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Pese a orden de Conatel, Venezuela seguirá sin larga distancia internacional

Aunque muchos piensen que los servicios de llamadas de larga distancia internacional en Venezuela no son necesarios, -pues desde hace tiempo existen aplicaciones de mensajería instantánea como WhatsApp y las opciones de Apple, entre muchas otras, que permiten a miles comunicarse con sus familias y amigos en cualquier parte del mundo y desde cualquier sitio, sólo contando con una red de datos o un sistema WiFi-, la realidad es que las llamadas de larga distancia internacional siguen siendo necesarias para el desarrollo de un país y, por supuesto, para la comunicación de los ciudadanos con sus amigos o familiares en el extranjero.

Y en Venezuela mucho más, pues las opciones con tecnología IP son escasas y la crisis con las redes de datos hacen más compleja la calidad en las conexiones. En la Venezuela de Nicolás Maduro, sin embargo, cualquier cosa normal, aquí es limitada, boicoteada, eliminada o, sencillamente, burocratizada.

Así, desde el año 2015, Venezuela no tiene salida internacional de llamadas para sus ciudadanos y empresas, con excepción de algunos países que aún conecta Cantv, pero con limitaciones; y ese problema, que cumplirá tres años en mayo próximo, continuará aún cuando el ente regulador, Conatel, “exhortó” a las empresas a reactivar dichos servicios para el “crecimiento económico” del país.

Las operadoras venezolanas, por el control de cambios y la hiperinflación, pierden con cada llamada, algo que no están dispuestas a asumir ni en el sector público.

Fuentes del sector consultadas para este trabajo, que pidieron el anonimato por las represalias de costumbre aplicadas por el Gobierno y mucho más ahora que los militares dominan, nuevamente a Conatel, explicaron que las llamadas de LDI seguirán bloqueadas, pues es imposible aplicarlas en un país que no otorga divisas a las empresas para la operación, pagos de servicios en dólares y que, aún cuando Conatel los obligue y los amenace con sanciones, “ningún operador lo podrá hacer, incluyendo a Cantv que seguirá limitando las conexiones a unos pocos países y no en discado directo”.

Como se sabe, el problema principal de la eliminación del servicio estuvo en los dólares que los operadores tenían que pagar en el extranjero por cada llamada que un usuario realizaba, pues no tenían acceso a ellos y, además, también existía el problema de la triangulación de llamadas, que convirtió al país en una zona de tránsito para interconectar llamadas desde cualquier país hacia otro, pasando por Venezuela.

“Llegó un momento en que una llamada desde países desconocidos, hacía tránsito en Venezuela para conectar con otros países, dejando a los operadores locales con esas deudas y los que generaban el negocio ganando dólares pero desde afuera”, destaca una fuente consultada.

Ahora es por las malas

Entre el 2012 y mitad del 2015, cuando los operadores eliminaron los servicios de LDI por el impacto que implicaba para su ya golpeados negocios otro desembolso en dólares que no tenían como recuperarlos, el tráfico de llamadas de larga distancia Internacional se había incrementado en más de 40%, pero la mayoría de ellas no terminaban en el país, pues utilizaban a Venezuela como un puente.

En esos tiempos, los operadores tenían que desembolsar millones de dólares para cumplir compromisos con sus similares en el extranjero, pues en muchos casos la reciprocidad en el negocio de llamadas era desigual y los minutos consumidos por clientes locales en otros países no eran ni un ápice de lo que los usuarios de otros países consumían aquí o triangulaban por Venezuela.

Esa misma historia está por repetirse. Y es que Conatel prácticamente quiere obligar a los operadores a reabrir esas ventanas a los usuarios en Venezuela, so pena de perder sus habilitaciones si no llegan a cumplir. “Pero no podemos cumplir, porque no tenemos como pagar en dólares por las llamadas salientes”, dice una fuente consultada.

Los pequeños operadores, que son los que más beneficio reciben de este tipo de negocio, pues compran minutos en el extranjero y los revenden a través de tarjetas prepago u otro servicio, tampoco están muy de acuerdo con reactivar el negocio, pues a diferencia de años atrás, en estos momentos podrían perder dinero.

Y es que una sola cosa hizo Conatel inteligente en esta ocasión. El ente regulador fijó los precios de interconexión de llamadas en unos Bs. 4.500 por minuto para telefonía fija y Bs.9.000 para telefonía móvil, un precio que, en estos momentos, no resulta atractivo para ningún operador, porque encarecería mucho más el precio de la llamada desde el extranjero, que se encuentra entre 3 y 10 centavos de dólar por minuto a Venezuela.

En ese punto, un proveedor de llamadas desde el extranjero tendría que pagar a un operador en Venezuela unos 4 centavos de dólar por minuto sólo por la interconexión, sin contar los demás cargos, una cifra que, en estos momentos, no es rentable. Y ese monto el operador local tendría que pagárselo a la empresa que finalmente termine la llamada en el país, si no tiene que sacarla a otro país, que sería más costoso, por lo que el precio tendría que ser mucho más alto para el usuario final, tanto el que llama desde aquí como el que recibe. “Tal vez en unos meses, con esta hiperinflación galopante, el negocio vuelva a ser atractivo, pero ahorita no”.

Y en esa misma línea están los grandes operadores, entre ellos Movistar, Digitel, y Cantv, pues en caso de reabrir las llamadas de LDI, tendrán que recibir el tráfico que viene de otros países y, si éste debe salir de Venezuela, tendrán que pagar en dólares que no tienen por cada minuto que transporten a otra red en otro país. “Conatel nos pone a cobrar en bolívares y a pagar en dólares, una medida que no será exitosa aunque nos sancionen”, replica una fuente del sector.

 

Así que la exigencia del ente regulador no será acatada, por lo menos en las condiciones actuales. “Lo que sí haremos es terminar la llamada localmente cuando venga desde el extranjero y termine en mi red, pues la interconexión tal como ha sido planteada es muy costosa”.

Y así será, pues en caso de que los servicios fuesen reabiertos so pena de perder las habilitaciones, un minuto de llamada internacional hasta Venezuela podría costar hasta unos 20 centavos de dólar, un precio que no todos los interesados en hablar podrían darse el lujo de pagar.

El mismo monto, pero en bolívares, podría costarle a un local para llamar al extranjero, es decir unos 50 mil bolívares al cambio del dólar negro, que es irremediablemente el que terminará fijándose.

Y, para cerrar, un operador local que reciba una llamada del extranjero que no termine en su red, tendría que pagar al operador que recibe la llamada final en el país (última milla), unos Bs. 9 mil por cada minuto de conexión. “Es una cifra altísima hoy día para las condiciones de país que tenemos”.

ND

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