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Entre Berlusconi y el nuevo populismo: Una Italia dividida vota si salta al vacío

El asesor defenestrado de Donald Trump, Steve Bannon, no es un recién llegado en los asuntos europeos. En tiempos del Brexit apoyó desde Breitbart a su amigo Nigel Farage, de los euroescépticos del UKIP británico. Estos días ha regresado al viejo continente para interesarse por el devenir de Italia. No es una buena noticia“Los italianos han ido más lejos en un tiempo más corto que los británicos con el Brexit y que los estadounidenses con Trump”, dijo, según The New York Times. “Italia es la líder”.

El viejo país ha despertado a sus peores fantasmas, con los neofascistas a sus anchas organizando manifestaciones

El estratega que puso a Trump en la Casa Blanca se refiere al avance sin precedentes del populismo en Italia, que en esta campaña electoral han profesado casi todos los partidos políticos, pero sobre todo la Liga de Matteo Salvini y el Movimiento 5 Estrellas (M5E) de Luigi di Maio. Se han hecho promesas no realistas sin precedentes como bajar drásticamente los impuestos, una renta ciudadana universal o expulsar a todos los inmigrantes sin explicar de dónde saldrán los fondos ni las mayorías para cumplirlas.

El viejo país ha despertado a sus peores fantasmas, con los neofascistas a sus anchas organizando manifestaciones. Aunque tienen pocas posibilidades reales de entrar en Montecitorio por las barreras de la ley electoral, los discursos del CasaPound y Forza Nuova han contaminado al resto de los partidos. Salvini habla con naturalidad de “invasión” de inmigrantes sin que nadie alce una ceja. Tampoco sucedió nada cuando su candidato en la Lombardía mencionó la “raza blanca”. Tras el tiroteo xenófobo de Macerata ha habido agresiones a antifascistas, pero también a los ultraderechistas. Italia se ha polarizado.

Paolo Gentiloni considera estas elecciones como “las más decisivas del país en 25 años”

En esta situación, no es de extrañar que el primer ministro Paolo Gentiloni haya tachado las elecciones de hoy como las más decisivas del país en 25 años. Después de una extraña y aburrida campaña electoral, Italia vota hoy si da su particular salto al vacío de la ingobernabilidad. Desde la oscuridad en los sondeos impuesta el viernes 16 de febrero nadie sabe cómo han avanzado las diferentes formaciones, pero todos esperan que el escenario que surja a partir de mañana impida que ninguna obtenga los suficientes diputados como para poder formar gobierno. El Parlamento puede estar semanas en pausa. La misión del presidente de la República,Sergio Mattarella, de designar un primer ministro será titánica.

“El país se encuentra delante de una falsa encrucijada. De una parte la vuelta al pasado con Berlusconi y Salvini, de la otra, el salto al vacío con Di Maio. Ilusionarse por la enésima vez con que existen recetas simples, milagrosas al alcance de la mano y nuevos hombres providenciales es peligroso. El despertar del sueño será todavía más amargo y lleno de rencor”, avisa el editorialista del diario La Repubblica Mario Calabresi.

Si ayer los principales líderes políticos callaron durante la jornada de reflexión, el cierre de la campaña el viernes fue en consonancia con las últimas semanas. Matteo Renzi, secretario del Partido Demócrata, lo pasó en casa, en Florencia. En lugar de llevar a cabo una defensa acérrima de sus avances de gobierno, que son bastantes –recuperación de la economía, la aprobación de las uniones civiles homosexuales o la contención de las llegadas en el Mediterráneo– estuvo a la defensiva, atacando siempre al M5E de Di Maio. Llama a la responsabilidad y alerta del miedo a la llegada de los inexpertos grillini al palacio Chigi, tras sus experiencias controvertidas en varias ciudades. “Vosotros sois la violencia del insulto y el miedo, nosotros la esperanza. Nos avergonzamos de vuestro lenguaje”, les espetó el ex primer ministro.

Los analistas coinciden en que las elecciones de hoy son el segundo referéndum para Renzi. Debe demostrar que ha superado sus ambiciones personales a favor de la unión del centroizquierda. De momento, en los últimos días está explotando la baza Gentiloni, cuya gestión pausada y eficaz, sin sobresaltos, agrada entre los italianos.

Si Renzi hizo un discurso de perdedor, los grillini están eufóricos. Aunque no se pueden desvelar encuestas, ellos no juegan con las mismas reglas. “Por los sondeos estamos a un paso de la victoria, se ha terminado la era de la oposición”, ha dicho su joven candidato, saltándose la prohibición. Di Maio fue de los pocos que el viernes por la tarde cerró con un baño de masas, en la Piazza del Popolo de Roma, invitando a figuras de peso del partido, también a Beppe Grillo, que regresó a los escenarios.

Silvio Berlusconi está contento. Después de cerrar la campaña en televisión, su hábitat natural, ayer reflexionó con sus seguidores en las calles de Nápoles junto a su novia, Francesca Pascale, 49 años más joven que él. El voto meridional será decisivo: aquí la derecha y el M5E se reparten la mayor parte de los colegios en jaque. Il Cavaliere también está de buen humor por el hecho de que Antonio Tajani, presidente del Parlamento Europeo desde que Martin Schulz decidió regresar a liderar los socialdemócratas alemanes, haya aceptado su propuesta de candidatura en caso de que Forza Italia tenga los suficientes votos como para imponer un nombre. En Europa ya no verían tan mal una victoria del viejo Berlusconi.

En cambio Salvini, su extremista compañero de alianza –y rival, pues ahora pugnan por el primer puesto en la coalición– sigue enfadado. Su última batalla no ha sido contra los extranjeros, sino contra Disney. Está escandalizado contra la idea de que a la popular princesa Elsa del reino de Frozen puedan gustarle las mujeres. “Nos están preparando un mundo al revés –afirmó– en el que el inmigrante tiene más derechos que el italiano o en el que en algunos colegios no hay diferencias entre macho o hembra. Algunos profesores locos ponen a los niños a jugar con las muñecas y a las niñas, a jugar al fútbol”. Y amenazó: “Quiero intervenir”.

“En campaña electoral. Un líder que quiere ser premier. Critica a Disney. ¿Os parecía posible que la campaña electoral se estuviese transformando peligrosamente en una parodia de los desencuentros entre fascistas y comunistas del pasado siglo? Es posible, ha pasado”, comenta al respecto Pierluigi Battista en el Corriere.

Parodias aparte, hoy 46 millones de italianos también deciden la suerte de Rosatellum, la nueva y compleja ley electoral que debía servir para garantizar la gobernabilidad. No sólo no lo hará, sino que una de las probables consecuencias del voto es que el nuevo Parlamento tenga que trabajar a toda prisa para redactar otra ante la posibilidad de una repetición electoral. Berlusconi ya ha dicho que prefiere el doble voto a una gran coalición con el PD. Ahora es el turno de Italia.

La Vanguardia

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