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Pedro R. García: Acción Democrática en su septuagésimo quinto aniversario y el ineludible juicio histórico …

 

Introducción

“La crisis de la “Modernidad” aparece cuando el sujeto es desplazado del centro de las consideraciones y su lugar pasa a ser ocupado por la raza, la cultura, la nación, la clase social, dando el primer paso al relativismo. Surgen los conflictos entre la libertad del individuo y su dominación por algunas de estas instancias, que logran superarse transitoria y parcialmente, porque aún se mantenía la urgencia de una unidad dada por la  idea de una historia en pos de bienestar y progreso. Cuando esa unidad se pierde porque desaparece la historia con mayúscula para refugiarnos en historias regionales, más o menos discontinuas o más o menos abiertas, progresivo-regresivas, provisorias, se desarticula definitivamente el proyecto que descansaba en un orden racional, en un afán universal de dominio de la alteridad por el sujeto, con un sentido de progreso, en especial tecnológico, que abría la posibilidad de construir utopías generales de futuro bienestar.” (Vattimo, G. posmodernidad ¿una sociedad transparente). 

La idea de democracia que se ha ido conformando en los últimos 20 años y su cuestionamiento es producto de largas crisis económicas, sociales e institucionales por las que han atravesado nuestras sociedades, en las que aparecieron nuevas demandas e imaginarios colectivos. Venezuela, y la yamada región andina en general, han protagonizado de manera especial este proceso conflictivo y contradictorio de cambios. En este contexto, más universal, regional o nacional, según se extienda la mirada, se ha venido re-significando la idea de democracia y sus aproximaciones valorativas. Y quizás lo más propio de este proceso no es la prescindencia de significados anteriormente convalidados sino la agregación de otros nuevos valores que se equiparan en rango de importancia. La diversidad de interpretaciones también se ha hecho sentir, para unos estamos simplemente ante gobiernos personalistas de carácter autoritario, legitimados clientelar y electoralmente. Para otros se trata del surgimiento de un nuevo modelo político, todavía en gestación. Finalmente, otros intentan buscar lo propio y característico de cada proceso político para evitar falsas generalizaciones y prototipos. Autores como (Robert Dahl y Guillermo O’ Donnell), después de estudiar la historia de los procesos democráticos en las culturas occidentales modernas, concluyen que la democracia es el resultado de una intensa y denodada experiencia social e histórica que se ha construido en la cotidianeidad de muchas realizaciones exitosas, combinadas con otras muchas frustraciones y omisiones, quehaceres, intercambios y aspiraciones de quienes han sido sus protagonistas. “Debemos recordar que tras los prometedores comienzos, la democratización no evolucionó siguiendo un camino ascendente hasta nuestros días. Hubo subidas y tropiezos, movimientos de resistencia, rebeliones, guerras civiles, revoluciones, y demás… Desde esta perspectiva histórica queremos acercarnos a la multiplicidad de significados que se esconden tras la palabra democracia en el país , para decantar los elementos sustantivos que le están dando contenido ideológico y valorativo en la ciudadanía. Con el impacto de la modernidad, han cambiado los marcadores de lo público y lo privado, fortaleciéndose una acentuada tendencia a la individualización y la perdida de los espacios colectivos. Con el quiebre de los ejes históricos tradicionales, luego del fin del enfrentamiento Este-Oeste, la izquierda ha perdido el sujeto de las utopías y la socialdemocracia su ímpetu al fragilizarse el yamado Pacto Social, la derecha tiende a ser pasto fácil de la “fundamentalización”. Los dirigentes políticos, son cada vez menos representantes de la voluntad general de los pueblos, para convertirse en adocenadas figuras mediáticas que terminan negociando las múltiples demandas de sectores, que no son las urgencias que sofocan a las diferentes comunidades, especialmente las más débiles, en síntesis estos son los inaplazables desafíos que deben enfrentar los partidos políticos: derechos humanos, desempleo, fragmentación, colapso de los espacios urbanos, deterioro creciente ambiental, modelos educativos que arraiguen valores pero que asuman el acelerado avance de la IA, la inteligencia artificial, el avance sin un consenso ético de la ingeniería genética y el nuevo absoluto del poder, sin rostro aparente, que muta y que para la gran mayoría es imperceptible el “entramado comunicacional mundial” y sus derivaciones regionales y locales.  Estas son las líneas gruesas sobre  las cuales hay que debatir, el sentido de la democracia, la participación, un nuevo esquema de la relación capital trabajo, la gobernabilidad, la legitimidad, el Estado y el mercado se han convertido en los generadores en gran escala de las relaciones sociales, que se expresan cada día con mayor radicalidad, en el rechazo a la visión colectiva de la democracia, y una infranqueable desconfianza a lo político y a los políticos. Hoy intentare dar abordaje al desempeño de Acción Democrática y de sus cuadros “dirigentes” ciertos y ejecutantes, en esta crucial etapa han revelado que les  falta perspectiva histórica en el desempeño de su rol, que los diferencia de la clase dirigente de otras épocas y otras latitudes más aún, los castra para que intenten cualquier iniciativa en este disímil tiempo, en su confusión algunos hacen uso de un discurso que solo genera hilaridad, de retórica vacua, desplegando su especialidad en fábulas, y argucias, pretendiendo erigirse triunfantes sobre las cenizas del Partido. El sentimiento adeco, la fibra del luchador social, de su militancia, sólo podría ser posible resurgirla con propuestas al lado de opciones que pongan de nuevo en el tablero temas como el de la igualdad y la justicia social.

“Desconfiad aunque sean muy puristas y académicas, de aquellas cabezas a las que no se les ha ocurrido nunca una metáfora. El mundo no se soporta sin un poco de transformación poética, aludía el estilo de Rómulo Betancourt, como uno de los venezolanos que sabían pensar sobre los problemas de nuestro país, con comunicativa y desgarrada claridad, destacaba en el su enorme capacidad de lectura y de síntesis su curiosidad no solo por la economía, la historia, y la política, sino por los más variados problemas humanos, así como la enérgica expresividad de su prosa, no en balde desde muy joven andaba con los 15 tomos de la Historia Contemporánea a cuestas como bitácora de su propias navegación. (Subrayó Mariano Picón Salas en su Ensayo el Rómulo de aquí).

Antes quiero hacer algunas valoraciones sobre  la democracia, y de quienes fueron pivotes fundamentales en su construcción en el país, los partidos políticos modernos, en especial Acción democratita, El COPEI, URD, el MAS y el PCV.

El régimen democrático ha ido dando lugar a diferentes modelos según SUS procedimientos. Según sus contenidos, la democracia su apuesta organizar un sistema político que garantice dos grandes valores de la vida en sociedad: libertad individual e igualdad social, unas veces privilegiando uno sobre otro, otras veces intentando conjugarlos. Así hemos tenido democracias de corte liberal, socialdemócrata, socialista, y demás. Según sus procedimientos, el gobierno democrático se ha organizado como gobierno representativo y responsable, autogobierno (o democracia directa) y participativo, en donde se mantienen instituciones del gobierno representativo y responsable en unión con la intervención directa del ciudadano en el proceso de toma de decisiones en lo público, tanto a nivel nacional, como regional y local.

A finales de la década de los 80 y comienzos de los 90, América Latina vivió también lo que Samuel Huntington (1994) yamó Tercera Ola democrática. Transcurrida la euforia inicial pronto se revelaron fuertes crisis que pusieron de manifiesto la necesidad de fortalecer la institucionalidad democrática que se había extendido e Latinoamérica. Estas transiciones a las que hacemos referencia, pronto se vieron confrontadas con una serie de obstáculos producto de tradiciones, valores y creencias, poco afines a las prácticas democráticas, así como a los desafíos económicos derivados de la transnacionalización de la actividad productiva y financiera. A mediados de la década de los 90 todas las democracias de la región mostraron graves crisis, producidas por demandas que desbordaban la capacidad de respuesta de los sistemas políticos, crisis de empobrecimiento social, debilidad institucional,  ingobernalidad, y demás. Al final de los años 90 y comienzos de la primera década del tercer milenio, emergen nuevas propuestas políticas que se proponen re-significar el concepto de democracia en la región. Profundizando sus contenidos sustantivos, especialmente en lo económico y social, y en la intensidad de la participación ciudadana, para intervenir activamente en el proceso de toma de decisiones colectivas. Quizás lo más propio de este proceso de re-significación de los contenidos de los regímenes democráticos no fue la prescindencia de significados anteriormente convalidados, sino la agregación de otros nuevos valores que se pretendían con igual rango de importancia.

