La oposición venezolana prefirió el diálogo con el expresidente del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero (izq.) quien frecuentaba al dictador Nicolás Maduro, que la ayuda de los expresidentes del grupo IDEA.
Para el jurista Asdrúbal Aguiar el problema de la nación caribeña se debe tratar como un secuestro, donde los que están fuera deben velar por la seguridad de los que están dentro, que muchas no dan toda la información por temor al secuestrador
DLA
Venezuela vive bajo un colegiado dictatorial anárquico, donde no rige el Estado de Derecho. En Venezuela rige aquello que era muy propio del facismo: el régimen de la mentira. Simplemente, lo que es legal deja de ser legal, bajo la arbitrariedad y lo que es ilegal se purifica bajo las propias instituciones fracturadas, para presentarlo como si fuese legal. Venezuela vive en una condición de hambruna y de crisis insostenible”.
Tal señalamiento fue hecho por el doctor Asdrúbal Aguiar, jurista, exministro de Interior, analista y secretario general de la Iniciativa Democrática de España y las Américas (IDEA) quien mantiene la tesis de que Venezuela debe ser tratada como un secuestro, donde lo fundamental es velar por la seguridad de las víctimas que lo sufren, en este caso el pueblo venezolano.
“Es como manejar una realidad interna en un secuestro, porque el secuestrado tiene la tragedia de que la información que te suministra es parcial porque le tiene miedo al secuestrador. Hay que tratar de cuidar la vida del secuestrado y minimizar la acción del secuestrador. Eso es lo que hemos estado haciendo. La comunidad internacional ha venido cercando y asfixiando progresivamente al régimen de Nicolás Maduro. En eso han estado de manera activa, de manera militante. Unas veces con complejidades porque cambian los juegos geopolíticos de la región”.
Durante una entrevista que ofreciera a la periodista Carla Angola, en su programa “Aló, buenas noches”, al ser consultado sobre qué hacer luego de tantos intentos en diferentes espacios, Aguiar asegura que la enfermedad venezolana ha recibido distintas medicinas, pero que ninguna ha dado el resultado esperado; por lo que habría que pensar que el diagnóstico está errado.
“En Venezuela hay una asociación criminal que se dedica al narcotráfico, que trafica con los dineros ilícitos. Que ha secuestrado la estructura de un Estado para desde allí provocar sus negocios y organizar sus negocios con impunidad a nivel global, a nivel internacional”.
Al ser consultado sobre el hecho de que algunos dirigentes políticos desde Venezuela han manifestado su rechazo a la ayuda internacional, Aguiar indica que muchos de ellos sufren del complejo de Colonia que no han logrado sacarse de la cabeza. “Quien vive con el complejo de Colonia porque no ha madurado, siempre está viendo espantos por otros lados. En Venezuela medra ese complejo y consideran que es una especie de traición el hecho de que aparezcan otros para salvarnos”.
Recordó que los 37 expresidentes agrupados en IDEA, en determinado momentos no entendieron cómo la oposición venezolana habían cambiado a 37 expresidentes por José Luis Rodríguez Zapatero que era uno. “En el fondo se sentían que ellos resolvían sus problemas en el orden interno con Zapatero porque él es parte de la familia presidencial y a los expresidentes los tenían en el exterior. Además los ataques que dirigían a los expresidentes eran inconcebibles. Pero porqué los expresidentes han seguido en esa lucha, porque ellos no están luchando para defender nombres y apellidos de políticos en Venezuela, sino están tratando de salvar al pueblo víctima de una tragedia”.
Aseguró que en Venezuela a ocurrido un milagro al revés al punto tal, incluso podría decirlo con los datos a mano, para el próximo mes de diciembre pasa a ser un país no petrolero, lo que significa que entrará a otra realidad totalmente distinta a aquella que conoció desde los años 20 del siglo pasado.
Ahora la gran pregunta es ésta: “Cómo se resuelve eso. Puede mantenerse un ejercicio de ficción institucional y democrática, en medio de una realidad que carece de tejido social, de tejido político, donde no hay organizaciones ni constitucionales ni sociales que permitan canalizar la opinión pública y crear las condiciones para una organización política libre y competitiva. El que cree que eso existe en Venezuela simplemente está desvariando. Y lo entiendo en definitiva quien observa de manera directa ya la realidad venezolana sufre el síndrome de lo que ocurre a nivel interno.