La compresión de la “psiquis del venezolano” ha permitido avanzar en la disuasión “distanciamiento del ambiente circundante” y esto es sólo posible con el control de los medios y mensajes; una vez agotada la táctica de la ‘anti política’ que llevó al descrédito de las organizaciones políticas, a la pugna entre las mismas y al descrédito. “las palabras más leída en las redes para referirse a algún dirigente opositor, suele estar vinculada a algún colaboracionismo” lo que para el analista político y consultor en temas electorales Aníbal Sánchez Ismayel; “no es casuística es parte de una estrategia, donde todos resultamos ser vectores y hasta victimarios”.-
La misma anti política que llevó al chavismo al poder hace 20 años, por medio de un mensaje de revanchismo, con el que se supo manejar una masa no representada en las organizaciones políticas clásicas; se vio transformada en la misma política para crear mayor dependencia, perfeccionando una estructura que trafica con las necesidades del pueblo. Política que había podido ser sustentada hasta hace Tres años atrás, por la renta petrolera.
La estrategia electoral ha tenido sus variantes, en cuanto al trato del adversario el cual ha sido cercado desde su financiamiento, hasta la proscripción de las organizaciones o descalificaciones de liderazgo. Pero el trato a sus adeptos siempre se ha centrado en el control social sobre el necesitado “población está que ha venido creciendo producto no solo de la crisis socio económica, sino por la desaparición de las empresas de carácter privado; a diferencia de la concentración de cada vez más de las estructuras públicas por parte del partido del gobierno” señaló Sanchez.-
La correcta lectura de los resultados obtenidos en los procesos electorales anteriores nos puede llevar a una mejor interpretación de los hechos sociales que se deben confabular para avanzar en la consolidación de una mayoría capaz de adversar este gobierno. “la necesidad de una unidad y hoja de ruta común parece haber sido mejor entendida por el gobierno que la oposición” De ahí que no solo se escuche de diferencias entre ellos, pero que siempre priva el espíritu de supervivencia; a diferencia de la oposición donde cualquier hecho u error es exacerbado. Quedando en el ambiente las opiniones que hacemos algunos, sobre no ser víctima de la estrategia comunicacional y de contrainteligencia del adversario y/o rival.
“A puerta de un Año Nuevo pareciera el no haber corrido suficiente agua bajo los puentes” o que habría que esperar la madurez política de los que apenas despierta en ellos la cultura. Sin querer ser desalentador pero cuidadoso de no crear las falsas expectativas en función de cambios políticos; este proceso pudiera verse acelerado a medida que el sector opositor comprenda y diferencie su adversario; – “No se imaginan el tiempo y esfuerzo que nos lleva en ocasiones el explicar en nuestro propio Mercado Electoral una táctica como puede ser: usar las campañas, el voto, o identificación de nuevos liderazgos para construir; Cuando el mismo puede ser invertido en captar nuevos adeptos”.
Mientras más pronto se venza la barrera entre la política de graderías “esa que es buena para ganar likes, diciendo lo que se quiere oír sin estar dadas las circunstancias para que ocurra como es: el vete ya; renuncia, o él te desconozco” y la política responsable la de decir, o conducir procesos, en ocasiones no tan simpáticos, pero si socialmente correctos; habremos avanzado. Seguro una vez alcanzado este nivel surgirán otras categorías de liderazgos, pero aún no estará completada la tarea “pues no todo es diálogos, acuerdos o negociaciones” para que esto dé resultados deben estar dadas las circunstancias, que van desde la necesidad, la agenda, hasta el escenario.