Arta Urbi et Orbi
Leímos ayer en “Correspondencia Romana” una crónica firmada por un señor cuya nacionalidad, deducida de su nombre resaltado en rojo por el portal referido (Peter Kwasniewski) permite pensar que se trata de un camuflado que en el espionaje se denominan “topo” porque tienen como misión (designio en este caso) encontrar en la Iglesia Católica a quien crucificar, pero no para redención de la humanidad sino para saciar impulsos de sadismo que en ningún caso oculta. Y no solo Peter ase esta bandera en contra de Francisco; otras voces no menos inicuas han blandido sus fauces y aprovechan el mal momento que vive la Iglesia por causa de personajes que profanaron la fe, cometieron actos tóxicos para la Institución Cristiana y hoy son linchados merecidamente por la opinión pública, pero que en ese oprobio se intenta vincular a un hombre bueno que calzó las Sandalias del Pescador con humildad mal vista por buena parte del cardenalato y por el conservadurismo. Pero fue elegido gracias al voto de cardenales que ahora, algunos de ellos, se yerguen en jueces ímprobos de la conducta de quien dirige a 1.600 millones de católicos en el mundo.
Entendemos que un porcentaje mínimo de sacerdotes ha maculado al prestigio de la Iglesia Católica, porque los feligreses a quienes se ha ofendido así lo asumen con absoluta lógica. Pero esos anticristos NO son LA IGLESIA. Se han aprovechado de sus sotanas, de sus influencias con autoridades intestinas y con actitudes nada cónsonas con la predica de Jesús para esparcir sus propias putrefacciones de alma en los lugares que pisaron. Pero esos sujetos NO son Francisco, NO representan a Francisco, NO piensan como Francisco y NO pueden ser la excusa ni la coartada de quienes portan metralletas “filosóficas” para intentar crucificar a Francisco con las municiones de la perversión hecha “doctrina” de la envidia.
En este momento en la Iglesia Católica, en la que esos luzbeles no pueden comulgar de corazón (por carecer de éste) y porque hienden sus dagas contra el sucesor de Pedro; sin ninguna duda el más angustiado de corazón y alma, es Francisco. Es posible que en su neoliberalismo filosófico Francisco cometa errores ajenos a la infalibilidad del Santo Padre en ejercicio de la oración, pero actuemos como cristianos. ¿Tan raudos somos para olvidar aquello de “Lance la primera piedra..? Reto a este Peter comunistoide infiltrado en el cristianismo a que señale un solo yerro de Francisco cometido con la vileza que el cronista arteramente le achaca. Solicito al portal “Correspondencia Romana” que realice un foro de pensadores católicos, humanamente católicos, para analizar la ejecutoria de Francisco. No es difícil imaginar que cuando la aristocracia ve en un prelado del Tercer Mundo la majestad hecha humildad que representa Francisco con tan singular éxito, hay que asesinarlo, no importa que la Iglesia, como Piedra de Cristo sufra los embates de tanta irracionalidad.
¡En todo caso, dirían Jesús y Francisco, yo los perdono…!