De las “fakes elections a las con garantías y condiciones de competitividad” llevó esfuerzos, consideraciones y tiempo entender esta ruta. El Índice de Democracia de The Economist entre sus variables considera la calidad electoral de los países “Noruega lidera el ranking mundial y en América aparece Costa Rica y Uruguay entre los mejores evaluados” ambos países formaron parte del Grupo Internacional de Contacto (G13) para evaluar caso Venezolano. No todos los gobiernos aceptan el desafío de fortalecer su sistema democrático, otros al contrario moldean sus sistemas electorales hasta llevarlo al punto de no ser competitivos” para muchos actores políticos es nuestro caso; opina el Analista y Consultor Electoral Aníbal Sánchez Ismayel.
En la literatura especializada se puede encontrar que el Índice de The Economist se aplicó en el 2006 ocupando Venezuela el puesto 93 entre 167 países. “Por lo que en esos 10 años siguientes el sistema electoral se consideró semi competitivo, existían consideraciones técnicas que permitían obtener el triunfo en escenarios de alta participación” Su clasificación política estaba entre un “régimen híbrido con marcado populismo” donde se denotaba que el ejercicio de la democracia dejaba de ser plena. En las publicaciones del índice del 2018 ocupó el puesto 134 llegando a la clasificación de ser un “régimen autoritario” y electoralmente dejaba de ser sistema competitivo después de los demostrando en el proceso de la Asamblea Constituyente.-
En muchas ocasiones se escucha la aseveración de Dictaduras No Se Sale Con Votos; pero al revisar la literatura encontrarán varios casos como expone el Consultor John Magdaleno al estudiar 132 casos de transición hacia la democracia; también podrán encontrar que los regímenes autoritarios no suprimen elecciones, las hacen hasta llegar a ser catalogadas como “fake elections” con lo que pretenden solapar una realidad política, añadió Sánchez.
En la actualidad Maduro se encuentra en otros escenario forma parte de un teatro de operaciones Internacional que el no controla, “habría llegado el tiempo para pensar en las características que tendría una transición” a partir de lo que dibujó la oposición desde la Asamblea Nacional con el Denominado Estatuto de la Transición para la Democracia, debe ser la interrogante para muchos.
Para el especialista en temas electorales; el debate político sobre la necesidad de efectuar unas nuevas “elecciones libres” en Venezuela divide a los actores nacionales y países, como se anticipó “el resuelve del estado de conflictividad social y crisis de Gobernabilidad en Venezuela pasa por las urnas electorales” este escenario comenzó a tener forma con la postura del Grupo de Contacto Internacional (G13), y no puede ser subordinado a postura de países neutrales en la OEA o los que ejercen un veto en el Consejo de Seguridad de la ONU.
A esta situación de pérdida del Estado de Derecho se llegó de forma sistemática al ir secuestrando y destruyendo la institucionalidad “entre ellas la del voto, como instrumento de transformación o cambios” esto ocurrió ante la mirada y en complicidad con las autoridades del CNE “por lo que se debería revisar cuál sería la participación de sus funcionarios en futuras instancias”, incluso queriendo ser amplio.
Las elecciones que necesita Venezuela deben darse en el marco de la legalidad y estándares internacionales “cuando se habla de Garantías son los procedimientos para que el voto se ejerza bajo el precepto de ser universal, libre, directo y secreto” como estipula la declaración de los Derechos Humanos y la misma Constitución Nacional. Al mismo tiempo “se deben realizar bajo Condiciones que permitan la competitividad en igualdad y transparencia” Esto puede llevar unos 8 meses, según Sánchez pues a los 145 días del cronograma para el evento electoral donde se desarrollan unas 90 actividades; se les adiciona otros 75 días del proceso para nombrar un nuevo CNE.
Unas nuevas elecciones para que garanticen no solo confianza en sus resultados, o transparencia en el proceso y que se dé una transición en paz debe contar con varios requisitos en opinión de Aníbal Sánchez que inicia con:
El nombramiento de nuevas autoridades del CNE sin dejar de prestar atención en los órganos subalternos que lo conforman.
Garantizar la universalidad a partir de la actualización del registro electoral, considerando que este parte del archivo de Venezolanos Cedulados.
Garantizar el respeto a las circunscripciones electorales y derecho del voto de venezolanos en el exterior o extranjeros en el país, según tipo de elección.
Revisión de la certificación de las organizaciones con fines políticos de acuerdo a lo que establece la ley de partidos y no de resoluciones sobrevenidas de organismos ilegales.
Respeto al derecho político de elegir y ser elegido, restableciendo los derechos políticos a los ilegalmente inhabilitados.
Garantizar al menos las 17 auditorías técnicas previa revisión de sus protocolos con los técnicos de las organizaciones participantes y revisión de la contratación de auditores externos.
Realización del Catastro de Centro a partir de los 14 mil Centros y 28 mil mesas de votación de acuerdo al último corte del RE, prevaleciendo los criterios de vecindad e inclusión electoral; así como el correcto servicio electoral.
Garantizar medidas de seguridad a los electores, partiendo de que no debe existir coaccion en el ejercicio Libre del voto; así como el acompañamiento indebido que ponga en riesgo el Voto Secreto y Directo.
Establecer una Observación Internacional calificada en todas las etapas del proceso.
Implementación de la Contraloría y Fiscalización electoral con el fin de evitar los abusos e ilícitos electorales.
Solo así dejaríamos atrás los tiempos de las fakes elections para entrar al de la Competitividad Electoral, sentenció.