Ni en pintura quiere ver el presidente Donald Trump a Nicolás Maduro. Las respuestas a su solicitud solo encuentran un no rotundo en la sede de Valle Arriba. “Tiene que cumplir lo que señalaba la carta del Cardenal Pietro Parolin”, le responden. Y hasta ahí llega el imperio, desde donde cada cierto tiempo le cortan más la cuerda a través de sanciones, expropiaciones y congelaciónes de cuentas específicas, sanciones que han logrado también infiltrar al Gobierno con enemigos íntimos que si bien pueden militar en el Psuv, están dispuesto a cantar La Marsellesa ante el Pentágono con tal de que el Departamento del Tesoro les regrese aunque sea un poquito de lo mal habido.
Elizabeth Fuentes
Tan desesperado está el hombre de Miraflores, que no se les ocurrió nada peor a sus asesores que llamar a la periodista María Elvira Salazar – anticastrista de toda la vida, republicana, antichavista-, para que le hiciera una entrevista a Maduro en Univisión con el objetivo de que la cadena Fox la retransmitiera, Trump la viera, se condoliera y aceptara reunirse con el. “Por eso hice las preguntas en inglés y en español”, contó luego Salazar.
Pero nanai nanai. La cadena Fox se negó a retransmitirla y Maduro,otra vez, se volvió a quedar con la mano extendida frente a su enemigo principal.
“Maduro piensa que Estados Unidos puede ser un árbitro respetable a la hora de una negociación”, se rumora en círculos cercanos a Miraflores, pero tiene miedo a quedarse sin el chivo y sin el mecate. Por eso sigue caminando sobre un techo de vidrio.
Con los ojos visiblemente cansados, sin la agresividad que utiliza hacia los venezolanos que se le oponen, Maduro en Univisión le mandó un “mensaje respetuoso, muy humano”, a Donald Trump. Mirando a cámara – como seguramente se lo aconsejaron-, el hombre fuerte del Psuv lucía frágil: llegó a acusar a Obama de los errores que heredó Trump y pretendió comparar la situación de Venezuela con la de Vietnam: “Los diferentes nos podemos entender… ¿no hubo más diferencia con Vietnam, que los llevó a una guerra…? Y como está hoy la relación con Vietnam de inversión, trabajo y amistad? …¿No podemos lograr una relación de trabajo, cooperación, entendimiento y respeto?”
“La realidad es que aquí hay un grito desesperado hacia Trump por parte de ellos”, dijo luego la periodista Salazar sobre la entrevista, acostumbrada a escuchar insultos y amenazas de parte del chavismo hacia Estados Unidos. Grito desesperado que no lo llevará a releer la misiva del Cardenal Parolin porque es lo mismo que están pidiendo los venezolanos en los Cabildos Abiertos por todo el país: elecciones libres y realmente democráticas, que se acepte la ayuda humanitaria, se restituya el mandato de la Asamblea Nacional y se otorgue libertad a los presos políticos.
Y menos ahora, que con la sorpresiva revelación del liderazgo de Juan Guaidó en la otra acera y las calles del país nuevamente enardecidas en su contra, difícilmente la administración Trump se acercará a Maduro para ayudarle a ganar tiempo, su vieja y exitosa estrategia que hoy parece volverse en su contra.