Pero este proceso no ha estado exento de contradicciones y tensiones. En esta última dos décadas a lo largo del continente latinoamericano, y, de manera especial, en la región andina, y en Venezuela, de modo muy particular, se pueden verificar los siguientes interrogantes:

¿Cuáles son los modos de transformación social compatible con la democracia? Es mediante un proceso gradual de reformas, en procesos de diálogo y negociación, cuya referencia obligada es el marco del Estado de derecho vigente consagrado mediante los procedimientos democráticos convencionales. O es mediante un camino revolucionario, es decir, siguiendo el paradigma de las revoluciones modernas, en el que la transformación de las sociedades pasa por un estadio previo de liberación, entendida como emancipación de todas las formas de coerción que impiden alcanzar la felicidad del pueblo. Ser libre de la opresión para yevar adelante el fin proyectado es la condición necesaria para construir formas de libertad en positivo: la libertad y la propiedad, los derechos civiles y el gobierno constitucional. (Arendt, Hannah: Sobre la revolución, 1963)

¿Quién es el sujeto que impulsa las transformaciones? En el caso latinoamericano, en los últimos 20 años, se ha acumulado un extenso vacío de representación. Ha sucumbido la institucionalidad del Estado, la capacidad de representación de los partidos políticos y de las organizaciones clásicas de la sociedad civil, como los sindicatos, para canalizar las demandas sociales. En medio de este vacío han emergido dos modos de canalizar los cambios: a través de lo que se ha yamado “las democracias delegativas” o a través de las “democracias de ciudadanía”. En la primera, se delega en un líder en específico, mediante elecciones periódicas, la dirección del proceso de cambio. A este líder, una vez legitimada su jefatura mediante elecciones, se le conceden todo tipo de facultades para gobernar, dejando en última instancia el veredicto de sus acciones al dictamen de la voluntad popular.

En las democracias de ciudadanía se entiende que los miembros del conjunto social son ciudadanos, es decir, poseen un conjunto de derechos inherentes a su condición de personas, por lo que se constituyen en sujetos activos y protagónicos de la soberanía frente a las instituciones de gobierno.

Sin embargo, dado que en América Latina nos encontramos con lo que se ha yamado “ciudadanía de baja intensidad” (O’Donnell, 1993), en la que una gran mayoría no sólo carece de derechos sociales básicos, limitándose sus oportunidades, sino que también está sometida a una gran diversidad de violencias, porque carecen de bienes institucionales básicos: acceso a la justicia, igualdad legal, protección, y demás, la democracia de la ciudadanía no pasa de ser una aspiración deseada, y, lamentablemente, objeto de ofertas demagógicas.

¿Cuál es el modelo deseado? También está en tensión cuál es el modelo de sociedad al que se aspira. En estos últimos años se ha puesto en discusión si lo que pretendemos como sociedades en el continente latinoamericano es la construcción de una democracia social o una versión que se pretende actualizada de socialismo. Por democracia social se entendería algo así como una sociedad donde la ciudadanía sea integral, donde los derechos no se limiten al campo civil y político, sino que se extiendan al campo social. Comprende al ciudadano como individuo referenciado socialmente, actuando como actor político, social y económico, participando activamente de manera directa e indirecta en la conformación de las decisiones públicas. Con un Estado que se entiende como facilitador institucional de los procesos sociales, regulador de las relaciones de producción e intercambio, para garantizar el bienestar social colectivo, cuyas reglas de juego se enmarquen en el Estado de Derecho diseñado y consagrado mediante los procedimientos convencionales de la democracia liberal.

El auge reciente de la izquierda en América Latina, puso de nuevo el tema de la construcción del socialismo en la agenda de la opinión pública, (pero temprano  a pesar del masivo apoyo popular revelo en sus magros logros o mas bien fracaso), de sujeto de investigación y discusión de teóricos y en el discurso político actual. La extensión y gravedad de los problemas sociales generados por el modo de capitalista financiero imperante en todo el mundo, las consecuencias negativas de la implantación de políticas económicas exageradamente optimistas en la promoción del mercado, (Léase caso Argentina), la inestabilidad de los sistemas democráticos liberales y el auge de los movimientos populares, constituyen, el contexto de esta discusión. El socialismo  y un revivals de propuestas de corte corporativo alrededor de exitosos CEO, se presentan como una opción para alcanzar una mayor justicia social, por lo que es imperativo el esfuerzo de los partidos por actualizar sus contenidos básicos a las características del siglo XXI. Diversos puntos están en discusión, aquí algunos: ¿Cuál es la relación entre democracia directa y representativa? ¿Cuál es el lugar de la propiedad privada? ¿Los partidos socialdemócratas que tienen que decir?  ¿Cómo responderán a estos desafíos?

 No aspiramos que estas líneas sean concluyentes, ni intentan repasar  la perspectiva de la historia de las ideas políticas, solo un conjunto de representaciones primarias que han permitido abordar las evolucionadas y complejas dimensiones de AD. y que trazan los rasgos esenciales de las condiciones en la que se configura el principal partido político de las historia del siglo XX en Venezuela y sus características más resaltantes. Destaca el transfondo ético presente en los orígenes del PDN y ratificados en AD como su síntesis en la que comprometieron sus fundadores su actuación personal, sueños y vidas, inmediato al de presentar con arrojo una alternativa de comprensión de la evolución política, frente al comunismo que intentaba tener un discurso aferente en los postergados de siempre, así como cara al positivismo arraigado en las elites intelectuales nuestras. El Partido Acción Democrática cumple 75 años en momentos en que los diseños políticos en los que se apoyo desde su arranque, unos se plasmaron, otros se frustraron y los más no han cesado en su empeño de tratar de reinsertarse en el tejido político. Hoy asoma desgastada, imprecisa, con una dirección que no alcanza a entender las nuevas realidades sociales, se les observa, en una afectada retórica,  distantes, pero con larguedad del frenesí de aquel grupo de jóvenes insumisos, que en un invalorable esfuerzo maduraron y concibieron a AD. En el contexto actual  los cuadros de “dirigentes” de cabeza cuadrada y de piernas cortas, que le sobreviven imposible les ha resultado desencriptar una crisis que implica entre otros actualizar sus supuestos teóricos, sus líneas programáticas y redimensionar su práctica cotidiana, respetando su esencia y características cardinales de ser una organización adherida a la corriente Socialdemócrata y superando su propuesta epocal de Partido Nacionalista, Democrático, socialista, Revolucionario, Antifeudal y Antiimperialista. Los que se han desmarcado de quienes no entienden que les yegó su cuarto de hora y sólo deben esperar por Hermes Crióforo, encargado especial de acompañar a los infiernos a las almas de los difuntos, lo hicieron entre otras razones, porque divisaron que las transformaciones no esperan que los dirigentes entiendan el agobio; la lucha por las reivindicaciones de  los pueblos, no yevan un reloj que avise la hora precisa, el tiempo y las oportunidades; que en el espacio histórico se maneja con mecánica dialéctica que por medio de saltos produce radicales cambios.

La militancia de calle, la que queda, la que sea, la que  podría razonar todavía cierto reaseguro histórico, en este momento incierto por el que atraviesa la Republica, y frente al avance inexorable del Neoautoritarismo, que amalgama indigesta con el Petro-dirigismo regentan al país, y que en su intento de asalto final, y que escalara en la inevitable confrontación que se avecina, o más bien en progreso, esa militancia no está en condiciones de bajar nuevamente la cabeza y obedecer a los organizadores de cortejos ridículos, que dirigidos por el Ujier de turno, dan órdenes a destiempo y contravía del proceso de evolución histórica  que nos desborda.

