Vicente Brito, presidente de la Red por la defensa al Trabajo, la Propiedad y la Constitución // Foto archivo
Vicente Brito, presidente de la Red por la defensa al Trabajo, la Propiedad y la Constitución, asegura que los resultados observados con la aplicación de las series de medidas implementadas, es que no se logró detener la caída de los niveles de consumo y pobreza. Lo que observamos es una mayor desmejora en estos importantes indicadores que nos manifiesta la profundización de la crisis en que nos encontramos.
“Los aumentos salariales y demás beneficios otorgados no lograron mejorar la capacidad adquisitiva de las familias. Siendo ese inmenso incremento de dinero otorgado en recursos públicos financiados en su totalidad con dinero proveniente del Banco Central. Sus efectos son observados en la acelerada caída de los niveles de consumo y el crecimiento de la pobreza en los últimos 30 días al ocurrir aumentos de precios de los productos esenciales, como resultado del más elevado de los niveles inflacionarios en lo que va del año 2018 y del crecimiento de la cantidad de dinero en circulación, se estima que hubo un aumento más de 50.000 millones de bolívares soberanos en un mes”, explicó Brito.
Indicó que “lo preocupante es que a pesar de los incrementos salariales (el salario mínimo aumento 36 veces), igualmente lo hicieron las pensiones, bonos y todos los beneficios otorgados por la asistencia pública. No se ha logrado mejorar los niveles de consumo por familia ni mucho menos reducir la pobreza, sobre todo la extrema (son las familias que consumen menos de la mitad de las cantidades necesarias de alimento por núcleo familiar al mes), ellos son un tercio del total de los Venezolanos, ubicándonos dentro de los primeros 25 países del mundo con tales porcentajes de familias en pobreza extrema”.
Agregó que “las razones son evidentes ya que se estableció un programa de mejoramiento de los ingresos familiares, sin prever un aumento de la producción nacional y de las importaciones esenciales, o haber logrado desmontar el control cambiario para facilitar la adquisición de materias primas y aumentar la cantidad de productos a ser ofrecidos”.
“Lo que se creo fue una ilusión monetaria al encontrarse la gente con mucho más dinero en sus manos pero con escasos productos que adquirir, lo cual unido a la regulación de precios por debajo del costo de los productos, obligo a la paralización de miles de empresas al no poder sostener con tan elevadas pérdidas sus actividades de producción, distribución y de comercialización. Agravándose la situación ante el limitado o inexistente capacidad productiva de las empresas públicas”, aseveró.
“Lo que ha producido un mayor desabastecimiento ya que la casi totalidad de la mercancía existentes en abastos y supermercados ya fue adquirida, observándose actualmente estantes parcialmente vacíos o con algunos productos que no son alimentos. Todo lo cual nos indica que seguiremos con elevados niveles de escasez y pobreza, mientras no se ponga en práctica un conjunto de medidas que faciliten la recuperación económica y sobre todo la producción nacional, lo contrario es seguir agravando más la compleja coyuntura social en que nos encontramos”, concluyó.
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