de que cualquier gobierno requiere de la obediencia de la mayoría de los ciudadanos para su sostenimiento. Los ciudadanos venezolanos después del 20M ya no tenemos porque obedecer a un supuesto candidato que tiene orden de captura por la policía mundial.

No votar a un régimen autoritario, intimidatorio y violento que no entiende que la voz del pueblo es la voz de Dios, que es harto desvergonzado y no escucha al organismo internacional hemisférico. Organismo que le advierte que, por autoritario y tirano, se le puede aplicar una acción de seguridad colectiva, que es punitiva y sancionadora porque tiene que ver con una acción comunitaria orgánica. Acción comunitaria y orgánica que pretende impedir el comunismo perverso, diletante y desgraciado de países primitivos, promoviendo la posibilidad real de la democracia en la cual el individuo -junto a la Constitución- está por encima de la comunidad y del Estado.

No votar a un régimen autocrático militarista entendido como tiranía, calificado como autoritario, intimidatorio y violento será la conducta de la mayoría de los demócratas venezolanos que estamos dispuestos a reconstruir la democracia. La democracia liberal en la cual se privilegia la política, se niega la violencia, asquea la revolución y la manipulación marxista, se contiene el tono totalitario y se desprecia la anti-política. No votar significa apartarse de la pobreza y la guerra que impusieron los golpistas del 4F y del 27N y que todavía hoy no entienden de libertad, mucho menos de un proceso deliberado de conciliación, no creen en la armonía y mucho menos en el orden social. No creen en un Estado organizado y, mucho menos, que la política sirve para el gobierno. Para el gobierno con tolerancia, con reconocimiento de la libertad como foro abierto y con soluciones posibles y con gran respeto a la dignidad y a la historia.

 

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