Estos venezolanos no volverán a ser carne de cañón de un cuadro directivo adormecido, promiscuo, internamente inseguro, concesivo, laxo, de poca o ninguna solidaridad y escasos principios éticos. Esa falta de perspectiva histórica en su rol, los diferencia de la clase dirigente de otras épocas y más aun, los mutila para que intenten cualquier iniciativa en este diferente espacio histórico, que en tiempo ya lejano y aprovechando en desconcierto simularon un proceso de elecciones internas. Con el concurso de una democrática plancha única, haciendo uso de un discurso de retórica vacua, desplegando su especialidad en maromas, mentiras, y argucias, pretendiendo erigirse triunfantes sobre las cenizas del Partido. El sentimiento adeco, la fibra del luchador social, de su militancia, sólo es posible resurgirla con propuestas al lado de opciones que pongan de nuevo en el tapete temas como el de la igualdad y la justicia social.

¿Distantes estos “dirigentes” de los espíritus lúcidos e intuitivos que personificaron valiente y tumultuosamente la rebelión romántica de Andrés Eloy Blanco, Leonardo Ruiz Pineda, Rómulo Betancourt, Rómulo Gallegos, Antonio Pinto Salinas, Inocente Carreño y Prieto Figueroa entre otros?

Divinización técnica y explotación del hombre

Todo confirma que en el interior de los tiempos modernos fervorosamente alabados por los miopes “Ideólogos” de las organizaciones, se ha gestado un monstruo de tres cabezas, el racionalismo, el materialismo y el individualismo, y esa criatura que hemos ayudado a engendrar ha comenzado a devorarse a sí misma. Hoy no solo padecemos la crisis del colapso financiero reciente del “encandilamiento capitalista”, sino de toda una concepción del mundo y de la vida basada en la deificación de la técnica y la explotación del hombre. Necesario es hoy repensar la democracia, lo que establece una exigencia de rehabilitación de la política a los ojos de los ciudadanos; y ello resulta confrontado con el acelerado proceso de cretinización de los ciudadanos perpetrada por los entramados mediáticos y por una contracultura en la cual se ceba el obsceno consumismo que ha nublado la recta visión del tiempo libre, en las grandes sociedades industriales.

El PNUD, en su informe sobre Democracia en América Latina, define 3 elementos básicos para la constitución de un régimen político democrático.

La concepción del ser humano como sujeto portador de derechos que son inherentes a su condición de persona. Corresponde al Estado garantizarlos por encima de cualquier otra norma o interés nacional.

La organización de la sociedad y el Estado debe garantizar el ejercicio de la ciudadanía, mediante un ordenamiento institucional que permita el ejercicio de los derechos civiles, sociales y políticos de las personas, individual y colectivamente consideradas.

La conformación del gobierno mediante elecciones libres, competitivas e institucionalizadas. El ejercicio del mismo y el desarrollo de los actos del resto de los poderes públicos, ajustados a la constitución y a las leyes, y sometidos a la revisión y censura de la ciudadanía, en forma libre y transparente.

Sentencia: Dominique Moïsi politólogo y escritor francés, “A fuerza de conformismo y de optimismo obligatorio, la cultura de Disney Word puede a la larga convertirse en una adaptación moderna del séptimo circulo del infierno de Dante”.

Demolido políticamente en el ámbito internacional el yamado campo socialista y clausurada la política de bloques, el asco liberal al Estado y a la función pública adquirió en su engañosa retórica yamativo volumen. Incluso en el mundo de los eternos olvidados, en el citado despectivamente Tercer Mundo, muchas de aquellas que el culto lenguaje de Arnold Toynbee yamaba elites herodianas, quienes demandaron con más obstinación que sensatez, con más desparpajo que ideas, con más codicia de poder que vocación de servicio, la sustitución de la sociedad política por la sociedad civil. Semejante despropósito nunca se ha formulado ni en el mundo industrializado, ni en el campo de la elaboración teórica anglosajona. Su sustitución era la liquidación. Las funciones de la sociedad política, debían ser asumidas por esa vanguardia  iluminada, que ya no era el partido comunista como hipóstasis de la clase obrera, sino una tecnocracia sin sentido histórico, sin genuina vocación política, y con una autoevaluación de sus capacidades exageradamente abultada.

En tal actitud hubo y hay un monstruoso oportunismo, cínico, y simulación. En el país el desembarco de estos autocalificados buenos, al árido terreno de la política, no fue por la vía de del dialogo con la Revelación, ni por la vía de los esforzados constructores de caminos, sino por el encharcamiento del lodazal, en la mayoría de los casos. Porque sus padres o ellos, eran o son, o fueron, financistas no de las más nobles causas, sino de los políticos más desprestigiados, su acceso no fue por la puerta franca de las luchas sociales, sino por la compra vergonzosa de los espacios de representación. Relegados los criterios ideológicos, fue el momento estelar de las chequeras.

Ahora el del control cambiario (SICAD I y SICAD II SIMADI), DICOM, y DIPRO.

Esos tales que no les interesa en lo más mínimo nada que tenga que ver con los graves problemas que inveteradamente nos acucian, sino solo de su apetencia personal y egotista, (Recuérdese el sainete del 11 de abril 2002). La embestida artera de la sociedad civil, en una antihistórica coalición con las élites conservadoras contra la sociedad política, especialmente al partido que los había derrotado AD, para abrirle camino a una nueva mayoría. Fue una cruzada despiadada, letal, sostenida con saña, reforzada con el uso de los medios, en el infamante papel de francotiradores (léase Primer Plano, los peñonazos de Peña QEPD). El cruento asalto yevado a cabo con el ropaje de sacrosanta, sociedad civil, causo efectos letales en la sociedad política, las secuelas en Acción Democrática, fueron demoledoras, acometida que se hizo con la exigencia de desalojo y sustitución. Una agresión que coincide con los diseños estratégicos y tácticos del poder con pretensión hegemónica. (Léase fascismo), una ofensiva que disperso y restringió fuerzas del civilismo democrático, que tantos esfuerzos y vidas le costo a varias generaciones, en especial al partido del pueblo, (AD). Pero no fueron estos aláricos de viejo y nuevo pelaje los beneficiarios de esta despiadada agresión, sirvieron a las estrategias de otros: la mayoría de aquellos derrotados por la sociedad política en las luchas por la institucionalización de la democracia durante los años 60. Abonaron el terreno para los: que nunca tuvieron su mente cargada de sueños revolucionarios, ni por apasionados planteamientos éticos, por ejemplo contra el flagelo histórico de la corrupción, sino que desarrollaron una poliédrica conjura cuartelaría en pos de una fría ambición de mando.

