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Rafael Iribarren: Ni mesías, ni candidato único, ni invasión; Otro sujeto político

 

.- Posponer regionales y locales; y adelantar las presidenciales es hacerle el juego a Maduro.

Luego de elecciones para ANC, gobernadores y alcaldes; en 2017; abiertamente; la estrategia electoral madurista vino siendo; hasta ahora; adelantar las elecciones presidenciales Manteniendo en suspenso sobre si habrá o no; y cuando; las de legisladores y concejales. Realmente lo contrario del “ganar tiempo” con que se especula en los discursos de las oposiciones. El “tiempo” conspira contra su proyecto; y; aparte de que las oposiciones no estén en condiciones de aprovecharlo; propicia el antimadurismo de todo signo.

La manipulación por el madurismo; desde el 2016; básicamente mediante el CNE; de todo lo electoral; las referidas tres elecciones del 17; y las tres previstas para este año; determinantemente condicionadas por la ANC; está enfocada a garantizar a como dé lugar la reelección de Maduro. Y a hacer absolutos el poder presidencial y el centralismo. En tal perspectiva es obvia, coherente, la imposición de la prioridad de las presidenciales sobre las regionales y locales. Tal priorización del madurismo se entiende. Lo que resulta verdaderamente sideral es que también la asuman las oposiciones. Pese a la experiencia concreta; y sus efectos; del 2016; cuando se priorizó el revocatorio y propició la posposición de las regionales y locales que tenían que hacerse ese año.

Seguir en la práctica perversa de presidencializar y partidizar todos los procesos electorales no-nacionales; seguir propiciando de hecho y abiertamente la posposición de las regionales y locales; y adelantar las presidenciales; cual es la estrategia oposicionista; es hacerle el juego al madurismo. El tiempo trabaja en contra de Maduro.

.-Candidatura única de consenso chavista y reelección de Maduro: “en pico de zamuro”.

Su estrategia hacia la reelección el 2018 del madurismo venía “rueda libre”; sin ruido ni interferencia; sobre todo, solo con unas oposiciones desacreditadas, impotentes y atrapadas en su estridente aquelarre candidatural. Pero la crisis y lucha internas en los chavismos; crecientemente antimaduristas; cada vez más aguda y abierta; rechazando la mayoría la candidatura y reelección de Maduro; le tiene trancado el juego. Su candidatura a la reelección; como “única” de  consenso de todos chavismos; que pretendía; está, más que cuestionada,”en pico de zamuro”; por la activación de varios proyectos candidaturales chavistas. Que no haya fecha para las presidenciales; pudiendo haberla definido discrecionalmente como ha hecho con todas las elecciones anteriores; es porque “se le trancó el serrucho”. En el parapeto que es el PSUV; ni qué decir de en el GPP; no hay; nunca la ha habido; ni la mínima capacidad de definición de políticas y/o consensos; en ninguna materia. A los chavismos; cada vez más fragmentados y en lo suyo cada quién; hoy solo los une; precisamente el antimadurismo. Los costos políticos; y los riesgos fácticos; que  implican imponerse a la cañona como candidato único; bloqueando político-institucionalmente cualquier otra candidatura chavista; negándola el TSJ y el CNE; son demasiado altos. Ni siquiera en perspectiva; sino ya; se mueven varias candidaturas presidenciales chavistas.

.-Pese a nuestro presidencialismo; desde las regiones es que cambiará la correlación de poder.

Las elecciones presidenciales son la prioridad para las burocracias; chavistas y oposicionistas. Pero; de hecho; no para la gente; para los activistas y líderes locales de base; regionales, locales, parroquiales. Cierto que la subjetividad venezolana, la visión del gobierno y la gestión pública; de la política; es presidencialista y centralista. En una medición reciente de opinión, se registró que el 60% considera que la salida de la crisis actual va por la elección de un nuevo presidente. O sea que la expectativa inmediata de seis de cada diez venezolanos, es, en concreto, con las elecciones presidenciales. Aparentemente avalando  que se prioricen por sobre las regionales y locales; como vienen manejando las burocracias oficialistas y oposicionistas. Lo que es comprensible sobre la matriz mediática existente, que se soporta en la presidencialización absoluta  de la política.

Sin embargo; pese a tal subjetividad en general presidencialista y centralista; y a la intensidad mediática con que se refuerza dicha matriz de opinión;  pues; cuatro de cada diez, el 40%; no lo ve así. Junto a que en cada evento electoral, hay  el reclamo y la reivindicación de los derechos del liderazgo y el activismo de base; locales y regionales; de que es a ellos a quienes toca definir y decidir la política en sus ámbitos; autónoma; independientemente de las burocracias y factores centrales partidistas y de poder.

Por lo demás; nada sustenta que las elecciones regionales y locales, se manejen como opciones; o eventos incompatibles con las presidenciales. Menos, abrir la posibilidad de seguir posponiéndolas indefinidamente sin justificación; porque hay las otras.

