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Jesús Castillo: El ABC del periodista

El pasado jueves 27 de junio, Día Nacional del Periodista, acudí a la Misa de Acción de Gracia en la Iglesia Catedral. Fue motivador ver a un nutrido público conformado por comunicadores sociales, estudiantes de periodismo y reconocidas personalidades de Cumaná. Monseñor Diego Padrón ofició la misa para felicitar a quienes nos dedicamos al apasionante oficio del periodismo. También nos dejó el mensaje del Papa Francisco sobre los retos del periodista en la sociedad actual. Los resumió en tres: a) Amar la verdad por encima de cualquier adversidad; b) Convivir con el profesionalismo para presentar la información de manera oportuna, veraz e imparcial) y c) Servir de voz a los más débiles, es decir, el periodista tiene que concientizar al pueblo ante la ficción de los autócratas,

Me pareció muy aleccionador el discurso del Obispo de la Diócesis de Cumaná, quien instó a celebrar esa importante fecha por el coraje y valentía que tenemos de llevar la información a la ciudadanía ante un régimen que persigue, atropella y reprime el ejercicio periodístico. Destacó que “no hay paz sino hay pan”, es decir, mientras el pueblo siga padeciendo el grave desabastecimiento y el hambre atroz no hay garantía de un clima de tranquilidad social. Esas edificantes palabras me motivaron a escribir algunos elementos que, sin lugar a dudas, representan el ABC del periodista. Lo hago sobre dos propósitos claros. El primero, servir de reflexión a varios colegas que forman parte de la industria mediática del régimen orientada a vender una país virtual, desinformando a la colectividad. El segundo, permitir la actitud crítica de los estudiantes que se forman en la carrera de Comunicación Social de las diversas universidades sobre el papel del periodista.

El ABC del periodista se concibe, desde mi parecer, como una ruta para mantener a una sociedad plenamente informada de lo que acontece a su alrededor. Una filosofía de vida que justifica el concepto y praxis del periodismo. Se sintetiza, casualmente, en tres pasos claves (en concordancia con las letras A, B y C), es decir, en: Atender, Buscar y Comunicar. Es fundamental que sea internalizado no sólo por quien ejerce legalmente dicha profesión, sino por todo aquel que sienta pasión y aspire en un futuro dedicarse a ella para enriquecer la democracia y el pleno ejercicio de los derechos fundamentales. El asunto de la Atención es primordial en un periodista porque supone la capacidad intuitiva que debe tener éste para ir al abordaje de una información que se presume veraz. De lo contrario es sólo rumor. El periodista debe estar atento de lo que ocurre y no esperar que la noticia le llegue, debe correr tras ella, al observar algún dato curioso. Para eso el periodista debe tener una fuente segura y creíble a fin de constatar el rumor. Así jerarquiza y da relevancia a la información con respecto a otros datos.

El aspecto de la Búsqueda es el segundo paso. El periodista debe emplear todas las herramientas que posee (intelectuales, cognitivas, psico-motoras y tecnológicas) para abordar la información que se supone importante para la opinión pública. Debe ser un investigador nato, ha de develar el hecho noticioso mediante las causas que lo producen. En pocas palabras, no debe restringirse a ser un simple transmisor de la información. Debe interpretarla, verificar las variables que subyacen en ella y las posibles repercusiones en la opinión pública. Además, compilar mayor número de datos para enriquecer la información y darle coherencia como un todo ordenado. A veces, un pequeño detalle pasado por alto puede ser significativo para develar una gran verdad en el hecho informativo. Eso requiere de preparación y capacidad reflexiva por parte del periodista, no un mero acto de memorizar y repetir la información.

Finalmente, se encuentra la Comunicación, es decir, a la habilidad que tiene el periodista no sólo para informar lo que ha investigado, sino crear un ambiente de retroalimentación con el público. Es un proceso sintetizado en la forma emisor-receptor-emisor. Aquí el periodista se convierte en un profesional éticamente probado y confiable para la opinión pública. Ésta, a su vez, establece juicio de valores sobre el propio hecho informativo y toma conciencia de los reales problemas que se suscitan en su diario vivir. El ABC del periodista debe ser puesto en práctica para enriquecer con este apasionante oficio, cargado de riesgo, apostolado y profesionalismo.

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