Acción Democrática frente al Federalismo

AD representa en Venezuela una historia, corta tal vez, que emerge al ardor de las manifestaciones de la Segunda Guerra Mundial y su post-guerra en Latinoamérica, cuando se articulan en un grito las expresiones de las corrientes políticas universales y, a raíz del arrojo de un conjunto de hombres de percepciones libertarias, igualitarias e insumisas, que advertían ya el grave significado de los capitales neocolonialistas despejando selvas vírgenes y penetrando la roca. Esto no ha concluido. (Léase el despojo de Guyana, y entrega de la zona minera). Pero también, cuando los venezolanos no soportaron más la carga del poder despótico y primitivo que desde finales del siglo XIX había segado progresivamente la visión “semidemocrática” de los procesos políticos, siempre vehementes desde la independencia y la Federación y que al final solo sirvieron para que los que consideraban que los galardones alcanzados en los campos de batalla primero en la lucha por la independencia, y luego en las sucesivas homicidas reyertas por el poder entre el caudillaje militar y civil, los dotaba de la autórita suficiente, que solo sirvió como siembra de violencia y odio, implantándose finalmente en el país, donde el morbo del robo y el crimen alcanzaran carta de ciudadanٕía, colocados por encima de toda norma moral, o derecho natural o de ley positiva que no se ajustara a su lujuria de poder era liquidada. Y es así como el nuevo sueño Federalista de redención del hombre yano o pata en el suelo, como el de la instauración de la Republica antes, que concluyo para que todo fuera más de lo mismo o peor: con Pedro José de Rojas y Antonio Guzmán Blanco, repartiéndose las constantes y sonantes botijas, después de aquel torrente de sangre en los matorrales de una hacienda en coche. Con Guzmán Blanco se permitió el mayor ultraje al consumarse la más infame pérdida de territorio del país en toda su historia y se saqueo como nunca el patrimonio público; el más corrompido, bufonesco e inclemente que, por ahora había tenido la atormentada historia venezolana. (Aunque en el hoy  ha sido superado con larguedad por los que detentan el régimen actual). Por cierto el inefable Dr. Rafael Antonio Caldera en (Los causahabientes de Carabobo a Punto fijo, Caracas 1999), señala sin embargo que está bien yevado al Panteón, se permitió ciertas licencias, con esa laxa interpretación también como el conmutarle la pena al después inquilino del Palacio de Misia Jacinta. Es lamentable que comparta los honores: (del cofre donde como señalo Andrés Eloy Blanco, la patria guarda el recuerdo de sus grandes amores). Acción Democrática sueños y realidades: Acción Democrática, adelanta a las inaugurales fulguras de jóvenes luchadores, soñadores, campesinos, obreros, maestros, poetas, que se aferraron al sentido de la historia venezolana y la tradujeron en diferentes senderos. Por ello, AD encarnó desde su fundación la historia patria, porque simbolizó el paradigma, el partido histórico cuyas utopías se reproducen constantemente dentro de los nuevos escenarios. Es necesario afirmar que muchos no entendieron cómo los precursores de Acción Democrática fundieron tanto la Venezuela campesina como la que pugnaba por modernizarse, y es así porque su antecesor inmediato, el PDN, inspiró con fuerza la idea básica del desarrollo del Estado Venezolano que después como su legatario, Acción Democrática, lograría compendiar en la sinopsis mejor pensada de las fuerzas motrices de la sociedad venezolana, en una etapa donde las fracciones retorcidas por el extremismo de derecha o de izquierda, veían al Estado como un ente cautivo y coercitivo, por tanto se conducían temerosos de que cayera según ellos en manos de las mayorías. Para AD la apuesta era plantearse un desarrollo continuo de cambio mucho más en cuanto a la propia realidad de poseer una enorme riqueza petrolera, junto a la demanda secular de la repartición de las enormes extensiones de tierra de la nación, por lo que concebía que el Estado no tendría más alternativas que la tutela de escalonados y colosales tesoros. Un impulso que tendría que ser necesariamente la clave para conjurar las revoluciones violentas, las dictaduras de derecha y de izquierda y las pretensiones del viejo Liberalismo Económico.

Acción Democrática sueños y realidades…

Acción Democrática, adelanta a las inaugurales fulguras de jóvenes luchadores, soñadores, campesinos, obreros, maestros, poetas, que empuñaron el sentido de la historia venezolana y la tradujeron en diferentes senderos. Por ello, AD encarnó desde su fundación la historia patria, porque simbolizó el paradigma, el partido histórico cuyas utopías se reproducen constantemente dentro de los nuevos escenarios.

Es necesario afirmar que ninguno entendió cómo los precursores de Acción Democrática fundieron tanto la Venezuela campesina como la Venezuela que pugnaba por modernizarse, incrustada ya en la estrategia imperialista que ahogaba a la Venezuela Nacionalista que peleaba el control de su destino o al menos concebirlo. Es así como el predecesor inmediato, el PDN., inspiró con fuerza la idea básica del desarrollo del Estado Venezolano que después su sucesor, Acción Democrática, seguiría expresando en la sinopsis mejor pensada de las fuerzas motrices de la sociedad venezolana, cuando las fracciones retorcidas por el extremismo de derecha o de izquierda, veían al Estado como un ente cautivo, coercitivo, por tanto temerosos de que cayera según ellos en manos de las mayorías. Para AD la apuesta era plantearse un desarrollo continuo de cambio mucho más en cuanto a la propia realidad de poseer una enorme riqueza petrolera, junto a la demanda secular de la repartición de las enormes extensiones de tierra de la nación, lo que afirmaba que el Estado no tendría más alternativas que la tutela de escalonados y colosales tesoros. Un impulso que tendría que ser necesariamente la clave para conjurar las revoluciones violentas, las dictaduras de derecha y de izquierda y las pretensiones del viejo Liberalismo Económico. Acción Democrática tuvo que traer muchas cenizas después de la Dictadura Militar. Pero AD, también ha tenido malos hijos eternizados internamente, aun así le queda camino por recorrer junto a un pueblo que con orgullo aún atesora en su pecho los símbolos preciados de la Acción Democrática histórica. Venezuela no olvidará jamás que AD concentró las ideas y conquistas democráticas fundamentales del siglo pasado: el Voto Popular Directo y Secreto, la Libertad de Expresión, el Nacionalismo, el Voto de la mujer, la asociación sindical, el Pluralismo político. Quienes detentan hoy o regentan la dirección del partido porque la incautaron, dan pena ajena, al observarlos en los últimos años en gráciles cortejo con los grupos conservadores del país, (nietos de gomecismo), esos tales que han actuado como iluminados en una absurda actitud anti-histórica, trataron de convencer al país, que Acción Democrática promovía el comunismo y que Rómulo Betancourt personificaba al mismísimo Satanás, condenado y combatido con rencor por quienes el identifico como minoría “plutocrática”, no sólo rica sino políticamente poderosa, que no había yegado a esa posición por su capacidad productiva o negociadora. Cito: “El carácter parasitario de estos sectores tiene, en nuestro concepto, una explicación fácil. Se trata, en su mayor parte, de gente enriquecida al amparo del presupuesto; o de quienes recibieron jugosas parcelas de  hidrocarburos, en los días de la rebatiña de concesiones. Y gente que no forjó sus capitales en la siempre arriesgada vida de los negocios, que no los “sudó”…(Rómulo Betancourt en su Columna “Tendencias parasitarias del capital nacional” I, 24-7-1937, Diario Ahora). Esto responde en buena parte la pregunta que se hace Arturo Sosa Abascal, en el marco de su investigación y análisis del pensamiento político democrático contemporáneo, que publicó en 1992, Intitulado, La segunda Independencia de Venezuela, y la compilación de los 714 artículos de la columna “Economía y Finanzas ” escrita por Rómulo Betancourt en el diario Ahora. Donde suelta esta expresión ¿Por qué esta importante formulación del pensamiento político de Rómulo Betancourt ha permanecido en la penumbra por tantos años? Aunque hace falta mayor recorrido, la historia ha comenzado ha dejar claro que en el siglo XX, el trienio adeco constituye el período que mayor impulso recibió la incorporación de las masas populares a la acción política, con manifiestos objetivos de igualdad de oportunidades. En la década del 60 masificó la educación y extendió las vías de comunicación de manera tal que nuestro país yego a ser considerado como uno de los primeros en tener mayor extensión de vías de concreto y asfalto del mundo, (desconozco los detalles estadísticos en este momento pero solo hay que pasearse por nuestras desoladas vías). En los setenta se profundizaron políticas, como los yamados eufemísticamente hoy programas sociales o misiones, como el de Becas Gran Mariscal de Ayacucho, los Módulos de Servicios, los Hogares de Cuidado Diario, créditos a la pequeña y mediana industria y se estrecharon las relaciones con los países centro y suramericanos, incluida la antojadiza Cuba, (sin permiso del Tío Sam). El Programa de Becas Gran Mariscal de Ayacucho merece particular mención porque constituyó la primera iniciativa de acción afirmativa (affirmative-action), (sin tener que legislar como fue compelida a hacerlo la ejemplarizadora democracia del norte a que tanto apelan los “demócratas” nuestros de cada día. En sus inicios, la asignación de becas estuvo dirigida explícitamente a favorecer a las personas provenientes de los estratos sociales más bajos de graduados en las escuelas públicas y en las zonas menos urbanas del país. La población joven beneficiada tuvo así oportunidad de estudiar en los mejores centros de enseñanza ubicados en todos los rincones del mundo desarrollado. Toda esta historia fue echada por la borda, por los cuadros de relevos inducidos, quienes no se sensibilizaron o no leyeron este poema que hoy es para ellos una bofetada ética de Andrés Eloy Blanco:.