Vale referir; de paso; algo en que vengo insistiendo; que en la confrontación con el autoritarismo presidencialista y centralista; que concentra todo el poder fáctico; que  en el plano nacional y con la actual correlación nacional de poder; se tienen todas las desventajas; determinantemente la de no tener; la sociedad en general y las oposiciones; ni contrapoder ni dimensión ni capacidad político-organizativa nacionales reales para equipararse al poder central; nacional. Y que, por el contrario;   en la confrontación desde las regiones; a partir de la beligerancia ciudadana local y regional; en sus propios ámbitos; el poder central pierde buena parte de sus ventajas.  La asimetría absoluta  en la correlación nacional de poder; se relativiza.

 .- Ni “mesías” ni “candidato único”, ni “invasión”: Otro sujeto político; el contrapoder ciudadano.

Ni “mesías”, ni “candidato único de consenso” de burocracias partidistas; ni “invasión extranjera”; ni “La Comunidad Internacional”; nos sacarán de la crisis estructural en que estamos; determinada históricamente por el presidencialismo, el centralismo y la concentración de Poder rentistas y clientelares. Por la dispersión e inestructura de la sociedad venezolana. Y por un modelo político, totalmente partidizado caracterizado, por la perversión y el bloqueo por los partidos y factores de Poder, de cualquier variante de participación política ciudadana independiente. Lo que estamos viviendo;  caotizado y colapsado por el agotamiento del rentismo y la inoperancia del autoritarismo centralista; aparte sus retóricas pseudorevolucionarias; no es más que una variante del autoritarismo presidencial; absoluto y centralizado; bolivariano; que hemos tenido durante los doscientos años de vida republicana.. Desde siempre; pero concretamente en los últimos quince años; se ha demostrado que confrontarlo “de quien a quien”; a partir de la ficción mediática de que hay  una “oposición nacional”; no ha resultado en nada.

Ir realmente hacia la salida de la crisis, supone otro protagonismo político, diferente al que al elitesco y burocrático que, con variantes, siempre hemos tenido; y seguimos teniendo. Supone otro sujeto político;  activado mediante la ciudadanización de la política y la confrontación con el Poder.  El contrapoder ciudadano; la ciudadanía; la gente; activados desde las parroquias los municipios y las regiones; en perspectiva es la única posibilidad real de acumular capacidad política y fáctica para frenar y revertir el proyecto autoritario centralista; anticiudadano; antihistórico; del Plan de la Patria del madurismo.

.-Toca a la gente; desde ya; presionar y montarse para que las regionales y locales sean ya.

Se especula con la indefinición en todo lo referido a las regionales y locales; sobre la posibilidad de que la ANC; incluso; las cancele definitivamente a partir de la eliminación de los concejos legislativos  y municipales; como eliminó las alcaldías metropolitanas. Mientras; el tema son las presidenciales; en función de las que  burocracias de ambos ismos; entrampadas y en crisis ambas; insisten retóricamente; y, según; se estarían preparando.

Pero no debe descartarse; por cómo han sido las cosas; por cómo ha sido manejado lo electoral por el maduruismo; que, contando con la crisis general de las oposiciones; con su parálisis e incongruencia; y su desatención sobre la cuestión; solo pendiente de sus candidaturas presidenciales; sorpresiva y terminantemente; sobre la marcha; el CNE convoque las regionales y locales con solo semanas de lapso. Como hizo con las de gobernadores y las de alcaldes.

De tal forma que; independiente del discurso y la actividad de las burocracias; de si vuelven a caer en la trampa electoral madurista; a  los liderazgos y movimientos de base; ciudadanos; regionales; responsable y comprometidamente con Venezuela; toca montarse desde ya;  primero.- en presionar que para las elecciones regionales y locales se realicen ya; en su tiempo; aparte e independientemente de las presidenciales siendo el derecho ciudadano que taxativamente establece la CRBV. Y la ocasión concreta para el ejercicio real de la soberanía ciudadana. Y, segundo.- para cuando sean; ahora cuando debe ser; o cuando sean; arrancar igual desde ya, a armar y activar su capacidad para que las elecciones de concejales y legisladores, respondan a sus expectativas e intereses; y a su propio  e independiente manejo; y no a los de las burocracias partidistas-candidaturales y factores de poder centrales. Entendiéndose que estos procesos; formalmente electorales; son; o deben ser; más allá y sobre todo; dinámicas de Poder; de acumulación básica; primaria; de capacidad ciudadana de confrontación con el Poder.

.- Las regionales y locales ya; marzo-abril-mayo. Las presidenciales en diciembre.

¿Va a haber regionales y locales?. En tal caso; ¿serán, antes, simultáneas; o, incluso; después de las presidenciales?. No se sabe. Porque el madurismo; como ya se dijo; tiene trancado el juego. Y por el momento, no tiene cómo decidir en función de garantizarse que, lo que sea; apunte a garantizar su reelección. Casi imposible; aunque no absolutamente; que no haya elecciones presidenciales. Sin que sea descartable que terminen siendo en diciembre como establece como está constitucionalmente previsto. Y tampoco es descartable que el madurismo continúe posponiendo las regionales y locales Pero; lo inteligente es activarse desde ya y con todo; sobre la hipótesis de que si las habrá. Y, sobre que, dada la coyuntura; el calendario electoral del 2018 puede ser; y debe ser: regionales y locales, ya; en marzo-abril-mayo; y las presidenciales en diciembre.

 

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