Amo los libros. Ningún invento tecnológico de los actuales, ni siquiera mí amada computadora puede darme el placer que me dan los libros. En estos tiempos de híper inflación, no me puedo dar el lujo de comprarlos por más que sueño con ellos. Tengo una biblioteca suficiente. Nunca dejamos de adquirir, novedades, novelas, ensayos, poesía, historia, auto ayuda, además de textos relativos a la comunicación y el periodismo. Convencida de que, al volverse una profesión de mujeres el periodismo se abrió a la comunicación me siento verdaderamente cómoda, como comunicóloga. Cuando era una profesión de hombres, se nos conocía,” los periodistas”, o “los chicos de la prensa”. Llegó la hora. Debe reconocerse el cambio: mayoría femenina. Recibo -para mi beneplácito- libros de regalo de Navidad. Reviso, algunos leídos. Encuentro un nombre atractivo: “Juegos de Poder” de Dick Morris, analista político norteamericano. La traducción de 2005, Editorial El Ateneo. El subrayado hecho con cuidado y sin notas en los márgenes, indica que Adolfo lo leyó. Es de interés y pertinente en este momento histórico. Quienes se interesan por la verdadera política deberán leerlo atentamente. Importante el capítulo relativo al auge, caída y nuevo ascenso al poder del General Charles De Gaulle, en la década de los 50 del siglo XX. Llaman mi atención: las razones que le atribuye Morris al triunfo del General, cuando nadie lo esperaba. La primera de esas razones, refiere a lo que autor destaca como “Siempre se mantuvo apegado a los principios”; lo segundo, la consigna, “Hay que salvar a Francia”. Es decir, frente al desastre ocurrido, (la derrota de los franceses en menos de menos de un mes frente a Hitler) ese patriota, decide asumir prácticamente solo la resistencia y grita “Hay que Salvar a Francia”. A mí me suena: “Hay que salvar a Venezuela”. El libro, pedagógico, claro y absolutamente en sintonía con nuestra situación, señala casos de ganadores y perdedores entre los grandes líderes políticos, de ayer, hoy y siempre. Según observo la capacidad de esos hombres al tomar decisiones de manera adecuada en momentos difíciles, confusos e inesperados de sus luchas políticas fue definitiva. ¡Dios ilumine a nuestros valientes, sacrificados, incomprendidos líderes de la oposición, para que sean capaces de usar su inteligencia, sus principios y su razón en los difíciles momentos por los que atraviesa Venezuela!