Soneto de la rima del pobre

Me das tu pan en tu mano amasando,
Me das tu pan en tu fogón cocido,
Me das tu pan en tu piedra molido
Me das tu pan en tu pilón pilado.
Me das tu rancho en tu palma arropado,
Me das tu lecho en su rincón sumido,
Me das tu sorbo, a tu sed exprimido,
Me das tu traje, en tu sudor sudado.
Me das, oh Juan, tú dame de mendigo,
Me das, oh Juan, tu toma de pobrero
Tú clara fe, tu oscuro desabrigo,
Y yo te doy, por lo que dando espero,
El oscuro esperar con que te sigo
Y el claro corazón con que te quiero.

 

AD y el socialismo democrático

Los Programas Políticos de AD alcanzan a exudar modos y formas del análisis marxista, pero siempre imaginando un camino pacífico, democrático y pluralista en la incesante búsqueda de la soñada conquista de la igualdad social, al estilo de buena parte de los socialismos premarxistas y de los teóricos de la Segunda Internacional, pero vertebrados en la gran corriente de la Socialdemocracia Internacional. “Concebimos la revolución, dice su Tesis Política, como un camino constante hacia el Socialismo este concepto es aprobado en 1962, en su Convención Nacional meditada y plasmada en una medular redacción de sus trazados doctrinarios. En la fundación de AD pudieron intervenir, y lo hicieron de hecho, hombres nacidos en el siglo antepasado, que conocieron y vivieron los últimos veinte o treinta años del Partido Liberal Amarillo. Para el 1941, todavía era posible hablar en los pueblos con viejos campesinos que recordaban a Zamora o Falcón porque habían sido sus milicias. En este sentido, AD tuvo la suerte de ser tan joven como para derrotar a los viejos y ambiciosos caudillos, pero también para absorber lo mejor de la vieja estirpe de los recios hombres de la Federación.

Mezquindad histórica frente AD

Los Mezquindad histórica frente AD: Pero como si la naturaleza le jugara una mala pasada, una gran lista de adversarios a quienes AD fuera dejando derrotados en el camino y que no han tenido mejor virtud que la longevidad, en la ultima década del 2.000, todavía yenos de resentimiento, y en oportunista calculo se plegaron al Neo-autócrata de turno, revestidos de zorrerías aprendidas con el tiempo y reivindicadas por la asepsia de los años de craso nihilismo, blanqueados por la hipocresía, se levantaron intentando ser sus sepultureros, y en una nueva cabriola histórica que hace palidecer a los osados acróbatas del (Cirquel De Solei),  intentaron a la zaga del reciente aliado cobrar revancha de viejas ofensas, en un oportunismo sin fin, y sobre la base de una hora menguada del partido desgastado ideológica y programáticamente, con la complicidad por omisión de una regencia donde lo que destaca es la opacidad, vaciado lo político de contenido ideológico, donde prima la cultura del decisionismo-voluntarista más ramplón. Viven de residuos intelectuales. Estos aviesos personajes “hoy aliados en la coyuntura”, con  sus precedentemente mezquinos adversarios históricos los sobrevivieron porque un partido de masas, y comprometido con su quehacer auténtico estaba obligado a respetar reglas que rigen en una democracia y además, mas allá que se le pudieran hacer algunos señalamientos, nunca se dedicó a exterminar a sus adversarios. La mejor frase en este sentido la pronunció el 11 de noviembre de 1964 en la Cámara de Diputados un viejo sindicalista vertical, mártir de la resistencia contra la Dictadura Militar de Pérez Jiménez, Salom Meza Espinoza: Cuando con la autoridad moral que le acompaño en sus luchas, desde el corazón expresó: “Si nosotros no fuésemos generosos, nosotros que venimos ejerciendo el poder político desde 1959, ¿no creen que habríamos arrancado a través de la violencia la confesión (practica corriente en el hoy)  de quién mató en las torturas a nuestros compañeros….Y dónde están enterrados Luís Hurtado Higuera, Cástor Nieves Ríos y tantos mártires nuestros de la resistencia”? Los malos hijos de AD: Andrés Eloy Blanco recogió en insuperables versos parte de la incierta historia de Venezuela, en la relación con algunos de sus hijos y lo eternizo en esta dramática expresión poética: “A Venezuela el hijo bueno se le muere afuera y el hijo malo se le eterniza adentro”.

En el pasado reciente, los directivos de manera fáctica y dotados de amañados recursos estatutarios y coartadas reglamentarias, secuestraron la organización, desdibujando la preocupación cardinal de AD, por los relegados de siempre, y por todos recogido en su histórica premisa alianza orgánica de clases, En el encadenamiento de los eventos de esta larga etapa, (20 años) en la tragicómica batalla que intentan librar contra los déspotas de turno, han coreografiado con fuerzas éticamente extenuadas en sainetes ridículos, subordinados a la frivolidad y la farándula. Hoy lucen desangelados, e intentan seguir haciendo el recorrido con los hijastros del viejo orden burgués quienes nunca han sido aliados de las mejores causas. Esto tiene una infame vigencia histórica. Casi toda la oligarquía central (caraqueña y valenciana) sin rubor se bajaron las pantaletas, primero  frente al Centauro del yano, luego ante en afrancesado Guzmán Blanco, lo refrendaron con Cipriano Castro, lo reiteraron con Gómez y en 98 repitieron sus  requiebros y doblaron de nuevo la cerviz frente al Zambo de Zabaneta. Por esa razón el grueso de la militancia bifurco su camino, pero no abdicó, no como la larga lista de escaladores sociales, logreros, burócratas de mediopelo, Marqueses de Ochoa que medraron en la organización, y que en el hoy, unos sojuzgados por el vozarrón del autócrata, y otros de reata de los nuevos Príncipes de los archiducados neomedievales en que se convirtieron algunas Alcaldías y Gobernaciones, cedieron su dignidad si es que la tenían por un puñado de cesta ticket, los mas no le hemos dado un palo a la lámpara. El sendero democrático, no ha muerto: aliado a las mejores ideas de cambios y de opciones económicas de equilibrio, desarrollo, impulso estatal, descentralización, reserva de las empresas básicas, cogestión obrera, emprendimientos, inversión, especialmente en tecnologías y desarrollo, capaz de coexistir con modelos o situaciones siempre transitorias que ocurren en la pobre y golpeada Latinoamérica, porque las concepción dogmática de dudosa realidad de la ciencia económica es cegata y cuantitativamente ha demostrado que es incapaz de entender el sufrimiento, las emociones y los deseos de los hombres. (Véase Argentina). Por eso, cualquier cosa que se diga acerca del funcionamiento del mercado no pasa de ser una buena o mala constatación empírica, que obviamente no puede constituirse en la base para prescripciones generales de política económica. Las Teorías Clásica y Neoclásica se estrellaron contra el escollo de la distribución. La Teoría Neoricardiana la dejó indeterminada. La Teoría Económica no tiene pues una Teoría de la Distribución aceptable y por lo tanto no tiene una Teoría de precios. El esfuerzo de los fisiócratas por determinar las leyes naturales del sistema económico a fin de proponerle al Príncipe la mejor política, sigue aun sin bases sólidas.

 ¿Influencio en AD como en los partidos socialistas europeos, la apagada tercera vía de Anthony Giddens?

