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Simón García: Falcón es solución y esperanza

 

Ha encendido una luz en el túnel. Informal y constante, casi espontáneamente, se fue al encuentro de la gente, la movilizó y contrajo con ellos el compromiso de salir de Maduro y acometer juntos la Gran Transformación de Venezuela. El nuevo proyecto se firmó en barrios de la gran Caracas y de ciudades del interior.

Está rehabilitando esperanzas en una población sometida a la desesperación y la impotencia, constreñida deliberadamente a  luchar diariamente por sobrevivir. En esas condiciones no hay tiempo para pensar en si primero hay que deslegitimar al régimen y después votar contra él o al revés. El hambre ahuyenta ideas y la incertidumbre obliga al manotazo para aferrarse a la vida. En un instante se intuye, comprensión relámpago, que la vía es votar y que el palo al poder solo puede darlo Henry Falcón.

Ha hecho la mitad de un milagro. Se salió de la fila y concitó la furia de los amos del valle; de grandes operadores que inciden, tras bastidores, en la vida pública; de élites políticas sin  brújula y de instituciones respetables, pero falibles, como lo recuerda su presencia en los apedreamientos a la democracia herida por su crisis de representatividad y su agotamiento proyectual. Ahora no la tenemos.

Se hizo un actor del cambio porque tuvo el coraje para llenar el vacío que produjo la MUD, proporcionó sentido político a la rebelión de estómagos vacíos y expresó el cansancio de todos ante un poder descompuesto y una oposición que no pudo trascender sus intereses particulares.

Falcón debe completar el milagro. Es el único con el que se puede abrir una transición donde se vayan produciendo progresivamente los cambios para volver a la Venezuela que la gente quiere. Afortunadamente Falcón se toma en serio la tarea de juntar a los que se oponen, procedan de la oposición o de los chavistas disidentes, a la destrucción y la traición que es Maduro.

Su principal acción de institucionalización será formar un gobierno de unidad nacional para salir de la crisis humanitaria, el empobrecimiento acelerado, la destrucción del trabajo y el mercado,  la existencia de presos políticos, la vulneración al Estado de derecho y la disolución de ciudadanía que alimenta el régimen. Pide tres meses para dolarizar el salario y cuatro años para restablecer todo lo que hemos perdido.

La mayoría de las encuestas indican que Falcón está ganando. Las ratifica el hecho de que los otros candidatos se empeñan en atacarlo. Apuestan a una polarización residual que les traiga seguidores. Pero la polarización real del país es salir de Maduro pacíficamente y con acuerdos que aseguren gobernabilidad. Ese cambio con estabilidad sólo lo garantiza Falcón, porque hoy es la bisagra que está uniendo a las dos Venezuela cansadas de una pugna viciosa y destructiva.

La proximidad de su victoria, obliga a sus seguidores a sudarla, en los escasos días que nos separan del 20 de mayo. Un remate para que Falcón le ponga a Maduro, con clara contundencia, los puntos en la i de irse; para  insistir en sus propuestas contra el hambre y para demostrar que en materia de defensa del voto y del triunfo, tiene sus papeles en regla.

@garciasim

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