Cuando caminamos por las calles de Caracas podemos observar promontorios de basura en cada cuadra, mientras algunas personas esperan la oportunidad de la llegada de las bolsas negras para hurgar en ellas, buscando desechos orgánicos, cartón, botellas y cualquier material.
En la política de previsión social hay que incluir un programa ambiental que ataque la acumulación de desechos sólidos, como un problema de salud pública, y al mismo tiempo, la atención a las personas que por la pobreza se ven obligados a “vivir” de la basura.
Hay que estudiar alternativas viables de solución a ese problema. En primer término, atender a las personas, hombres, mujeres y niños que están inmersos en dicha situación. Determinar el universo de las personas involucradas, si tienen alguna vivienda (aunque sea precaria) y el nivel de escolaridad. La mayoría de ellos pueden incorporarse a la actividad productiva, incluso colaborando con el servicio o empresas formales existentes en el área local, municipal, regional.
El programa de previsión social debería tener como objetivo fundamental dignificarlos como seres humanos. Bajo esa premisa la atención podría ser de varios tipos: laboral, social y de salud.
En el área laboral la capacitación. En el área social como beneficiario de los programas de la Misión Hogares de la Patria, el acceso a los centros públicos de salud y a la Misión Vivienda.
Es vital incorporarlos al sistema bancario, flexibilizando los requisitos para abrir cuentas de ahorro, tarjeta de débito, indispensables para recibir el monto asignado para la subsistencia familiar.
En la política de inclusión es necesario un programa de previsión social para la atención solidaria a este sector excluido de la sociedad.
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