Algunos ingenuos liberales lo son, porque creen que la falta de perturbación de la voluntad del hombre por la sociedad hará que aquel pueda dedicarse al cultivo del crecimiento humano en todo sentido, lo cual es la proposición de una sociedad de maravilla donde coexisten el individualismo y el bienestar de todos. El individualismo liberal y el colectivismo socialista, son en efecto posiciones opuestas, coincidentes solo en la negación de toda antropología de base metafísica. la sociedad de consumo, máximo logro de la cultura liberal individualista, exhibe en el campo del puro materialismo, la victoria del libre mercado sobre el dirigismo colectivista, por otra parte “al negar su existencia autónoma y su valor a la moral y al derecho, así como a la cultura y a la religión, coincide con el marxismo al reducir totalmente al hombre a la esfera de lo económico y a la satisfacción de las necesidades materiales” (Enc Centesimus Annus, Nro. 18). Esta cultura expresa la angustia y la limitación del hombre contemporáneo. Con la amarga decepción del posmodernismo, su incapacidad escéptica de transcender el pensamiento nutriente de la modernidad. Intentar una vida humana carente de una dimensión social y política solo empuja al despojo de lo ético que apoya a la fortaleza de los lazos que la coexistencia necesariamente impone Esa perspectiva liberal suele estar en el trasfondo de todos los que conservadurismos que buscan refugio en los regímenes inseguramente fuertes. La mentalidad de la mesocracia se pone allí de manifiesto en la extendida, permisiva, cómoda, burguesa y egoísta actitud de sacrificar gustosamente por la oferta (no siempre cumplida) de la seguridad. Esa mentalidad de cuello corto está en la base de todos los fascismos, de derecha y de izquierda, (porque uno de los fenómenos de la posmodernidad en su decadencia agónica ha mostrado, que el fascismo no es monopolio de la derecha); y que, el voluntarismo descaminado de la izquierda de los sueños muertos puede ser peor fascismo que algunos fascismos Light del desarrollismo liberal de antaño.

Acción Democrática aun le queda camino por recorrer junto a este pueblo que con orgullo aún guarda símbolos preciados de la Acción Democrática histórica. Venezuela no olvidará jamás que AD concentró las ideas y conquistas democráticas fundamentales del siglo pasado: el voto popular directo y secreto, la libertad de expresión, el nacionalismo, el voto de la mujer, la asociación sindical, el pluralismo político. Pena ajena causa hoy, observar los grupos conservadores del país (cuyos hijos, hacen coreografías enfundados en coloridos uniformes, juntos en cortejos con quienes confiscaron la dirección del partido), esos tales que actuado como iluminados en una absurda actitud anti-histórica, trataron de convencer al país, que Acción Democrática promovía el comunismo y que Rómulo Betancourt personificaba al mismísimo Satanás, condenado y combatido por quienes marcó como minoría “plutocrática”, no sólo rica sino políticamente poderosa, que no había yegado  a esa posición por su capacidad productiva o negociadora. “El carácter pasitarario de estos sectores tiene, en nuestro concepto, una explicación fácil. Se trata, en su mayor parte, de gente enriquecida al amparo del presupuesto; o de quienes recibieron jugosas parcelas de hidrocarburos, en los días de la rebatiña de concesiones. Y gente que no forjó sus capitales en la siempre arriesgada vida de los negocios, que no los “sudó”…Columna “Tendencias parasitarias del capital nacional” I, 24-7-1937, Diario Ahora. (reforzados con creces el los negocios de dólares controlados, (SICAD I y SICAD II SIMADI), DICOM, y DIPRO. (Véase y léase las investigaciones federales de varias Fiscalias USA). Esto responde en buena parte la interpelación que se hace Arturo Sosa Abascal, en el marco de su investigación y análisis del pensamiento político democrático contemporáneo, que publicó en 1992, Intitulada, La segunda Independencia de Venezuela, compilación de los 714 artículos de la columna “Economía y Finanzas” escrita por Rómulo Betancourt en el diario Ahora. Cito: su expresión ¿Por qué esta importante formulación del pensamiento político de Rómulo Betancourt ha permanecido en la penumbra por tantos años? Andrés Eloy Blanco recogió en  insuperables versos parte de la incierta historia de Venezuela, en la relación con algunos de sus hijos y lo eternizo en esta dramática expresión poética: “A Venezuela el hijo bueno se le muere afuera y el hijo malo se le eterniza adentro”.

Quiero aquí recoger del juglar que también fue Andrés Eloy estos versos relativos a la violenta jornada jornada del 14 de febrero, que aprendieron de memoria los venezolanos, incluyendo los analfabetos:

“Cuando Juan Bimba era sute
Le dio puntá de costao,
Le dio calentura’epollo,
Le dio sarampión morao
Y el doctor le recetó
Quinina con bacalao.

 

El 14 de febrero
Se echó el cogollo de un lao,
Cogió su guacharaquita
Y el porteño encabullao.
Lo trajeron de la plaza
Con el pecho atravesao”.

 

AD y el ineludible juicio histórico

La mengua de Acción Democrática: La verdad o una aproximación a la verdad del drama de la carencia de los partidos políticos y por derivación de la democracia misma, estuvo en la distorsión de las pocas y frágiles formaciones de la sociedad civil por parte de la sociedad política. Ello tiene una explicación no una justificación. Desde el postgomecismo, la formación de una inexistente sociedad venezolana es obra, gústele a quien le guste, de los partidos democráticos modernos, (de matriz europea, signo ideológico, militancia rígida). Fue así como la sociedad política a través de los partidos, fue la que en nuestro medio estimulo y arrimo el hombro para lograr la articulación de las distintas expresiones de la sociedad civil (gremios, ligas agrarias, sindicatos, agrupaciones culturales, sociales deportivas, asociaciones de vecinos, sociedades cooperativas, colegios profesionales, y demás). El factor degradante residió en que los partidos, en vez de reconocer la legítima autonomía de esas múltiples manifestaciones, instituidas como estructuras de asociación y participación popular, pretendieron subordinarlas, como factor de poder social extendido, a sus inflexibles líneas partidistas. En este resbalón histórico influyo de manera determinante el carácter organizativo de nuestros partidos de influencia leninista, expresada en el famoso centralismo-democrático. Lo que muchos aviesamente quisieran desconocer es que, sin la labor, lenta y paciente, de las organizaciones políticas, no hubieran podido tener existencia real (con todas sus fragilidades) las a veces deformadas estructuras de participación de las sociedades intermedias en nuestro entramado social. En otros países estas como vehículo de participación en el marco de la sociedad civil forjaron en la sociedad política organismos de gran fortaleza, que permitieron a los sectores relegados intervenir abiertamente. El ejemplo clásico que suele citarse es el de los sindicatos británicos, de inteligencia de la izquierda, de los cuales surge el partido laborista, que fractura la polarización histórica de la política de la Gran Bretaña entre conservadores y liberales proceso antagónico de lo ocurrido en Venezuela. Aunque hace falta mayor distancia, la historia ha comenzado ha dejar claro que en el siglo XX, el trienio adeco constituye el período  que mayor impulso recibió la incorporación de las masas populares a la acción política, con manifiestos objetivos de igualdad de oportunidades. En la década del 60 masificó la educación y extendió las vías de comunicación de manera tal que  nuestro país yegó a ser  considerado como uno de los primeros en tener mayor extensión de vías de concreto y asfalto del mundo, (desconozco los detalles estadísticos en este momento pero solo hay que pasearse por nuestras desoladas vías). En los setenta se profundizaron políticas, como los yamados eufemísticamente hoy programas sociales como el de Becas Gran Mariscal de Ayacucho, los Módulos de Servicios, los Hogares de Cuidado Diario, Créditos a la pequeña y mediana industria, y se estrecharon las relaciones con los países centro y suramericanos, incluida la antojadiza Cuba, (sin permiso del Tío Sam). El Programa de Becas Gran Mariscal de Ayacucho merece particular mención porque constituyó la primera iniciativa de acción afirmativa (affirmative-action), (sin tener que legislar como fue compelida a hacerlo la ejemplarizádola democracia del norte) que se conoce en Venezuela. En sus inicios, la asignación de becas estaba dirigida explícitamente a favorecer a las personas provenientes de los estratos sociales más bajos de graduados en las escuelas públicas y en las zonas menos urbanas del país. La población joven beneficiada tuvo así oportunidad de estudiar en los mejores centros de enseñanza ubicados en todos los rincones del mundo desarrollado. Toda esta historia fue echada por la borda, por quienes no se sensibilizarón o no leyeron  este poema de Andrés Eloy.

Soneto de la rima del pobre

Me das tu pan en tu mano amasando,
Me das tu pan en tu fogón cocido,
Me das tu pan en tu piedra molido
Mes das tu pan en tu pilón pilado.

