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Earle Herrera: Guaidogate y virreinato

 

Otra vez hay venezolanos postrados ante el Virreinato de Santafé. La aberración histórica quedó develada cuando se destapó la olla podrida en corrupción de la “ayuda humanitaria”. El clímax de la decadencia se alcanza cuando lo que se quiso una epopeya en los puentes de Cúcuta y Tienditas, desemboca en una noche de putas, perico, burundanga y una enigmática muerte.

Más allá, en una explanada, un magnate inglés montó un concierto para que el sainete tuviera algo del Titanic y de las orgías y decadencia de Fellini Satyricon. Lo demás quedó en manos de una pequeña burguesía advenediza sin encantos ni discreción (con el perdón de Buñuel) Dicho en tres platos y sin mucha cinematografía ni literatura, se cogieron los reales y dejaron podrir la comida de la “ayuda humanitaria” con que tramaban tumbar el Gobierno de Maduro.

Todavía faltaba más en la rodada. El autoproclamado “Gobierno legítimo” de Venezuela no acudió a la “fiscal general” que tiene allá ni al llamado “TSJ legítimo” que “despacha” en el restaurado virreinato del Nuevo Reino de Granada. ¿Por qué los ignoró y desestimó? El “presidente encargado” o interino, Guaidó, aclaró: “Ante denuncias pido al embajador Calderón Berti solicitar formalmente a organismo de inteligencia colombiana la investigación necesaria”.

Para no quedarse atrás en la desvergüenza, el fulano embajador Calderón Berti, encarnación resurrecta de la cuarta República, declaró: “El tema se viene investigando a través de los conductos indicados de Colombia”.

Es decir, que el autoproclamado y su emisario en Bogotá, se subordinan a la cuestionada internacionalmente justicia colombiana, justo a los 200 años de la batalla de Boyacá, cuando el ejército Libertador hizo poner pie en polvorosa al virrey Juan José Francisco de Sámano y Uribarri de Rebollar y Mazorra ¿Anotaron, señores súbditos?

Lo que en Cúcuta y Bogotá denominan “El Guaidogate”, precoz descomposición de un “Gobierno autoproclamado”, queda en manos del virrey Álvaro Uribe y su procónsul Iván Duque. Y subordinados a su jurisdicción –lean sus tuits y declaraciones- los que pretenden reducir otra vez a capitanía general la patria grande que Bolívar y su ejército independizaron en Boyacá, Carabobo, Pichincha y Ayacucho. Sin fanfarria. Sin concierto. Sin “su merced”.

 

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