 

Me das tu rancho en tu palma arropado,
Me das tu lecho en su rincón sumido,
Me das tu sorbo, a tu sed exprimido,
Me das tu traje, en tu sudor sudado.

 

Me das, oh Juan, tú dame de mendigo,
Me das, oh Juan, tu toma de pobrero
Tú clara fe, tu oscuro desabrigo,
Y yo te doy, por lo que dando espero,
El oscuro esperar con que te sigo
Y el claro corazón con que te quiero.

 

La decadente dirección y su alianza antihistórica 

En el pasado reciente, los directivos de manera fáctica y dotados de amañados recursos estatutarios y coartadas reglamentarias, secuestraron la organización, desdibujando la preocupación cardinal de AD, por los relegados de siempre, y por todos recogido en su histórica premisa alianza orgánica de clases, En el encadenamiento de los eventos de esta larga etapa, (20 años) en la tragicómica batalla que intentan librar contra los déspotas de turno, han coreografiado con fuerzas éticamente extenuadas en sainetes ridículos, subordinados a la frivolidad y la farándula. Hoy lucen desangelados, e intentan seguir haciendo el recorrido con los hijastros del viejo orden burgués quienes nunca han sido aliados de las mejores causas. Esto tiene una infame vigencia histórica. Casi toda la oligarquía central (caraqueña y valenciana) sin rubor se bajaron las pantaletas, primero  frente al Centauro del yano, luego ante en afrancesado Guzmán Blanco, lo refrendaron con Cipriano Castro, lo reiteraron con Gómez y en 98 repitieron sus  requiebros y doblaron de nuevo la cerviz frente al Zambo de Zabaneta. Por esa razón el grueso de la militancia bifurco su camino, pero no abdicó, no como la larga lista de escaladores sociales, logreros, burócratas de mediopelo, Marqueses de Ochoa que medraron en la organización, y que en el hoy, unos sojuzgados por el vozarrón del autócrata, y otros de reata de los nuevos Príncipes de los archiducados neomedievales en que se convirtieron algunas Alcaldías y Gobernaciones, cedieron su dignidad si es que la tenían por un puñado de cesta ticket, los mas no le hemos dado un palo a la lámpara. El sendero democrático, no ha muerto: aliado a las mejores ideas de cambios y de opciones económicas de equilibrio, desarrollo, impulso estatal, descentralización, reserva de las empresas básicas, cogestión obrera, emprendimientos, inversión, especialmente en tecnologías y desarrollo, capaz de coexistir con modelos o situaciones siempre transitorias que ocurren en la pobre y golpeada Latinoamérica, porque las concepción dogmática de dudosa realidad de la ciencia económica es cegata y cuantitativamente ha demostrado que es incapaz de entender el sufrimiento, las emociones y los deseos de los hombres. (Véase Argentina). Por eso, cualquier cosa que se diga acerca del funcionamiento del mercado no pasa de ser una buena o mala constatación empírica, que obviamente no puede constituirse en la base para prescripciones generales de política económica. Las Teorías Clásica y Neoclásica se estrellaron contra el escollo de la distribución. La Teoría Neoricardiana la dejó indeterminada. La Teoría Económica no tiene pues una Teoría de la Distribución aceptable y por lo tanto no tiene una Teoría de precios. El esfuerzo de los fisiócratas por determinar las leyes naturales del sistema económico a fin de proponerle al Príncipe la mejor política, sigue aun sin bases sólidas.

AD y la bandera del Socialismo Democrático

Por esa razón el grueso de su militancia bifurco su camino, pero no abdicaremos, no como la larga lista de alpinista sociales, logreros, burócratas de mediopelo que  medraron en la organización, y que en el hoy, unos sojuzgados por el vozarrón del autócrata, y otros detrás de los nuevos Príncipes de los archiducados neomedievales en que se han convertido las Alcaldías y Gobernaciones en manos de los sectores “democráticos”, entregaron su dignidad si es que la tenían por un puñado de cesta ticket, los mas no le hemos dado un palo a la lámpara. El Socialismo-democrático, no ha muerto: aliado a las mejores ideas de cambios y de opciones económicas de equilibrio, desarrollo, impulso estatal, descentralización, reserva de las empresas básicas, cogestión obrera, cooperativismo, Inversión, y desarrollo, capaz de coexistir con modelos o situaciones siempre transitorias que ocurren en la pobre y golpeada Latinoamérica, porque las concepciones dogmáticas de dudosa realidad de la ciencia económica es cegata y cuantitativamente ha demostrado que es incapaz de entender el sufrimiento, las emociones y los deseos de los hombres. Por eso, cualquier cosa que se diga acerca del funcionamiento del mercado no pasa de ser una buena o mala constatación empírica, que obviamente no puede constituirse en la base para prescripciones generales de política económica. Las Teorías Clásica y Neoclásica se estrellaron contra el escollo de la distribución. La Teoría Neoricardiana la dejó indeterminada. La Teoría Económica no tiene pues una Teoría de la Distribución aceptable y por lo tanto no tiene una Teoría de Precios. El esfuerzo de los fisiócratas por determinar las leyes naturales del sistema económico a fin de proponerle al Príncipe la mejor política, sigue aun sin bases sólidas.

¿Ha influenciado en AD la apagada tercera vía de Anthony Giddens?

Algunos ingenuos liberales lo son, porque creen que la falta de perturbación de la voluntad del Hombre por la Sociedad hará que aquel pueda dedicarse al cultivo del crecimiento humano en todo sentido, lo cual es la proposición de una sociedad de maravilla donde coexisten el individualismo y el bienestar de todos.El individualismo liberal y el colectivismo socialista, son en efecto posiciones opuestas, coincidentes solo en la negación de toda antropología de base metafísica. En la Centesimus Annus se destaca que el error fundamental tanto del socialismo como del liberalismo es de carácter antropológico en cuanto reducen al hombre a un conjunto de relaciones socioeconómicas, haciendo depender la dignidad de la persona de la tecno-estructura; y desapareciendo, además el concepto de persona como sujeto autónomo de decisión moral.

La sociedad de consumo, máximo logro de la cultura liberal individualista, exhibe en el campo del puro materialismo, la victoria del libre mercado sobre el dirigismo colectivista, por otra parte “al negar su existencia autónoma y su valor a la moral y al derecho, así como a la cultura y a la religión, coincide con el marxismo al reducir totalmente al hombre a la esfera de lo económico y a la satisfacción de las necesidades materiales” (Enc Centesimus Annus, Nro. 18).

La cultura dominante intenta, por la vía de la saturación mediática de sus tesis, ahogar el campo intelectual o anular el surgimiento de cualquier planteamiento alternativo, su análisis, comprensión o subordinación a él.

Esa cultura expresa la angustia y la limitación del hombre contemporáneo. Con la amarga decepción del posmodernismo, su incapacidad escéptica de transcender el pensamiento nutriente de la modernidad.

Intentar una vida humana carente de una dimensión social y política solo empuja al despojo de lo ético que apoya a la fortaleza de los lazos que la coexistencia necesariamente impone Esa perspectiva liberal suele estar en el trasfondo de todos los  que conservadurismos que buscan refugio en los regímenes inseguramente fuertes. La mentalidad de la mesocracia se pone allí de manifiesto en la extendida, permisiva, cómoda, burguesa y egoísta actitud de sacrificar gustosamente por la oferta (no siempre cumplida) de la seguridad. Esa mentalidad de cuello corto está en la base de todos los fascismos, de derecha y de izquierda (porque uno de los fenómenos de la posmodernidad en su decadencia agónica ha mostrado, que el fascismo no es monopolio de la derecha; y que, el voluntarismo descaminado de la izquierda de los sueños muertos puede ser peor fascismo que algunos fascismos light del desarrollismo liberal de antaño.

La disminución de Acción Democrática

La verdad o una aproximación a la verdad del drama de la mengua de los partidos políticos y por derivación de la democracia misma, estuvo en la distorsión de las pocas y frágiles formaciones de la sociedad civil por parte de la sociedad política. Ello tiene una explicación no una justificación. Desde el postgomecismo, la formación de una inexistente sociedad venezolana es obra, gústele a quien le guste, de los partidos democráticos modernos, (de matriz europea, signo ideológico, militancia rígida). Fue así como la sociedad política a través de los partidos, fue la que en nuestro medio estimulo y arrimo el hombro para lograr la articulación de las distintas expresiones de la sociedad civil (gremios, ligas agrarias, sindicatos, agrupaciones culturales, sociales deportivas, asociaciones de vecinos, sociedades cooperativas, colegios profesionales, y demás). El factor degradante residió en que los partidos, en vez  de reconocer la legítima autonomía de esas múltiples manifestaciones de la sociedad, instituidas las estructuras de asociación y participación popular, pretendieron subordinarlas, como factor de poder social extendido, a sus inflexibles líneas partidistas. En este resbalón histórico influyo de manera determinante el carácter organizativo de nuestros partidos de influencia leninista, expresada en el famoso centralismo-democrático.

Lo que muchos aviesamente quisieran desconocer es que, sin la labor, lenta y paciente, de las organizaciones políticas, no  hubieran podido tener existencia real (con todas sus fragilidades) las a veces deformadas estructuras de participación de las sociedades intermedias en nuestro entramado social. En otros países las sociedades intermedias como vehículo de participación en el marco de la sociedad civil forjaron en la sociedad política organismos de gran fortaleza, que permitieron a los sectores relegados intervenir públicamente. El ejemplo clásico que suele citarse es el de los sindicatos británicos, como estructura participativa de la sociedad civil, o la Fabián Societ como expresión de inteligencia de la izquierda, de los cuales surge el partido laborista, que fractura la polarización histórica de la política de la Gran Bretaña entre conservadores y liberales proceso antagónico de lo ocurrido en Venezuela.

Liderazgo civil vs Liderazgo militar

Liderazgo civil vs. Liderazgo militar: El caudillismo militar en correlato con su visión hegemónica del poder contribuyo al deplorable atraso de la organización institucional del país La política dependió en casi un siglo de insurrecciones fratricidas, de quien en una parada lograba hacerse de armas y municiones, arrastrando en su aventura, al humilde hombre del pueblo que terminaba peleando no por la causa en la cual creía (pues mas de las veces ni la conocía) sino que era yevado como ganado en madrina por quien lo reclutaba. Los falsos dilemas y el desconcierto generado por el apabullamiento chavista han permitido la afloración de criterios históricos de bulto, que el civilismo democrático, por ingenuidad o ceguera no había percibido durante décadas. Me refiero el reduccionismo militarista que compiscuas figuras han hecho evidente como de un enunciado social del estamento castrense. El arribo de Rómulo Betancourt a la presidencia de la Republica y el fortalecimiento de la democracia incubo en los cuadros de las Fuerzas Armadas un feroz resentimiento, producto de la pérdida de poder, que no logro ser superado durante los cuarenta años del acuerdo punto-fijista. Siempre existió un sentimiento de sedición que busco continuamente limitar la subordinación de la estructura militar al poder civil. El liderazgo civil desde ahora en el debate, en la propuesta de alternabilidad, de cara al futuro cercano, para cuando sea viable tiene que plantearse la reconsideración critica del estamento militar, su dimensión, estructura y composición; y las estrictas funciones de ese mal necesario, que resulta la institución castrense. Porque la concepción filosófica de una Democracia plena, no puede estar tutelada, que supone que la sociedad venezolana debe someterse, por principio, al diktat de la institución armada, eso es absolutamente inaceptable. En las organizaciones políticas hay que atreverse a soñar, a pesar que el medio es hostil; hay que romper con el, casi como medida de supervivencia. (Hoy es imperdonable no hacerlo). La democratización aun con sus inconsistencias no tiene ascendencia pretoriana: es un decidido empeño civilista. Luego que el acido verbo de Laureano Vallenilla Lanz, se refiriera (en su columna R. H. en el Heraldo) al yamado trienio adeco (1945-48) comentando que tuvo algo de Republica Española y mucho de incompetencia, que pudiera decirse del lamentable presente que ostenta una vocación concentradora de poder con expresada tendencia autoritaria, que falseo el sentido del sufragio, con absoluto cinismo intenta portar el ropaje de una revolución, pretenden y lo está logrando imponernos el paradigma hegemónico, con su correlato de intolerancia, de monocracia, fragmentaria, liquidación del disenso, judicialización del ejercicio del hecho político, lenguaje hostil a los necesarios procesos de integración, espacialmente regional, comprometiendo al país en inciertas alianzas (China-Rusia-Turquía-Irán, con preeminencia del mundo islámico fundamentalista, fosilizado y articulado al Lumpen militariat. Anticipadamente este régimen se ha dejado ver las costuras de las pantaletas, como es el predicar lo que el campo reaccionario ha venido haciendo por siglos, exigiéndole a nuestra empobrecida población el consentimiento y aceptación de la miseria, con la cual en zozobra convive, muy temprano ha quedado al desnudo el carácter empobrecedor de su gestión.¿Tiene acción democrática, sus causes ideológicos y programáticos secos? Los partidos políticos y en específico AD, por lo que ha significado para el país, y atendiendo lo que la reflexión diaria le dicta y entendiendo que en el devenir, asumirá su inevitable juicio histórico, debe intentar a contribuir sin complejos (como realidad época) a arriesgar para empujar a nuevos liderazgos

¿Causes ideológicos y programáticos secos?

Los partidos democráticos de corte ideológico entre los que ineluctablemente esta Acción Democrática, a los cuales debe la modernización la política venezolana lucen hoy anoréxicos, fragmentados, más que todo por el morbo acostumbrado de las apetencias personales y grupales. En los eventos políticos y electorales del pasado reciente en lo que el pensador Slavoj Zizek, ha yamado la interpasividad, han sido yevados nariceados por las autoridades simbólicas. (Léase grupos financieros y medios de comunicación), si a esto le adicionamos, que sus fuentes ideológicas y programáticas, muestran secos sus causes, que los condena a la evaporación total. Quiera Dios que los cauces resecos no recuperen su caudal con torrentes de lagrimas o de sangre. La ilusión regresa en cada hito, sin embargo, no es ésta que se funda en la miseria presente y en la promesa de una época de oro que no yegará nunca. Son cosas más bien sencillas lo que el hombre común ha soñado y propone: salud, alimento, tierra, vivienda, trabajo libertad, educación, seguridad, amor a sus semejantes, amor a su Patria. Para concluir quiero hacerlo con un fragmento del discurso pronunciado por el poeta Andrés Eloy Blanco en el mitin del 12 de Abril, de 1936 celebrado en el circo metropolitano a las diez de la mañana, le dice al Juan Bimba1 de su inspiración: (que sigue sobreviviendo en laderas y quebradas, o hacinado en jaulas yamadas viviendas dignas y acarreado en jaulas sustituta del transporte urbano y del burro de los pueblos)” Ten fe en nosotros, que estamos en la vela de tus cicatrices, heridos de tus dolores, clavados en tus cruces, jugados a tu carta y embarcados en promesa solemne con la esperanza o la angustia de tu destino”.”Juan Bimba”, símbolo del Partido del Pueblo). creado por (Mariano Medina Febres (1912-1976).

Con respecto a nuestros desolados partidos, ¿será profético este poema del Español. José Hierro, (Cuadernos de Nueva York, 1998, intitulado: Poema Vida de poeta?

Después de todo, todo ha sido nada,
a pesar de que un día lo fue todo.
Después de nada, o después de todo
supe que todo no era más que nada.

Grito “¡Todo!”, y el eco dice “¡Nada!”.
Grito “¡Nada!”, y el eco dice “¡Todo!”.
Ahora sé que la nada lo era todo,
y todo era ceniza de la nada.

No queda nada de lo que fue nada.
Era ilusión lo que creía todo
y que, en definitiva, era la nada.

Qué más da que la nada fuera nada
si más nada será, después de todo,
después de tanto todo para nada.

“Por una Venezuela libre y de los venezolanos”
“En el país pasa el tiempo y el segundero avanza decapitando esperanzas”…

Pedro Rafael García
[email protected]
Caracas 5 Septiembre de 2010. 

 

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